Volkswagen Phaeton V8

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GRANDIOSA DISCRECION

Bajo la piel de una berlina de lujo realmente clásica se esconde la más avanzada tecnología de Volkswagen. El Phaeton es el testamento sobre ruedas que Ferdinand Piech dejó antes de jubilarse, y como el genial ingeniero, por encima de sus contradicciones es un compendio de perfección.

  El motor V8 de 335 caballos supone la opción intermedia de la gama. Ofrece un equipamiento excelente y fuerza sobrada para lanzar las más de dos toneladas de lujo en medio de una excelente calma e insonorización. Cuenta con tracción total y cambio automático y puede solicitarse con cuatro o cinco plazas. Nuestra unidad contaba con cuatro, convirtiendo los asientos traseros en auténticos sillones reclinables eléctricamente y con detalles increíbles como el aire acondicionado interno. Otras opciones de la gama son el motor V6 de 3,2 litros y 241 caballos, bastante más accesible por precio a costa de carecer de la suavidad y poder del V8 y con un equipamiento de serie menos lujoso; y los extraordinarios motores de 10 cilindros TDI y 12 cilindros en W gasolina, de los más exquisitos del mercado mundial.
Mientras que el Audi A8 representa lo máximo en deportividad y lujo, el Phaeton supone el lado más clásico y suntuoso del poder automovilístico. No apuesta por una línea ni por un comportamiento precisos y deportivos, aunque rápido y estable es como pocos y con su amortiguación regulable llega a ofrecer un excelente balance en curvas. Sus razones de ser son el refinamiento y la discreción, dentro de lo que cabe, de su tradicional y elegante estética.
Carlos Lera, Autocity
22 de Marzo de 2004

Equipamiento

EQUIPAMIENTO

El Phaeton V8, obviamente, ofrece un equipamiento de serie de auténtico lujo. Incluye algunos detalles que en el caso de la versión de acceso V6 se ofrecen opcionalmente, como por ejemplo los faros bi-xenon o la tapicería de cuero de serie en la versión de cinco plazas (en la de cuatro el V6 también tiene revestimientos de cuero). Además tiene llantas de aleación de 18 pulgadas, mientras que el V6 se conforma con unas de 16 pulgadas, demasiado discretas para el porte del modelo. La climatización se puede regular desde las plazas traseras y para ello cuenta con una llamativa pantalla de LCD en la consola. El espacio de que disfrutan los ocupantes de estas plazas es francamente amplio. Basta ver desde fuera el tamaño de las puertas posteriores para hacerse una idea de lo bien tratados que están. En el caso de la versión de cuatro plazas los ocupantes de las traseras pueden controlar el asiento del pasajero delantero, para ganar espacio en caso de que no esté ocupada… o sí, que se supone que el de detrás en estos coches es el que manda.
Las inserciones de madera de gran calidad llegan incluso a tapar las salidas frontales de aireación, retirándose cuando entran en funcionamiento. Ya que hablamos de las salidas de ventilación quiero destacar el escaso ruido que hace el ventilador, pues incluso con la máxima corriente el ruido generado por el aire es mínimo.
En la consola frontal se encuentra una pantalla de siete pulgadas en la que se indican las diferentes funciones que se pueden seleccionar, tanto de dinámica como el sistema de climatización o de sonido mediante controles bastante fáciles de usar. El sistema es bueno por facilidad, pero ofrece menos sofisticación que el módulo MMI del Audi A8. Opcionalmente se pueden activar algunas funciones de estos sistemas mediante el volante, tras el cual también opcionalmente puede disponerse de levas para manejar manualmente el cambio tiptronic sin soltar las manos del volante.
En cuanto a medidas de seguridad, el Phaeton cuenta con casi todo lo que se puede imaginar. La dotación de airbags incluye unidades para conductor y acompañante y de cortinilla y laterales en ambos casos para las todas las plazas. Además, en otro tipo de seguridad que en esta categoría de coches cobra especial importancia, la seguridad frente al robo, toda la gama Phaeton ofrece alarma volumétrica con vigilancia del interior. Opcionalmente puede ir equipado con sistema de entrada sin llave, aunque el arranque sí requiere insertar la tradicional llave. Su primo el A8 sí permite sin embargo accionar la puesta en marcha sin llave.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

br> Las dimensiones, el peso y el tipo de coche del que estamos hablando son difíciles de compatibilizar con las ambiciones deportivas. Entre otras cosas porque su posición en el selecto mercado de las berlinas de lujo es una de las más clásicas y orientadas a la comodidad. Para veleidades deportivas está su primo de Audi, aunque si se trata de ir deprisa en trazados abiertos el Phaeton puede hacerlo tan bien como cualquiera sin ceder pizca de suavidad.
La eficacia de la tracción total 4motion (el sistema quattro en el Audi A8) ofrece un alto grado de seguridad en cualquier carretera, aunque el asfalto esté deteriorado o bacheado. En suelo mojado es igualmente extraordinario, tanto por batalla y anchura de vías como por poder de tracción. Puede que los neumáticos 235/55 en llantas de 18 pulgadas sean proclives al aquaplaning en coches más ligeros, pero en este la sensación de agarre es perfecta. Eso sí, sería difícil detectar algún problema de estabilidad inmediatamente con el aislamiento del asfalto que otorgan las suspensiones neumáticas. En cualquier caso los numerosos sistemas electrónicos de asistencia a la seguridad de marcha son otra importante referencia a la hora de confiar en la solvencia del Phaeton: ABS con EBV, control de estabilidad (ESP), bloqueo electrónico del diferencial (EDS), regulación del momento de arrastre del motor (MSR) que asegura suavidad en el accionamiento del acelerador y control de tracción (ASR).

Estas sofisticadas suspensiones, cada vez más comunes en vehículos de gama alta, tienen la ventaja de permitir un rápido y fiable ajuste en cada rueda y pueden regularse manual o automáticamente en marcha. Un sistema electrónico se encarga de variar la presión del aire que llena los tacos de goma neumáticos. En el modo automático esto se produce en función del estilo de conducción, pero mediante un botón giratorio situado en la consola central se puede fijar la elasticidad manualmente. A disposición del conductor hay cuatro niveles de dureza que van de la suavidad casi absoluta a una notable aunque en ningún caso molesta firmeza.
También configurable es el programa del cambio automático Tiptronic de serie, algo común en todos los modelos dotados de este tipo de trasmisión. El conductor puede escoger entre el modo normal y el deportivo, que extrae la máxima potencia del motor antes de subir de marcha. Además, el sistema puede usarse como si se tratara de un cambio manual y para ello nuestra unidad contaba con dos palancas colocadas tras el gran volante. No obstante me parece contraproducente llevar este coche en modo deportivo, bramando y pegando la espalda de los distinguidos pasajeros al cuero de los asientos, y más correcto será utilizar siempre el modo estándar con el que si se pisa a fondo se dispone de los 430 Nm de par del motor V8 y no se sufre tanto molesto movimiento.
Todo está dimensionado a lo grande en el Phaeton, y para que el peso y los más de cinco metros de longitud no abrumen a nadie, además de la comentada suspensión neumática que mantiene en todo momento la carrocería a una distancia constante de la carretera cuenta con unos frenos de enorme tamaño, potentes y modulables. El consumo también es grande, por supuesto, y se tragó una media de 16 litros cada 100 kilómetros en nuestros tests, alternando ciudad (10% del kilometraje) y autopista (90%). Para eso el depósito tampoco se queda chico y ofrece 90 litros de capacidad, la mayor de la categoría junto con el A8.

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