TACUMA 1.8 – CARENS 1.8: Desahogo familiar

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DESAHOGO FAMILIAR

Son dos monovolúmenes compactos de origen coreano y similar tamaño, a un precio atractivo, dos millones y medio de pesetas. Alternativa a una berlina media tradicional de 5 plazas, tanto el Carens 1.8 (110 CV) de Kia como el Tacuma 1.8 (98 CV) de Daewoo pueden dar un buen juego a quienes dudan en este nivel entre un coche clásico o un monovolumen.
El Kia Carens es un monovolumen compacto medio, con 4,44 m de largo y motor 1.8 multiválvula de 110 CV, destinado a la clientela que no busca más de 5 plazas, pero quiere una gran amplitud interior y la facilidad de conducción de un turismo. En realidad, el Carens es más un cruce entre familiar y monovolumen, con más capacidad de carga y modularidad que un familiar puro de su clase y la funcionalidad y polivalencia de un monovolumen compacto.

El Daewoo Tacuma aparenta mayor vocación familiar, pese a ser un poco más corto (4,35 m), aprovechando mejor su plataforma para obtener algo más de volumen útil. Su línea es más monovolumen que la del Carens, y de lado recuerda mucho al Mégane Scénic de Renault, con sus ventanillas curvadas, lo que es más un elogio que un reproche, ante la tendencia a resolver en plan cúbico los problemas de estilo en estos coches.
Con una cilindrada casi idéntica y arquitectura motriz muy similar (motor 1.8 de carrera larga, pero monoárbol de 8 válvulas) da 98 CV y ofrece un aceptable nivel de prestaciones con una funcionalidad muy parecida. En cuanto a habitabilidad, sus 2,60 m de batalla (5 cm más que el Carens) y su conformación más vertical en las plazas traseras le permite ofrecer un gran espacio para piernas, al nivel de las grandes berlinas del segmento H, a cambio de un maletero algo menor del esperable, con 347 litros oficiales (unos 400 reales).

Habitabilidad

HABITABILIDAD; MEJOR EL TACUMA

Sobre una batalla de 2,55 m, el Carens presenta una carrocería monocasco de 4,44 m de largo, de 1,70 m de ancho y 1,60 de alto. Con 5 puertas, las pequeñas lunas de custodia laterales mejoran la visibilidad posterior uniéndose a las partes fijas laterales de la luneta del portón sobre el pilar final de la carrocería entre cintura y techo. Su estilo es sobrio y armonioso, con un frontal más logrado que el del Tacuma, cuya parrilla trilobular, con su zona central de barras verticales no deja de resultar algo pretenciosa, aunque el Daewoo se nota el toque de Pininfarina y de Ital Design quede mejor de lado y por detrás, con sus grupos ópticos sobresalientes a los lados de la luneta.
Mientras, el frontal del Carens es bastante clásico, con faros almendrados y una parrilla trapezoidal cromada, lo que no impide que aunque su parabrisas no sea tan inclinado como el del Tacuma presente un buen coeficiente aerodinámico. Detrás, el portón va enmarcado por unos grupos ópticos triangulares que ascienden por las esquinas hasta la base de la luneta, reduciendo la sensación de altura. La habitabilidad interior es algo inferior a la del Tacuma, pese a ser algo más largo, ofreciendo tres cómodas plazas traseras y un maletero superior al Daewoo, con 400 litros oficiales (unos 420 litros reales), que suben a más de mil si se abaten los asientos traseros. Claro que el del Tacuma en iguales condiciones supera los 1.200. Los dos llevan la rueda de repuesto bajo el plano de carga, de acceso interno (y en ambos normal y no de emergencia) y comparten prácticos detalles de acabado (spots de lectura, portagafas, apertura interior de depósito, etc).

Interior

INTERIOR

Dentro del Carens, el puesto de conducción queda más alto que el de un turismo pero no tanto como para que haya que «subirse» al mismo. Con volante regulable en altura y más de un metro de espacio para piernas en ambas filas de asientos, el Carens es un coche cómodo que no cansa en largos trayectos, ayudado también por su suspensión independiente a las 4 ruedas (tipo Mac Pherson en ambos ejes, con barras estabilizadoras en ambos).
En el Tacuma, la postura de conducción es algo más rara, con peor visibilidad (los montantes delanteros del parabrisas, muy avanzados, estorban en la visión lateral, con unos triángulos delanteros de custodia perfectamente inútiles, y por detrás la visión en tres cuartos es más reducida que en el Kia), pero el acceso a los mandos y la posición al volante son muy racionales. A cambio, los asientos recogen mejor la espalda, hay más huecos portaobjetos, con bandejas bajo los asientos, huecos del suelo bajo los pies de los pasajeros traseros (otra analogía con el Renault Scénic), mesitas plegables tras los respaldos delanteros (y en el asiento central posterior) y el asiento del acompañante puede girarse 180 grados para enfrentarse a los traseros.

Motores

MOTORES; MAS SUAVE EL TACUMA, MAS ENERGICO EL CARENS

En marcha, se aprecia el distinto carácter de cada motor, pese a un rendimiento bastante similar. El 1.8 del Carens es un 1.793 cc biárbol de carrera larga (81 x 87 mm), que da 110 CV, con su culata de 16 válvulas y un par máximo de 15,5 mkg a 4.500 rpm. Gracias al bien escalonado cambio manual de 5 marchas y a su buena aerodinámica, sus prestaciones son francamente brillantes (185 km/h de velocidad punta oficial, que se quedan en 182 reales y 11,3 segundos de 0 a 100 km/h, que suben a 12 en nuestra medición), lo que le asegura un brío más que suficiente sin que el consumo se resienta mucho (8,56 litros/100 km en promedio combinado ECE, que en la práctica significa moverse sobre 7,7 en carretera y 11 en ciudad, con un tope de 9 en conducción rápida en autovía (130/140 km/h).
El 1.8 del Tacuma es también muy brillante, aunque no tanto a alto régimen (es un 8 válvulas). De cotas muy similares (80,5 x 86,5 mm) empuja bien en baja, pero se agota a las 5.000 rpm, mientras el del Carens sube sin desfallecer hasta 6.000 rpm, con su potencia máxima oficial a 5.750 rpm. Además, con algo más de peso real (aunque oficialmente los dos vienen a pesar lo mismo, sobre la tonelada y cuarto) y desarrollos un poquito más largos, el Tacuma se defiende peor en aceleraciones; los 12 segundos oficiales de 0 a 100 km/h son en realidad casi 13, cubriendo el km desde parado en casi 35 segundos (34,3 el Carens). La velocidad máxima, sin embargo, es muy honesta (173 km/h, 3 más de la oficial, al régimen de potencia máxima) y las recuperaciones también, con un llaneo rápido desahogado, sin mucho ruido menos que el Carens y aceptable consumo, aunque algo mayor que el del Kia (sobre 8 litros/100 km en carretera y uno más en autovía, subiendo a 10 en conducción rápida y casi 12 en ciudad).

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

En cuanto a estabilidad y confort, los dos cumplen sobradamente con nota alta, aunque en honor a la verdad, con más holgura el Tacuma. El Carens presenta un buen comportamiento rutero, gracias a un bajo centro de gravedad y una amortiguación muy bien tarada, que controla bastante bien el balanceo de una suspensión tirando a blanda. Ello le permite rodar deprisa sobre firme no muy bueno con un grado de confort ligeramente superior al Daewoo. Pero en curva cerrada su menor tren rodante (llantas de 5,5 x 14 con neumáticos 185/65, Kumho Powermax en ambos, de aceptable agarre para lo que acostumbra la marca) provoca el deslizamiento antes que el Tacuma, que con voladizos algo menores y llantas de 6 x 15 pulgadas con neumáticos 195/60, se permite el lujo de una mayor velocidad de paso en curva.

Los dos subviran claramente, con un tren trasero independiente bien sujeto que sólo se insinúa si le ayudamos reteniendo o tocando suavemente el freno. Pero el Tacuma se tiene estupendamente, y su pequeña ventaja sobre el Carens sería mayor de contar con una dirección más precisa, ya que aunque rápida, no permite al límite sentir con claridad dónde pisa el coche, y eso o quizá por ello que es de asistencia variable. Además, sus neumáticos de mayor agarre y menor deriva son más sensibles a los rebotes sobre mal piso, resultando algo menos progresivo de reacciones. Con todo, ambos permiten una conducción hasta deportiva (para la que en principio no están pensados) gracias a la bondad de sus suspensiones y una amortiguación muy lograda en los dos.

En cuanto a frenos, ninguno destaca demasiado, dada su implantación mixta con discos y tambores, ventilados los delanteros en ambos, pero de un diámetro no demasiado generoso (258 mm el Carens, 256 en el Tacuma). Los del Carens han resultado algo más eficaces y resistentes al trato duro (aunque con el ABS opcional de la unidad probada traía discos traseros macizos de 261 mm), mientras que el Tacuma mantiene los tambores traseros incluso con el ABS de serie también en este 1.8 SX, aunque inicialmente no estaba previsto. Aún así, en caliente las distancias de frenado son bastante correctas. En cuanto al cambio, la ventaja es clara para el Carens, más rápido y preciso que el de su rival, aunque éste permita recurrir menos al mismo.

Equipamiento

EQUIPAMIENTO

Finalmente, el equipamiento está bien cuidado en los dos. El Carens en nivel LS viene de serie con aire acondicionado, cierre centralizado, airbag de conductor y acompañante, elevalunas eléctricos (delanteros y traseros) y retrovisores exteriores igualmente por mando eléctrico, así como asiento del conductor regulable en altura, molduras laterales y parachoques pintados, parrilla cromada, lunas tintadas, cuentavueltas, cubremaletero, etc. En opción queda sólo el ABS, las llantas de aleación, las barras de techo y la pintura metalizada.
El Tacuma incluye prácticamente lo mismo salvo el aire acondicionado (opcional), aunque a cambio lleva de serie ABS, el mando a distancia del cierre centralizado, las barras de techo y el radiocassette (opcional en el Carens). Si nos fijamos en su contenido y casi idéntico precio 2.445.000 pesetas el Carens y 2.450.000 el Tacuma veremos que se trata de una elección realmente reñida, donde en ambos casos por menos de 2,6 millones (con ABS y aire acondicionado) disfrutamos de dos turismos muy amplios y confortables ideales para un uso mixto de lo más familiar.

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