Hamilton, de 29 años, que en Marina Bay ganó saliendo desde la ‘pole’ y marcando vuelta rápida, obtuvo en la carrera nocturna de Singapur su séptimo triunfo de la temporada, después de los logrados en Malasia, Bahrein, China, España, Gran Bretaña e Italia.
Lewis aprovechó la segunda retirada del año de Nico -vencedor en Australia, Mónaco, Austria y Alemania-, para tomar la cabeza del campeonato, que ahora lidera con 241 puntos, tres más que el hijo del mítico Keke Rosberg, campeón del mundo para Finlandia en 1982.
Y, después de ganar las dos primeras carreras tras el parón de agosto, el inglés, campeón del mundo en 2008 (con McLaren), entra con ilusión renovada en un país en el que ganó un año antes -el de su debut en Fórmula Uno-, aunque en esa ocasión lo hizo en Fuji.
Ahora buscará un nuevo triunfo en Suzuka, en una pista virada y técnica de 5.807 metros, con 18 curvas y a la que el domingo está previsto se den 53 vueltas para completar un recorrido de 307,4 kilómetros. En la que las ‘flechas de plata’, si firman un octavo ‘doblete’ en lo que va de año, se asegurarían matemáticamente, a falta de otras cuatro carreras, el Mundial de constructores.
Donde se empezará a rodar, con neumáticos medio (reconocible por la raya blanca) y duro (naranja), si no llueve, el viernes -noche del jueves al viernes en horario europeo; a partir de las 01:00 GMT-, cuando arranquen los entrenamientos libres, en los que la principal novedad será la presencia, en el primero de ellos, del joven holandés Max Verstappen.
Verstappen, hijo de Jos -expiloto de Fórmula Uno-, que el martes cumplió 17 años y que el año que viene sustituirá al francés Jean-Eric Vergné en Toro Rosso, se subirá en el primer ensayo libre a uno de los monoplazas de la escudería italiana que cuenta con el patrocinio de la petrolera española Cepsa.
Ésa será, a priori, la principal novedad con miras a la jornada de entrenamientos del Gran Premio de Japón, que se correrá por trigésima vez desde 1976, cuando se disputó, en el circuito próximo al Monte Fuji, una carrera legendaria.
La última de ese campeonato, que, bajo el diluvio, dio el título al inglés James Hunt (McLaren), en detrimento del austriaco Niki Lauda (Ferrari), triple campeón del mundo de F1, que semanas antes casi pierde la vida en un accidente, en el Nürburgring alemán, que le marcó físicamente y que, sumado a su espectacular trayectoria deportiva, contribuyó a su alzamiento a la condición de mito.
Al año siguiente de esa cinematográfica carrera -que ganó el estadounidense Mario Andretti (Lotus Ford)-, Hunt, fallecido en 1993, a los 45 años, ganó en Fuji; y en Japón no se volvió a correr hasta 1987, año desde el cuál, salvo en 2007 y 2008, se compitió de forma ininterrumpida, en Suzuka.
En 2007 se impuso Hamilton, un año antes de que lo hiciese en Fuji el español Fernando Alonso, que en 2006 había vencido en Suzuka, dando un paso importantísimo hacia la consecución de su segundo título mundial, con Renault.
El doble campeón del mundo asturiano, único que ha ganado en ambas pistas niponas, vive tiempos difíciles, en una de las peores temporadas de toda la brillante historia de Ferrari.
Fernando es cuarto, con 133 puntos, a 48 del tercero, el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), único que ha discutido este año, ganando en Canadá, Hungría y Bélgica, el dominio aplastante de Mercedes, que se podría anotar este fin de semana el Mundial de constructores, que lidera con 479 puntos, 174 más que Red Bull, ganadora los pasados cuatro años.
Escudería en la que ha quedado relegado a un segundo plano el alemán Sebastian Vettel -quinto en el certamen, a nueve puntos del astro astur-, que el año pasado venció por cuarta vez en Japón, donde dejó virtualmente sentenciado su cuarto título consecutivo.
Alonso, cuarto en Singapur -por detrás de Vettel y Ricciardo- y centro de todos los rumores relativos al mercado de fichajes, luchará de nuevo por el podio en un Gran Premio en el que el mexicano Sergio Pérez (Force India), décimo en el Mundial -con 45 puntos- y que viene de hacer dos séptimos, en Monza y Marina Bay, luchará por dar otro salto en el campeonato.
Su compatriota Esteban Gutiérrez (Sauber) intentará entrar por primera vez en los puntos, idéntico objetivo que persigue Pastor Maldonado (Lotus), único venezolano que ha ganado un Gran Premio: el de España de hace dos años, disputado en Montmeló (Barcelona).