Toyota Land Cruiser 200

Lujo en el campo

El Toyota Land Cruiser 200 llegó a los concesionarios hace unas semanas, y en Autocity nos hemos subido ya a él para experimentar lo que se siente al volante de uno de los todoterrenos más poderosos y exclusivos del mercado. Se trata de un modelo minoritario, del que Toyota España no espera vender más de 300 unidades al año, pues ni lleva la fama de los deseados SUV tipo BMW X5, Porsche Cayenne, etc, ni su precio está al alcance de la mayoría de los bolsillos: 89.000 euros.

a favorRendimiento del nuevo motor V8.Capacidad fuera de carretera.Lujo y equipamiento.en contraPrecio elevado.Inercias derivadas de su peso.
Con una configuración clásica de todoterreno puro y duro (chasis de largueros y travesaños), pero con los últimos avances tecnológicos y el lujo más exquisito, este modelo japonés apenas tiene rivales directos, únicamente el Range Rover, y, de forma un poco más lejana, el Mercedes Clase G. Su imagen impresiona tanto como su tamaño, pues mide nada menos que 4,95 metros de largo, 1,97 metros de ancho y 1,86 metros de alto. Se trata de un vehículo de siete verdaderas plazas, e incluso la tercera fila tiene airbags de cortina.
Aunque también hay una versión de gasolina con unas cifras de potencia y precio similares (el 4.7 VVT-i de 288 cv y 88.200 €), nosotros probamos el Land Cruiser 200 4.5 D-4D, con mecánica V8 de 4,5 litros y 286 cv, el cual resulta claramente más ventajoso por consumos y prestaciones, y su demanda es muchísimo mayor que la del gasolina. La verdad es que para tratarse de un vehículo de 2.615 kilos de peso, las prestaciones de este Land Cruiser 200 4.5 D-4D se pueden considerar sobresalientes (210 km/h y 8,2 segundos de 0 a 100 km/h) y los consumos bastante razonables (10,2 l/100 km de media).
Al excelente rendimiento del motor se le une una eficaz caja de cambios automática con función multimodo y seis velocidades que le proporciona un funcionamiento muy suave. Pero hablando de suavidad, el elemento que hace que los pasajeros reciban el máximo mimo posible es la suspensión, cuyo elaborado sistema posee diversos dispositivos que le permiten regulaciones y modos de funcionamiento para lograr el mayor confort. El comportamiento dinámico en carretera es bueno, siempre y cuando tengamos en cuenta las limitaciones propias de un vehículo de su peso y configuración, en el que inevitablemente se notan las inercias. Es decir, que el Land Cruiser 200 es cómodo y estable, pero no apto para una conducción deportiva.
Pero donde el modelo japonés doblega claramente a los modernos y deseados SUV es en los terrenos complicados. Con su chasis concebido para el campo, la reductora, los bloqueos del diferencial y unas cotas TT muy respetables, el Land Cruiser 200 pasa por donde los SUV se quedan atascados. Sus ángulos son óptimos (31º de ángulo de ataque, 23º de ángulo de salida y 24º de ángulo ventral), su capacidad de inclinación notable (44º de inclinación lateral y 45º de pendiente máxima) y sus distancias holgadas (225 mm de distancia mínima al suelo y 700 mm de capacidad de vadeo).
Finalmente, el que el Land Cruiser sea un vehículo orientado al campo no va en detrimento para que venga equipado como la berlina de representación más lujosa. No tiene niveles de acabado a elegir ni elementos opcionales, ya que por los 89.000 euros que cuesta todo es de serie: 14 airbags, todos los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción incluido el control de descensos, reposacabezas activos, sistema de precolisión, arranque sin llaves, techo solar, climatizador de cuatro zonas, nevera, tapicería de cuero, navegador, cámara de parking trasero, etc.

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