La seguridad en los autobuses escolares

El autobús es el medio de transporte por carretera con el índice de siniestralidad más bajo, no obstante, todos los incidentes y accidentes en los que se ven implicados este tipo de vehículos tienen una elevada transcendencia social, debido al elevado número de personas que en ellos viajan. La alarma social todavía es mayor si el autobús implicado es un autobús escolar.
La industria de autobuses está sometida a amplias exigencias de seguridad, tanto por parte de la legislación como de los usuarios. Sin embargo, el esfuerzo por reducir los accidentes o las consecuencias de estos, cuando se produzcan, no puede ir tan sólo dirigido hacia la mejora del vehículo, aún reconociendo su importancia, sino que debe también incidirse en la mejora de la organización del transporte, de la infraestructura que necesita, de la formación del conductor y, algo que pasa desapercibido en más ocasiones, hacia el comportamiento de los propios pasajeros, de tal manera que sepan comportarse incluso en caso de accidente.
A pesar de todas las medidas de seguridad, los accidentes desgraciadamente suceden. Los accidentes con autocares escolares pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. Las causas de los accidentes son multifactoriales. El momento del día, el día de la semana, las condiciones climatológicas y de la calzada, otros vehículos o incluso los propios pasajeros del autocar pueden ser factores determinantes. Es pues, la propia evidencia de que el accidente puede ocurrir inesperadamente, lo que obliga a programar incluso las actuaciones post-accidente.
¿Qué se debe hacer en caso de accidente? ¿A quién le corresponde dirigir las actuaciones? El conductor del autobús es en algunos casos el único adulto presente, en otras ocasiones dispone de la ayuda de un acompañante adulto autorizado. Tal vez se pueda usar la radio para pedir ayuda, pero no todos los autocares escolares van equipados con radio y en algunos casos la radio puede quedar anulada a causa del accidente. ¿Cuáles son las acciones a seguir para solicitar ayuda en caso de emergencia?.
Hay que tener un plan previsto para cubrir los numerosos aspectos de un accidente y los procedimientos de emergencia oportunos. No sólo los accidentes pueden obligar en algunos casos a la evacuación de un autobús escolar; un fuego a bordo del mismo, o un atasco en un lugar peligroso, como un paso a nivel, pueden ser suficiente razón para proceder a evacuar el autobús.
Seguramente el conductor del autobús o acompañante evacuarán a los alumnos, pero ¿están entrenados para ello? Y los alumnos, ¿disponen de un plan y han practicado los procedimientos de evacuación de emergencia? ¿Se han establecido planes y prácticas y definido las responsabilidades para los diferentes aspectos de una situación de emergencia y con todas las entidades implicadas? Desgraciadamente muchas de estas preguntas no tienen siempre una respuesta afirmativa y pueden plantearse tarde, una vez que el accidente ha ocurrido. Hay que estar preparados y enseñar a adultos y niños el comportamiento que ayude tanto a prevenir los accidentes como a saber actuar en caso de que sucedan. Los niños son sin duda el producto más preciado que se pueda transportar.
La educación de los niños es algo que nos preocupa, por ello intentamos instruirlos dentro de unas normas y modos de conducta social. El comportamiento en el autobús, al igual que la evacuación, forman parte de esas normas de comportamiento y por lo tanto no conviene descuidarlas, porque además nos garantizan la seguridad de los ocupantes del mismo.
Los colegios deben ser los responsables de dar los programas de educación sobre seguridad vial y evacuación de autobuses a los estudiantes. Cada curso, todo alumno que utilice el transporte escolar debería recibir las instrucciones apropiadas en clase sobre cómo comportarse en el autobús y participar en los simulacros de evacuación. Los padres y educadores deben estar preparados porque serán ejemplo y los que instruyan a los niños en las normas de comportamiento en el interior del autobús, asegurándose de que las comprenden y cumplen.
Un simulacro de evacuación se realiza con el propósito de que tanto el conductor como los pasajeros se familiaricen con los pasos a seguir en caso de que se produzca una emergencia. Aunque rara vez tendrá que ser evacuado un autobús, si esto llega a ser necesario es conveniente saber cómo hacerlo. Las siguientes normas son útiles no sólo en el caso de evacuación de autobuses escolares, sino para cualquier autobús de pasajeros, y deben explicarse detalladamente a todos los estudiantes:
1. Conservar la calma. Permanecer sentados y tranquilos en el asiento hasta que el autobús esté completamente parado. Mantenga abrochado el cinturón si dispone de él y protéjase con el respaldo del asiento delantero.
2. Ser amables con los demás y poner atención al conductor del autobús, al profesor o al monitor. No empujar al ir hacia la salida.
3. Salir del autocar rápidamente dejando los efectos personales. Al abandonar el autobús usar los pasamanos o asideros si los hay. Al bajar debemos tener cuidado y prestar atención al tráfico que pueda haber alrededor y a otros peatones.
4. Utilizar prioritariamente las puertas y, sólo si fuera preciso, las salidas de socorro más cercanas y accesibles.
5. Hay que dirigirse a un lugar seguro, lejos del autobús y permanecer allí con el grupo. El grupo debe estar aproximadamente a 40 o 50 pasos (30 metros) del autobús.
6. Mantener las medidas de precaución necesarias con el tráfico al cruzar una calle o al dirigirse al lugar de donde se encuentra el grupo.
7. En caso de incendio, lo más importante es evacuar el autocar. Si fuera muy leve utilizar el extintor, cindose a las instrucciones que figuran en ?l.
8. Pedir ayuda y contactar con los servicios de emergencia.

El conductor del autobús será el responsable más directo en la evacuación y en todo lo que afecta a la seguridad de los niños en el autobús. Por ello deberá estar debidamente preparado, conocerá la forma de realizar la evacuación y las normas de comportamiento dentro y fuera del autobús. Hay que ser conscientes de la importancia que tiene un correcto comportamiento en el autobús y hacer todo lo posible por concienciar a los niños. Una correcta educación vial es la mejor garantía de seguridad.

Puntos o pautas que garantizan un uso seguro del autobús:
1. Llegar a tiempo a la parada.
2. No correr para llegar al autobús ni tampoco al salir.
3. Apartarse hacia atrás cuando se acerque el autobús.
4. No empujar a los demás.
5. Mantenerse sentado cada uno en su sitio dentro del autobús.
6. No gritar ni alborotar.
7. Obedecer siempre al conductor y al monitor.
8. Esperar la señal del conductor antes de cruzar por delante del autobús.
9. Cruzar siempre al menos 3 metros por delante del autobús.
10. Nunca agacharse por debajo o cerca del autobús

Las zonas de peligro.

Las zonas de peligro son las áreas alrededor del autobús que resultan más difíciles de ver para el conductor. Los niños deben ser advertidos de no agacharse a coger objetos caídos junto al autobús, pues el conductor podría no verlos si el niño se encuentra en algún ángulo muerto para la visión a través de sus espejos. Si a algún niño se le cae algo hay que hacérselo saber al conductor. Agacharse delante del autobús es peligroso porque el niño puede quedar fuera del alcance de la vista del conductor. Igual de peligroso o más es caminar o pararse por detrás del autobús porque el conductor no puede ver en absoluto lo que hay allí. Conviene caminar siempre a una cierta distancia alrededor de todo el autobús.
Texto: Centro Zaragoza, Instituto de Investigación sobre Reparación de Vehículos, S.A.

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