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PODER ORIENTAL
El Mazda 626 DVTD 4p es una buena opción, dentro de las berlinas medio-altas con mecánica turbodiesel, para el conductor que desee un automóvil que le permita diferenciarse del resto sin realizar un fuerte desembolso de dinero.
Recientemente potenciado gracias a la adopción de un turbocompresor de geometría variable, la berlina japonesa demuestra una dosis elevada de poder en toda la gama de revoluciones. Sólo un nivel sonoro algo más alto que el de la competencia perjudica al buen resultado final.
Enrique Marco, Autocity. 22 de mayo de 2001
Diseño y equipamiento
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
El Mazda 626 pertenece al segmento de las berlinas del segmento medio-alto (como los Ford Mondeo, Renault Laguna o Seat Toledo) pero tanto sus medidas exteriores como su espacio interior lo sitúan entre los más grandes de su categoría. Mide 4,59 metros de largo y tiene un volumen de maletero de 502 litros (ambas medidas superiores a las de un Audi A4, BMW Serie 3 o Mercedes Clase C). Asimismo, la habitabilidad en las plazas traseras es sobresaliente, pudiendo viajar tres adultos sin excesivas apreturas.
La línea exterior tiene un diseño muy acertado y, aunque en estos asuntos lo que cuenta es el gusto de cada uno, se puede decir que resulta actual y a la vez elegante. Por el contrario, el interior posee el inconfundible estilo japonés, en el que reina la austeridad. No es que los mandos sean insuficientes o de mala calidad, pero lo cierto es que en un coche de su nivel y precio se espera un salpicadero algo más vistoso y completo. Pequeños detalles como las inserciones en madera o los tiradores de las puertas en aluminio son los únicos testigos de que estamos ante una berlina del segmento medio-alto.
El equipamiento de la unidad probada, la versión Exclusive, incorpora de serie airbag para el conductor y acompañante, airbags laterales en las plazas delanteras, climatizador automático, ABS, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, dirección asistida y radiocasete. Otros elementos como las llantas de aleación o el volante y pomo de cuero quedan reservados para la versión Sportive, cuyo precio se incrementa en 150.000 pesetas.
Conducción
CONDUCCION
Con los retoques efectuados en el motor turbodiesel el Mazda 626 ha ganado 10 CV respecto a su predecesor, lo que supone un sensible aumento de las prestaciones. La velocidad máxima que alcanza es ahora de 191 km/h (6 km/h más que el anterior DITD) y la aceleración de 0 a 100 km/h se ha rebajado en medio segundo, invirtiendo ahora 11 segundos. Sin embargo, los consumos son ahora algo mayores pasando de 5,3 l/100 km a 5,9 l/100 km de media.
En la práctica, las sensaciones que transmite el 626 DVTD son bastante buenas en lo que a prestaciones se refiere. No sucede lo mismo con la suavidad de su mecánica, pues su funcionamiento resulta sensiblemente más tosco que en la mayaría de sus competidores. Con esto no queremos decir que el confort de marcha se vea comprometido, ya que cuando circulamos por carretera percibimos una buena insonorización del habitáculo que permite un viaje agradable y sin molestias.
El comportamiento del Mazda 626 no admite pegas. Su bastidor demuestra unas excelentes aptitudes y el tarado de la amortiguación es el adecuado para un vehículo de sus pretensiones (ni muy blando ni muy duro). En el equipamiento de serie se incluyen los frenos ABS que contribuye al buen resultado final en materia de seguridad activa.
Ficha
FICHA
Competidores
COMPETIDORES
Galería
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