Imaginar hace pocos años en un Porsche de cinco puertas y gasóleo sería una aberración para cualquier gurú de la casa de deportivos más célebre del planeta. Pero los tiempos cambian, y para la Porsche de hoy día las ventas son tan importantes como las prestaciones, con lo que con el 911 y la gasolina no bastan. Si eres un purista de Porsche, todo lo que a continuación vas a leer sobre el nuevo Panamera Diesel te parecerá un escarnio.
Empezando por tres palabras que al más talibán de Porsche le sonarán a chino: consumo, autonomía y confort. Sin embargo, el Panamera Diesel es un dechado de virtudes desde cualquiera de estos tres prismas. Gasta poco carburante, no supera los 7 l/100 km en una conducción legal por carretera; su enorme depósito de 80 litros (hay otro de 100 litros opcional) nos aleja de las gasolineras durante varios días; y su finura y aplomo tanto en carretera abierta como revirada lo transforman en un Porsche de gran fondo.Es un devorador de kilómetros, tanto por lo cómodo que es como por la autonomía de la que disfruta
Respecto al anterior Panamera Diesel, el restyling que conducimos esta semana mejora las prestaciones de su antecesor. Sigue siendo el mismo bloque V6 de 3.0 litros de cilindrada, inyección directa y turbocompresor. Pero los ingenieros de Porsche lo han apretado, pasando de los 250 a 300 cv de potencia máxima (a 4.000 rpm) y de los 550 a 650 Nm de par motor (disponibles entre 1.750 y 2.500 rpm). Junto al cambio automático de ocho velocidades Tiptronic S (convertidor de par) y al Star/Stop asociado a lo que popularmente se conoce como ‘conducción a vela’ (el motor se desacopla del cambio a baja carga), se consigue una elevada eficiencia sin perder de vista las prestaciones cuando el conductor hunde el pie sobre el acelerador: 259 km/h de velocidad máxima, 6,2 segundos de 0-100 km/h y lo más importante, una recuperación de 80-120 km/h en 3,9 segundos. Un cohete sobre el asfalto.
a favor- Dinámica deportiva – Autonomía y consumos – Elasticidad mecánicaen contra- Peso – Precio respecto a rivales- Maniobrabilidad y visibilidad
Y como buen Porsche, todo el potencial mecánico se carga sobre el eje trasero, que en esta actualización monta de serie un autoblocante que mejora la eficacia de un gran turismo que ni es pequeño (5,01 metros de largo y 1,93 m de ancho) ni ligero (1.975 kg en vacío). Diésel, con dos toneladas de peso sobre sus hombres, y un cambio Tiptronic S menos rápido que el PDK (doble embrague), se podría pensar en un muermo de Porsche. Ni mucho menos. Acortando las primeras cuatro relaciones del cambio y con la elasticidad mecánica made in Porsche muy presente (hasta las 5.000 rpm sigue empujado), el Panamera Diesel corre como un diablo. Y siempre con un sonido ‘poco diésel’, sin vibraciones apreciables, ni siquiera en fuertes aceleraciones. Un refinado corredor de gran fondo.Acortando las primeras cuatro relaciones del cambio Tiptronic y con la elasticidad mecánica made in Porsche muy presente (hasta las 5.000 rpm sigue empujado), el Panamera Diesel corre como un diablo
Llegados a este punto, podemos decir que dentro del reducido y exclusivo mundo de las grandes berlinas deportivas, en el Porsche Panamera Diesel prima más la tentación de conducirlo que la gratificación por viajar de pasajero. Y eso que son 445 litros de maletero y cuatro plazas realmente grandes, independientes y con todo lujo de comodidades (asientos calefactados, ventilados, infinidad de ajustes eléctricos), pero la concepción del propio Panamera (una silueta que imita la de un gran coupé y la posición de los asientos baja) y la puesta a punto del chasis otorgan unas cualidades dinámicas más que solventes como para dejar pasar la oportunidad de conducirlo (rápido).
Y es que un corredor de gran fondo como este Panamera Diesel también puede permitirse una conducción a la carta gracias a la suspensión neumática variable. Un extra con denominación de origen Porsche valorado en 5.165 euros, montado sobre el chasis adaptativo (PASM) que por ejemplo montan muchos modelos de Audi, y que además de modificar la respuesta del cambio, acelerador, o de la propia suspensión continaumante en función de las circunstancias del terreno y el tipo de conducción, varía la altura libre de la carrocería al suelo (hasta en 2,5 centímetros) y endurece el tarado de la amortiguación. Simplemente basta con pulsar el botón ‘Sport Plus’ y transformar al Panamera Diesel en un devorador de curvas con su notable peso como único lastre.
Insistimos en que este toque picante al volante, con barras estabilizadoras más gruesas y muelles más firmes de serie en esta actualización, lo colocan dinámicamente un punto (o dos) por encima de sus rivales naturales, como los Audi A7 3.0 BiTurbo o BMW 640d Gran Coupé, ambos con 313 cv de potencia, y ya no digamos del burgués y pionero Mercedes CLS 350 CDI (265 cv). El nuevo Maserati Ghibli 3.0 V6 DS (275 cv) es otro que podría entrar en la terna, y como el Serie 6 y el propio Panamera, es tracción trasera. Por precio, el Panamera Diesel (95.621 euros) únicamente es más barato que el 640d Gran Coupé, que supera la barrera psicológica de los 100.000 euros.
El segmento de las berlinas de lujo deportivas está muy igualado, situándose el Panamera Diesel como una de las alternativas más costosas
El segmento de las berlinas de lujo deportivas está muy igualado, situándose el Panamera Diesel como una de las alternativas más costosas
El conjunto estético del Panamera Diesel, que se distingue del resto de la gama por el discreto anagrama ‘Diesel’ en las puertas laterales, es realmente imponente. A nuestra unidad de prueba le faltan los frenos cerámicos (9.100 €, como un Ibiza diésel de 75 cv); a partir de ahí la silueta de este ‘Cayenne aplastado’ o ‘911 estirado y ensanchado’ deja boquiabierto a más de un viandante: el color ‘Amatista Metalizado’ (4.066 €), los grandes rodillos opcinales Michelin Pilot Sport 255/40 R20 delante y 295/35 R20 detrás con llantas Panamera Sport Classic en color plata GT (4.360 €), los faros integrales de LED (2.900 €), el alerón trasero retráctil (de serie) levantado (se puede forzar manualmente desde un botón en la consola central), la doble salida de escape trapezoidal o la citada suspensión neumática en su reglaje más bajo confieren al Panamera Diesel un aspecto amenanzante, de deportivo en cuerpo de berlina.
El habitáculo es un compendio de acabados de alta calidad y equipamientos sofisticados, combinando el clasicismo deportivo de Porsche (las cinco esferas de instrumentación, el pomo del cambio a la mano, la inserción de la llave a la izquierda del bloque de dirección, los asientos deportivos con reposacabezas integrados forrados en cuero…) con la puntera tecnología de una berlina de alto estanding del siglo XXI (sistema de comunicación PMC con módulo de navegación, Porsche Car Connect para aplicaciones móviles con comandos por voz, control crucero adaptativo, asistentes a la conducción, tapicería integral en cuero, cristales térmicos, aislantes y con cortinillas eléctricas en las plazas traseras…).