Toyota Yaris T2 D4-D

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Un coche tan bien hecho como el Yaris se merecía un motor diesel a juego. El 1.4 D4-D elegido cumple con todas las expectativas y supera a toda la competencia en algunos aspectos.

Para celebrar el nacimiento del primer diesel pequeño de Toyota se ofrece un acabado especial denominado T2, dotado de acabados específicos que hacen aun más exclusivo al pequeño Yaris.
El rendimiento del motor es excelente, aunando el empuje a medio régimen que se espera de un diesel de última generación con una suavidad y silencio extraordinarios y difíciles de encontrar en la competencia. 75 caballos por poco más de cuatro litros cada 100 kilómetros… Un coche muy recomendable a un precio interesante.
Carlos Lera, Autocity
9 de abril de 2002

Motor

MOTOR

Excelente; así es como hay que calificar el 1.4 l. D4-D de 75 cv.El motor D4-D equipado por el Yaris consigue 75 caballos a 4.000 revoluciones por minuto con tan solo 1.4 litros de cubicaje, lo que supone el motor de este tipo con mejor rendimiento en relación a la cilindrada. Y no solo eso, sino que además el par máximo de 170 Newton /metro a 2.000 rpm. es uno de los mejores de la categoría, solo superado por el excelente 1.4 TDi tres cilindros de Volkswagen, que a cambio es más brusco y ruidoso.
Pero no solo destaca por rendimiento puro, sino también por la forma en la que ofrece ese rendimiento, de manera progresiva y ‘amable’, sin mostrar nunca una progresión brusca. La tecnología empleada es de última ‘hornada’, con rampa de inyección común, admisión directa, turbo e intercooler. La aplicación de todas las sofisticaciones no puede ser más acertada, a juzgar por el escaso consumo de combustible necesario para producir rendimiento y el silencio con el que la hace.
La media ponderada homologada de 4,2 litros cada 100 kilómetros no está muy por debajo del consumo logrado por nosotros mismos: 4,5 l./100km., una cifra excelente que muy pocos coches están en condiciones de igualar.

En marcha

EN MARCHA

La comodidad casa perfectamente con un comportamiento sano.El Yaris, sea cual sea la versión elegida, hace gala de una estabilidad impecable y un excelente comportamiento en curva. No obstante las suspensiones son lo suficientemente blandas para asegurar la comodidad de los pasajeros. El esquema trasero es semi-independiente por brazos tirados, barra de torsión y muelles, una elección adecuada y muy europea.
Los frenos son suaves y tanto los discos delanteros como los tambores traseros tienen buena potencia, aunque el sistema ABS se ofrece como opción con un coste de 480 euros.

El empuje del motor es suficiente para permitir un ritmo alegre al Yaris.Es fácil de conducir por la suavidad de todos los mandos, desde la dirección (endurecimiento progresivo) al embrague. La posición al volante es algo extraña, que no mala, por quedar demasiado erguido en el asiento sin posibilidad de regulación en altura, un inconveniente para quienes gusten de sentirse ‘parte’ del coche aunque la ventaja de estar en alto es la mayor integración con los ocupantes.
Así, el volante regulable en altura queda en cualquier caso un poco bajo e inclinado pero el resto de mandos están a mano, destacando la pantalla holográfica central que refleja el velocímetro, el nivel de gasolina y el taquímetro, todos ellos digitales. Un mal detalle que afecta a la conducción es la escasa visibilidad lateral trasera.

Espacio y equipamiento

ESPACIO Y EQUIPAMIENTO

A pesar del paso de los años el interior del Yaris sigue siendo innovador.La serie especial T2 está disponible con los motores 1.0 gasolina y este D4-D. Se caracteriza por añadir elementos diferenciadores exclusivos en el exterior así como un mayor equipamiento de comodidad.
La estética exterior no destaca por nada en particular, manteniéndose el acabado general de la versión Luna caracterizado por contar con tapacubos, parrilla frontal de acabado metalizado y parachoques pintados en el color de la carrocería. Unos logotipos en la parrilla y en el portón sirven para identificar la versión T2.

Por dentro se encuentra la mayor y mejor aportación de esta serie limitada. En materia de equipamiento destacan el pomo de cambio y el volante terminados en cuero (el volante resbala un poco), el reproductor de CD (además también reproduce casetes y sintoniza la radio) y el cierre centralizado con mando a distancia. Como contrapartida el aire acondicionado es opcional y hay que desembolsar nada menos que 955 euros.
Tanto las plazas delanteras como las traseras ofrecen buena habitabilidad, y como punto realmente diferenciador frente a la competencia hay que señalar la cantidad de huecos portaobjetos de inteligente situación y tamaño.
La seguridad interior se confía a un par de airbags frontales, a los que se puede añadir opcionalmente otros dos laterales para las plazas delanteras, claro.
El maletero es uno de los ‘superdotados’ de la categoría, con 305 litros de capacidad que le sitúan en valores cercanos a algunos coches compactos. Su único inconveniente es que la boca de carga queda demasiado alta, aunque una vez elevada cualquier maleta no hay impedimentos para colocarla en lo que a anchura y altura se refiere.
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