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AQUÍ COMIENZA EL LUJO
El motor 2.0 de seis cilindros y 156 caballos supone el primer escalón de la gama Jaguar. Sin perder un ápice de exclusividad, con este motor la prestigiosa casa británica compite con sus rivales germanos por los clientes menos preocupados por las prestaciones puras.
Además de incorporar el motor más pequeño de la casa, este X Type trasmite la potencia al suelo mediante las ruedas delanteras, lo que supone una importante mejora de costes de fabricación respecto a los X Type con tracción total.
Esta ventaja se traslada directamente al bolsillo del comprador. A cambio hemos comprobado que sigue obteniendo una berlina de excelente comportamiento, gran comodidad de marcha y los impecables acabados que se esperan en un Jaguar.
No obstante Jaguar debe evolucionar el concepto de su motor pequeño, para sin perder su encantadora suavidad dotarlo de un mayor empuje a bajo régimen, su mayor ‘handicap’ frente a los motores de cuatro cilindros con similar cilindrada. Por otra parte, el precio se encuentra en un punto que resulta elevado para la mayoría pero justificado por los acabados, equipamientos y sin duda prestigio. Si se pueden pagar, 30.950 euros suponen un coste coherente que incluso lo sitúa por debajo del BMW 320, 14 caballos más potente pero bastante menos exquisito.
Carlos Lera, Autocity.
5 de Noviembre de 2002.
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
La elección de un motor de seis cilindros es un ejemplo del cuidado que ha puesto Jaguar a la hora de comercializar una berlina media, pero con la premisa de que se trate de un producto diferente, con un componente extra de exclusividad. Este motor es básicamente similar al 2.5 litros salvo en las medidas internas del grupo térmico, que al ser más contenidas ofrecen una capacidad total de 2.096 centímetros cúbicos. Por tanto se trata más de un 2.1 que de un 2.0, aunque por razonas de posicionamiento y marketing sin duda resulta más adecuado recurrir a quitarle tamaño.
Si se ha recurrido a estos 100 cc. extra sobre lo que sería en justicia un dos litros es porque el carácter de un motor seis cilindros complica la obtención de par motor a bajo y medio régimen de forma comparable a un cuatro cilindros. La respuesta al acelerador en torno a 2.000 revoluciones por minuto es menos contundente que en otros motores que reparten el cubicaje entre un menor número de cilindros, y de hecho ni la cifra de par máximo ni el régimen de giro invitan a circular en marchas muy largas.
Con 196 Nm a 4.100 rpm. el seis cilindros pide funcionar desde como mínimo 2.500 rpm. aproximadamente para reaccionar con aceptable brío. Otra cosa es mantener el régimen constantemente por encima de las 3.500 rpm. En este caso el carácter es notablemente más satisfactorio, con buena potencia de forma constante y con una cualidad imposible para los cuatro cilindros a los que se enfrenta, como es la suavidad de respuesta. Elástico y sin tirones, la progresión del motor es muy agradable y tiene una ‘clase’ innegable hasta el tope de revoluciones.
Los consumos son un poco más elevados que en sus competidores, con una media de 9,2 litros cada 100 km. que está por encima de sus más directos rivales. A cambio una exquisita suavidad y 156 cv a 6.800 rpm., un régimen de giro realmente alegre incluso para un seis cilindros.
La tracción delantera es una elección perfectamente válida. Más allá de si comparte plataforma con el Ford Mondeo, lo cierto es que el parecido en marcha de ambos modelos es escaso. Más ágil y dinámico bajo cualquier punto de vista, el Jaguar no echa en falta la propulsión de sus ruedas traseras para trasmitir la potencia al suelo sin pérdidas.
En ambos ejes está dotado de suspensiones independientes, con un MacPherson delantero que no precisa presentación y un sistema multibrazo trasero que permite una mayor superficie de contacto de las ruedas con la carretera en todas las situaciones que los sistemas de brazos tirados o tirantes simples trasversales por cada rueda.
No obstante, y a pesar del mayor dinamismo comentado, el X Type 2.0 es muy suave en todos sus controles, con un tacto general muy agradable al tiempo que exquisito por precisión. De serie cuenta con control de tracción dejando de forma opcional el ESP (800 €).
La puesta a punto de los amortiguadores ofrece una buena comodidad, aunque el conductor más dinámico puede echar algo en falta mayor información en la percepción del firme.
En cuanto a los frenos (discos ventilados en las ruedas delanteras y macizos en las traseras), poseen un tacto demasiado esponjoso, dentro de la línea habitual de Jaguar, que si bien es evita brusquedades en frenadas largas pierde precisión a la hora de detener el coche en pocos metros o al actuar con rapidez ante una situación inesperada. En cualquier caso el ABS es de serie.
Equipamiento y acabados
EQUIPAMIENTO Y ACABADOS
Los acabados, como corresponde a un Jaguar, son casi irreprochables, y solamente siendo un poco puntillosos encontramos criticable que las gomas de las ventanillas hacen un poco de ruido al bajar las lunas, aunque sinceramente ojalá este fuera el único inconveniente que se pudiera encontrar en la mayoría de los coches, pero ya puesto a criticar, tenía que decirlo.
El aspecto exterior es serio y elegante, pero con una mayor riqueza de detalles que en las berlinas alemanas. Detalles puramente de diseño y calidad, quizá no necesarios, pero siempre agradables de encontrar en el entorno del conductor o los pasajeros.
El ajuste de las piezas es preciso y el funcionamiento de las partes móviles, como las tapas de las guanteras y otros elementos similares, no admite queja. La insonorización es igualmente buena y tan siquiera rodando a lata velocidad se perciben ruidos aerodinámicos molestos o excesivos, y solo el agradable zumbido de los seis cilindros llenan el silencio (junto con el rumor de los neumáticos, que en nuestro coche eran unos imponentes ejemplares de 18′ de diámetro).
En cuanto a los elementos interiores de comodidad y el equipamiento en general nuestra unidad, correspondiente a la versión Sport, no hacía aguas en ningún apartado.
No obstante la versión básica tampoco se queda corta, contando con acabados en cuero a lo largo de todo el salpicadero, lector de CD incorporado en el equipo de sonido, cuatro airbag (frontales y laterales delanteros) con sensores de ocupación y climatizador automático.
Además cuenta en cualquier versión con detalles cromados en los marcos de ventanillas y tiradores de las puertas y también con mando remoto con funciones de apertura del maletero, encendido de luces (para llegar hasta el coche en lugares poco iluminados) y por supuesto apertura de puertas.
Los detalles que diferencian la versión ‘básica’ y las Sport o Executive se encuentran en los acabados (más cuero y madera todavía) y elementos accesorios como el control de velocidad de crucero, el ordenador de viaje o las llantas de aleación (de 17′ como equipo de serie en la versión Sport).