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PARA GOLOSOS DEL VOLANTE
Hablamos de roadster y pensamos automáticamente en modelos alemanes de altas prestaciones y aún más altos precios, pero hay otros caminos que nos conducen a biplazas con el cielo por techo, y no menos atractivos que sus competidores germanos. Entre algunos modelos británicos y japoneses, encontramos el Fiat Barchetta, italiano 100% por concepto, estética retro atractiva y arrebato pasional del conjunto.
Ensamblado por el carrocero transalpino Maggiora, el Barchetta cuenta con un propulsor 1.8 de 130 CV con culata de 16 válvulas y nervio latino encerrado en las paredes del bloque. Su respuesta es fulgurante, a pesar de lo escaso a priori de su potencia máxima, gracias a un cambio muy bien escalonado que juega la baza de la flexibilidad.
Ernest Viñals
Detalles
DETALLES
Aunque para los más puristas, un roadster debe ser siempre tracción trasera, en Fiat han concebido el Barchetta como un elogio a la sencillez constructiva y, por tanto, con tracción delantera. Eso sí, el bastidor está compensado en pesos de forma excelente, y la posición de los asientos (que sujetan francamente poco para tratarse de un vehículo con ciertas aspiraciones deportivas), justo delante del eje trasero, convierten la zaga de este caprichoso modelo en un prodigio de estabilidad difícil de igualar para cualquier otro deportivo al uso. El Barchetta resulta inamovible en su trayectoria; acaso un leve cabeceo apunta en curvas muy apuradas, a causa del mayor peso del morro.
Lo mejor de todo en el Barchetta es el ajustado precio: 3’6 millones de pesetas nos costará la versión base sin aditamentos opcionales, entre los que cabe contar el aire acondicionado (¿en un descapotable?), el ABS, las llantas de aleación o la alarma (más que recomendable). Una opción muy interesante es el techo duro (algo más de 300.000 ptas), sobre todo para evitar infiltraciones indeseadas en nuestro exclusivo vehículo, tanto de agua como de amigos de lo ajeno