Nissan Patrol 3.0DI

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UN CAMPERO A LO GRANDE

Desde que en 1980 Nissan desembarcara en España con el Patrol como buque insignia, la marca se ha hecho merecedora de una enorme reputación en el mundo del 4×4. La nueva generación Patrol supone la confirmación de que afortunadamente, pese a la cada día mayor ‘asfaltización’ de los todo-terreno, Nissan sigue ofreciendo un vehículo puro y duro pensado para el público más exigente fuera de la carretera.
p>   Ya nada recuerda en el actual Patrol a aquel modelo que desplazó en los 80 al Land Rover Santana de las preferencias de muchos todoterreneros españoles. Sin embargo, en el fondo, el espíritu sigue siendo el mismo: ofrecer alta capacidad fuera de carretera pero respetando la comodidad de los pasajeros. En este sentido Nissan ha logrado un nivel de comodidad interior irreprochable, espacio para siete y prácticos equipamientos de confort, a costa de unas dimensiones superiores a las de la competencia.
p>El sujeto de nuestra prueba es realmente una evolución del último Patrol GR. De él toma bastidor, motor y diseño general, pero incorpora modificaciones de importancia en muchos apartados, mejorando abiertamente a su antecesor. Destaca porque siendo un competidor natural del Land Cruiser de Toyota , confía en un motor de cuatro cilindros (como el Isuzu Trooper y el Montero de Mitsubishi). Esta característica tiene ventajas e inconvenientes; las primeras, campo a través y los segundos, en carretera. Goza de una excelente entrega de par a bajo y medio régimen, ideal para no perder tracción en terrenos embarrados, pero se encuentra en inferioridad por potencia y suavidad. El peso y el tamaño juegan en su contra, y tanto las prestaciones como los consumos salen perjudicados.
p>Por precio está en la línea de sus rivales, y si ellos ofrecen seis cilindros (aunque no una cantidad significativamente mayor de caballos) el Patrol responde con mayor espacio interior y para el equipaje.Carlos Lera, Autocity
24 de Febrero de 2005.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

Para garantizar la fiabilidad de un todo terreno nada mejor que un recio bastidor de vigas de acero. Resiste los impactos y aísla la carrocería y el interior de las torsiones. En carretera son menos indicados que los bastidores monocasco autoportantes porque elevan el centro de gravedad y pesan más, pero si un vehículo va a pasar por lugares escarpados con frecuencia o simplemente se valora más la capacidad off-road que el comportamiento en asfalto son muy recomendables. El Patrol se construye sobre un chasis de largueros y travesaños al que se acoplan unos sistemas de suspensión muy rudos, ejes rígidos en ambos trenes y, como concesión necesaria al comportamiento en carretera, muelles helicoidales. No es una elección basada en ahorro de costes, ni motivada por limitaciones técnicas o antigüedad de diseño (¡estamos hablando de Nissan!); más bien responde a la lógica idea de que el Patrol está orientado a un público exigente con la capacidad del coche fuera de la carretera, que puede tolerar limitaciones sobre el asfalto si a cambio se favorece su faceta más robusta. En este sentido carece de control de tracción y por supuesto de control de estabilidad, elementos que sí se encuentran en modelos competidores. Aunque puede admitirse que estas tecnologías en uso todo terreno no son útiles o apropiadas, es indiscutible que se tiende a la integración de los mismos en vehículos de todo tipo, como sin ir más lejos ha sucedido con el ABS. En cualquier caso es evidente su aportación a la seguridad en carretera, por lo que si los demás gozan de estos elementos y el Patrol no, supone un punto en su contra.

La posibilidad de desacoplar la estabilizadora trasera permite mejorar el recorrido de las suspensiones en campo sin tener que limitar en exceso la estabilidad en carretera. Mediante un botón que se encuentra en la consola central el conductor activa el sistema que permite total libertad al eje rígido trasero para adaptarse a terrenos agrestes, pero una vez en el camino o en la carretera la estabilizadora vuelve a acoplarse y el comportamiento dinámico es correcto.
Motor
El Patrol sigue fiel al enorme cuatro cilindros del GR, convenientemente revisado para el nuevo modelo. Este propulsor data del año 2000, cuando haciendo caso a las críticas que se quejaban de falta manifiesta de potencia (130 caballos) para el tamaño y peso del vehículo, en Japón decidieron abandonar el rudo motor de inyección indirecta por uno más moderno, creado exclusivamente para el Patrol, y dotado de inyección directa de combustible y doble conducto de admisión. En 2004, coincidiendo con el lanzamiento del nuevo modelo objeto de nuestra prueba, este motor se revisó en algunos aspectos para ganar par motor. Si ya contaba con doble árbol de levas en cabeza y cuatro válvulas por cilindro, ahora se han mejorado detalles como las fricciones internas, los inyectores y el sistema de escape.
La potencia ha pasado de 158 a 160 caballos, pero el par experimenta una notable mejoría, de 354 pasa a 380 Nm al mismo régimen de 2.000 rpm. La fuerza es excelente en campo, pero el ruido y la alegría del motor no son comparables en carretera a los de un seis cilindros. En definitiva se trata de un motor con empuje, muy apropiado como ‘off-road’, pero no tanto cuando aumenta la velocidad.
Lo mismo sucede con el bastidor. Si bien por carretera en el interior no se sufren rebotes molestos a pesar de los ejes rígidos, es necesario tomarse las curvas con precaución porque la agilidad se ve perjudicada también por una batalla nada desdeñable de 2.970 milímetros, dirección por recirculación de bolas y un peso que se acerca a las dos toneladas y media. En el campo se desenvuelve mucho mejor por su capacidad para absorber baches, de lo mejor del mercado, y gracias a unos ángulos de 37º de ataque, 31º ventrales y 27º de salida. En estas circunstancias parece más pequeño de lo que realmente es, el motor no desfallece por mucho que se complique la marcha y gracias a una concepción 100% campera será difícil encontrar pendientes o firmes de cualquier tipo que puedan impedirle el paso. Sólo sus grandes dimensiones pueden suponer un inconveniente en senderos cerrados y trialeras. 1.940 mm. de anchura, 1.855 mm. de altura y 5.095 mm. de longitud lo sitúan bastante por encima en dimensiones del Toyota o el Mitsubishi, tanto en longitud como en anchura, y también en peso.
La caja de cambios posee cinco relaciones con la cuarta directa y la quinta superdirecta, apropiada para llanear. Las cortas tienen una desmultiplicación extra de 2,020, nada radical, pero que gracias al buen par motor ofrecen un buen rodar en pistas delicadas sin ceder tracción en barrizales o pendientes. El mecanismo de la caja transfer se acciona mediante una palanca tradicional, nada de sistemas eléctricos. El diferencial trasero es de deslizamiento limitado, aunque puede bloquearse si se hace necesario.

Interior y equipamiento

INTERIOR Y EQUIPAMIENTO

La presentación interior es francamente buena, sin llegar a asemejarse más a un turismo que a lo que realmente es, como sucede en algunos competidores. La posición de conducción es alta y permite controlar muy bien las esquinas, algo importante con su intimidante tamaño, mientras que el salpicadero, de nuevo diseño, es elegante y práctico. Los asientos tienen un tapizado alcántara de excelente tacto en esta versión Luxury, siendo más modesto en el Comfort Plus y de cuero en el tope de gama Elegance. La anchura entre los asientos delanteros es notable destacable y en la segunda fila incluso con tres ocupantes se disfruta de mucho espacio en todos los sentidos, como no podía ser de otra manera en un coche de casi dos metros de anchura.

Otros dos asientos abatibles se encuentran recogidos en el maletero y aunque sus banquetas y respaldos son cortos, sirven para salir de apuros. En general las grandes dimensiones exteriores se traducen lógicamente en el habitáculo más amplio de la categoría. Lo mismo sucede con el maletero, que con los asientos de la tercera fila recogidos llega a 668 litros (VDA).

Cuenta con un buen equipamiento: climatizador semiautomático, elevalunas en las cuatro puertas, cierre centralizado, llantas de aleación de 17 pulgadas, equipo de sonido con cargador de seis compactos y cubierta rígida pintada en el color de la carrocería para la rueda de repuesto. En la lista de opciones están la alarma volumétrica, los sensores de ayuda al aparcamiento, de gran utilidad dadas las dimensiones de las que hablamos, diversos modelos de bacas según las necesidades, barras de protección delanteras y traseras, sistema de navegación ‘birdview’ de Nissan o instalación de telefonía móvil con manos libres.

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