Mercedes SL 63 AMG

En los últimos años, a Mercedes hay que reconocerle su capacidad de transformación, cómo se ha proyectado hacia una imagen de marca más moderna y actualizada, y cómo ha revisado buena parte de sus proyectos, también los más ambiciosos, para equipararse con las marcas Premium de orientación más deportiva. Así las cosas, y siempre bajo el paraguas de su división de competición AMG, el fabricante de la estrella ha preparado su última obra maestra, el Mercedes SL 63 AMG, la versión más radical y deportiva del recientemente renovado Clase SL, que se une a los últimos ‘pura sangre’ descapotables de la marca, como son el SLS AMG Roadster o el SLK 55 AMG.
Entre los otros fabricantes alemanes de lujo, los oponentes naturales serían los BMW M6 Cabrio y Audi RS5 Cabrio, ambos modelos que se esperan también para la segunda mitad del presente curso con potencias de 560 y 450, respectivamente. En el escalafón de precios es evidente que por su ‘potencia rebajada’ el más asequible de todos será el RS5, que rondará los 95.000 €, con el M6 en una posición intermedia, sobre los 130.000 € y el más caro, el SL 63 AMG, que parte de los 157.000 €. De ahí en adelante, los rivales son de alta alcurnia, como: Jaguar XK Convertible, Aston Martin Roadster, Maserati GranCabrio o incluso si ‘cruzamos el charco’ el Chevrolet Camaro Cabrio, el más espartano de todos.Los BMW M6 Cabrio y Audi RS5 Cabrio, que es esperan también para este 2012, serán sus oponentes naturales
Sin rastro de los motores atmosféricos
Debutará en el próximo Salón de Ginebra (a partir del 6 de marzo) y se espera su comercialización para el último trimestre, convirtiéndose en el descapotable biplaza y de techo rígido más potente en la historia de la marca: 537 cv (564 cv con el kit de preparación ‘AMG Performance’) y 810 Nm (900 Nm) gracias al bloque motor V8 de 5.5 litros de cilindrada Twin Turbo, confirmando que Mercedes, como BMW y Audi para sus M6 y RS5, se decanta definitivamente por el rendimiento y la eficiencia de las mecánicas turboalimentados en detrimento de los ‘grandes’ propulsores atmosféricos, que en la historia del SL AMG nos remontan a cilindradas de seis litros V12.
Acoplado sobre un cambio secuencial de accionamiento deportivo Speedshift MCT de siete marchas y con una carrocería aligerada en 110 kg gracias a la utilización de componentes ultraligeros en aluminio y fibra de carbono, el SL 63 AMG ofrece espectaculares prestaciones, 4,3 segundos en el 0 a 100 km/h (4,2 con el pack AMG) y 250 km/h de velocidad máxima limitada electrónicamente (aunque su punta real es de alrededor de 300 km/h), y unos increíbles consumos y emisiones de CO2, de 9,9 l/100 km (4,2 l/100 km menos que antes) y 231 g/km de CO2 (por los 328 g/km de antes), dejando en evidencia a su antecesor SL 55 AMG.
Por lo demás, el refinamiento tecnológico que ha alcanzado Mercedes no es noticioso, con un nivel de dinamismo y diversión al volante –nueva dirección con regulación electromecánica, regulaciones de todo tipo en el tren de rodaje específico AMG o el sistema de frenos de alto rendimiento, entre otros- equiparable a cualquiera de sus contrincantes naturales. Además, la comodidad y el lujo a bordo llegan a cargo de unos revestimientos interiores y equipamientos de berlina representativa, como por ejemplo, el sistema de apertura de maletero con sólo deslizar el pie por debajo del mismo.
Cierra el círculo, un techo retráctil de accionamiento eléctrico que en menos de 20 segundos convierte al SL 63 AMG en un roadster o en un coupé, pero que a diferencia de su predecesor, puede equiparse con tres variantes: techo pintado, techo de cristal o el singular techo retráctil panorámico Magic Sky Control que se oscurece o aclara a nuestra necesidad.Techo retráctil panorámico Magic Sky Control

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