Mazda B2500

Inicio

PURO Y DURO

Compartiendo base con el Ford Ranger, o mejor dicho sirviendo de base para este, pues el diseño de ambos se basa en un proyecto de Mazda, el B2500 se posiciona como un Pick Up de clara vocación trabajadora. Esto no quiere decir que renuncie a elementos de comodidad que pueden considerarse extraordinarios para un vehículo industrial, y ya sea de serie o como accesorio el B2500 tiene lo que hay que tener para estar a la altura de sus competidores más elegantes.

  Su motor está un poco desfasado en cuanto a tecnología y potencia máxima, pero ofrece un excelente rendimiento a bajo y medio régimen. Los 109 caballos de rendimiento pueden considerarse bastante por debajo de lo que se lleva en la categoría, pero en la práctica puede mantener cruceros de 140 / 150 km/h en autopista, mientras que en vías con más curvas no es nada recomendable apurar las prestaciones en vehículos dotados de eje rígido y ballestas en el tren trasero, que sin carga rebota notablemente.
Sus cuatro grandes cilindros en línea generan un nivel sonoro muy elevado en el interior que se hace más molesto según aumenta la velocidad, pero mantienen un nivel de consumo bastante bajo a pesar de la terrible aerodinámica. En trayectos mixtos ciudad / carretera mantuvimos una media de 11 litros a los 100 km que no nos parecieron excesivos.
Carlos Lera, Autocity.
29 de Octubre de 2003.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

En marcha se caracteriza por un rudo comportamiento dinámico. Las suspensiones están condicionadas por las ballestas semielípticas traseras. Con la caja descargada los rebotes del tren posterior son incómodos y molestos, pero en este diseño lo que se ha buscado ante todo es garantizar una fiabilidad a prueba de socavones y grandes cargas. En el tren delantero en cambio cuenta con muelles y amortiguadores en esquemas de doble trapecio unidos por una estabilizadora, y su guiado es muy correcto.

Tanto la dirección como los frenos e incluso el accionamiento del cambio de marchas tienen las mismas características. Están pensados para un vehículo práctico e industrial, no aspiran a ofrecer un tacto deportivo pero tiene un nivel de eficacia excelente. La dirección asistida está muy desmultiplicada y cuesta muy poco girar el volante aunque una rueda se encuentre semi bloqueada por un obstáculo, y en contrapartida es necesario dar muchas vueltas al volante para realizar cualquier maniobra.
Los frenos por su parte cuentan con ABS en las versiones Sportive (los acabados Exclusive y Active no poseen este sistema) por lo que se trata de la elección acertada si se va a circular con frecuencia por asfalto. Delante tiene discos ventilados y detrás tambores que sin carga funcionan perfectamente (no recae peso sobre ellos) pero seguramente con mucha carga se agradecería unos más eficaces discos, aunque la competencia, incluso modelos mucho más costosos, tampoco los montan.
El cambio de marchas y la trasmisión en general se muestran muy eficaces y robustos. Eso sí, el tacto es de vehículo militar, muy tosco y aparatoso por recorridos e imprecisión en las largas palancas de marchas y de la caja reductora, que además engrana la tracción total, porque al carecer (como todos los Pick Ups de nuestro mercado salvo el carísimo y enorme Land Rover) de diferencial central no están pensados para hacer transferencias de par variables entre ambos ejes. Las relaciones largas son muy cortas, especialmente de primera a tercera, mientras que en la caja corta no son tan apretadas como en un Land Rover Defender pero son muy capaces en terrenos blandos. Cuenta además con bloqueo del diferencial delantero mediante un botón situado en el salpicadero.

Detalles

DETALLES

La versión probada contaba con la nueva configuración de cabina denominada ‘FreeStyle Cab’. Se caracteriza por contar con cuatro puertas para acceder a las también cuatro plazas de su interior. Las puertas traseras se abren hacia atrás y de esta forma se suprime el pilar central, lo que supone una importante mejora a la hora de acceder a su interior o por supuesto en caso de querer cargar objetos poco manejables. Es una excelente idea que no afecta a la rigidez de la carrocería.
La comodidad en las plazas frontales es mayor de la que sugiere el aspecto del B2500. El diseño de los respaldos es muy ergonómico y la posición del tronco bastante recta. Aunque el aspecto del salpicadero no sea muy agraciado y los mandos sean sencillos, la eficacia se impone en un vehículo diseñado para dar lo mejor de sí mismo en entornos de trabajo.

En el B2500 de este año se ha modificado el diseño de los asientos, dotándolos de mejor sujeción lateral y modificando de paso en general las tonalidades del salpicadero con un color azulado muy agradable. De serie ofrece aire acondicionado, equipo de sonido, elevalunas eléctricos y cierre centralizado con mando a distancia… ¿qué más se puede pedir que realmente sea útil?
Las plazas traseras son bastante incómodas, en lo que empata con todos sus competidores, al contar con dos banquetas abatibles sobre los respaldos. Ambos son completamente rectos y poco recomendables para viajes medios o largos, pero suponen una solución válida para quienes no suelan emplear estas plazas más que de vez en cuando y en trayectos cortos.
Si se quieren tres plazas de verdad en la parte trasera debe optarse por la cabina doble, más larga y con puertas traseras convencionales y dotadas de elevalunas eléctricos como las delanteras. Esta configuración mantiene una longitud total similar a la FreeStyle, por lo que la superficie de carga se reduce de 1.753 a 1.530 mm, una pérdida lógica y a valorar en función de las necesidades.
Exteriormente se advierte que se ha intentado ofrecer un producto lo más agradable posible dentro de las posibilidades intrínsecas del modelo de partida. Detalles como la barra cromada sobre la caja o las llantas de aleación de serie en el acabado Sportive, único en el que se puede optar por la cabina FreeStyle, ‘alegran’ la imagen del B2500.
CONCLUSION

En definitiva, el Mazda B2500 es ante todo un Pick Up, con una clara vocación trabajadora, pensado para soportar el trato más duro, pero dotado de elementos de comodidad que lo hacen agradable. En realidad es también un buen vehículo recreacional, pues su carácter rudo y bruto no deja de ser parte de su encanto cuando se trata de sacar partido a sus posibilidades fuera de carretera. Si bien es cierto que muchos 4×4 convencionales combinan mayores aptitudes todo terreneras con mejor calidad de marcha, no lo es menos que lo consiguen a base de mayores complicaciones técnicas y por tanto de un precio bastante más elevado. Además, por capacidad para equipajes pesados o sucios un Pick Up no tiene precio.

El Mazda B2500 no obstante lo tiene difícil en un mercado que cada vez ofrece productos más llamativos y ‘fashion’ o a la moda, y si no, fijaros en el Nissan Pick Up. El mercado se mueve en una franja de casi 5000 euros y por motor el Mazda, junto con su primo hermano Ford Ranger están a la cola en cuanto a potencia. El hecho diferencial más importante es sin duda la curiosa cabina Freestyle, frente a las cabinas simples y de complicado acceso trasero que ofrecen otros fabricantes. No obstante el elevado precio de tarifa que han fijado para nuestro protagonista es su peor aliado de cara a lograr unas cifras de ventas notables.
El coste del B2500 FreeStyle Sportive es de 23.250 euros, mientras que el Nissan Pick Up Navara ‘King Cab’ con motor de inyección directa,133 caballos y con la capacidad interior del Mazda pero sin puertas traseras cuesta 21.986 euros, el Mitsubishi L200 con 115 cv. pero muy escaso equipamiento sale por 18.350 € y el Ford Ranger por 21.100 €, siendo similar en todo incluido el sistema de apertura de las puertas traseras salvo en equipamiento, al resultar el Ford mucho más espartano, no ofreciendo aire acondicionado de serie ni ABS en esta configuración.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More

Privacy & Cookies Policy