Inicio
Por Fernando A. Marqués, Madrid, 3 abril (EFE).
La adaptación a las exigentes normas anticontaminantes es responsable en buena medida de la evolución tecnológica experimentada en la etapa más reciente de la historia del automóvil, aunque a los detractores de los coches esta afirmación pueda parecerles una falacia demagoga.
Novedades
El nuevo 1.6i de 100 caballos de potencia toma el relevo del conocido de 90 caballos, reservado para la versión VTS, de tres puertas y la de imagen más deportiva de la familia Saxo, que, además de la incorporación de la nueva planta motriz, estrena nuevos colores de carrocería.
Sin más suplemento que el de la pintura metalizada, se puede optar a una terminación bitono sobre la base del color Gris Quartz. En la parte inferior de los laterales y hasta las molduras un todo de gris oscuro y para el resto uno más claro. El resultado es atractivo y muy personal.
La familia Saxo, en las versiones SX y VTS puede incorporar ahora de opción airbags laterales, en tanto que en lo demás el nuevo 1.6i VTS es igual a su pariente 1.6i de 16 válvulas, éste aún más deportivo, con 20 caballos suplementarios.
Los cien caballos del nuevo motor se muestran ágiles y eficientes en cualquier trance de la rodadura, con un tacto de conducción propio de berlinas superiores. El habitáculo está bien insonorizado.
Absorbe las vibraciones incluso a regímenes altos de funcionamiento. Se trata de un Saxo perfectamente adaptado a cualquier tipo de conducción y escenario. En el tráfico urbano exhibe una capacidad en baja que han perdido los modernos automóviles equipados con motores multiválvula.
Elasticidad es la palabra que mejor define el comportamiento del nuevo motor, que es capaz en alta de ser un buen deportivo y medirse con coches en principio superiores.
A pesar de las mayores prestaciones de este 1,6i, capaz de llegar sin muchos problemas a los 193 km/h que asegura el fabricante frente a los 187 del viejo motor y de reducir en seis décimas los 10 segundos que empleaba el anterior modelo en alcanzar los cien kilómetros por hora en aceleración pura, la nueva planta es capaz de ajustarse a las normas anticontaminantes y reducir significativamente el consumo.
En ciudad, el ahorro supera el litro cada cien kilómetros, lo que permite un ahorro en uso mixto de poco más de medio litro, con un registro final de 6,7 litros. Todo un logro tecnológico.
La arquitectura del chasis y la configuración de suspensiones de la versión VTS son capaces de absorber cualquier exceso de conducción. El conjunto se comporta de forma muy plana en los apoyos más fuertes y en los cambios radicales de curvas cerradas continuadas.
El resultados final se traduce en un buen nivel de confianza del piloto en su coche. La pena es que esta confianza, sinónimo de seguridad, se consigue a cambio de un elevado precio.
Gama
Competidores
Ford Fiesta 1.6 Sport