La silla infantil en sentido inverso a la marcha reduce un 75 por ciento los riesgos

El RACE justifica esta recomendación en estudios y pruebas de impacto llevadas a cabo en colaboración con Cybex, una empresa dedicada a los sistemas de retención infantil, y cuyos resultados ha hecho hoy públicos en rueda de prensa.

Las pruebas han demostrado que una silla en sentido inverso reduce en un 75 por ciento los riesgos de lesiones respecto a un silla en el sentido de la marcha, por lo que ambas entidades han editado medio millón de ejemplares de un díptico para concienciar a los padres de las ventajas de incrementar el tiempo de uso en esa posición contraria.

Pero no sólo a los padres. También a otros parientes como los abuelos, toda vez que se ha detectado un incremento en el número de éstos que llevan a sus nietos en el vehículo (sobre todo trayectos escolares), pasando de un 10 por ciento el pasado año a un 19 por ciento en este ejercicio.

Y también se ha comprobado, según han dicho los responsables de ambas entidades, que el riesgo de daño en el cuello y la cabeza se multiplica cuando el niño viaja en sentido de la marcha, ya que debido impacto, el pequeño se desplaza hacia delante y es retenido por el arnés, provocándole tensiones muy altas en el cuello, la columna y los órganos internos.

Precisamente, las lesiones más frecuentes entre los niños de 0 a 2 años derivadas de un accidente son en el cuello, mientras que entre los 2 y 4 años son en la cabeza y entre los 4 y los 10 en el abdomen.

En muchos Estados norteamericanos y en los países nórdicos la normativa está más avanzada que en España. Por ejemplo, en estos últimos la edad para viajar en sentido contrario se amplía hasta los cuatro años.

De todos modos, las encuestas reflejan que un 95 por ciento de los menores en España viaja de forma segura, lo que no impide que la siniestralidad infantil todavía registre cifras notables.

Así, en 2011 fallecieron como consecuencia de un accidente de tráfico 42 niños de entre 0 y 14 años, otros 456 sufrieron heridas graves y 4.628 de carácter leve.

La media diaria el año pasado de niños implicados en siniestros fue de 14, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) mencionados por el RACE y que, según esta asociación, demuestran que en 2011 aumentaron los menores heridos graves que no llevaban un sistema de retención en el momento en el que circulaban.

Para dar una idea de la siniestralidad infantil, las entidades autoras del estudio aseguran que entre 2001 y 2010 casi 60.000 niños fueron víctimas de accidentes -muertos y heridos-, una cifra que es la suma de la población de entre 0 y 14 años de las provincias de Salamanca y Palencia.

De las cifras del pasado año se deduce que la mayoría de los niños fallecidos (42) en esos siniestros -el 64 por ciento- sufrieron el accidente en carreteras convencionales (17), autovías (8) y autopistas (2), por lo que el RACE quiere hacer especial hincapié en la necesidad de utilizar los sistemas de retención en esas vías.

Los autores del estudio han aportado también datos de este año que reflejan que hasta el 31 de octubre han perdido la vida en accidente 28 niños, cuatro más que en el mismo periodo del año pasado.

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