Inventos del motor

¿Quién o qué marcas hay detrás de todos los elementos que han cambiado y revolucionado el mundo de la automoción hasta límites insospechados? Habrá que remontarse años y décadas, pero explorar en nuestro fondo de armario resultará curioso y asombroso. Hablamos de artilugios tan básicos en la actualidad como el elevalunas eléctrico, el aire acondicionado, el turbodiésel o que los asientos traseros sean abatibles, por poner unos ejemplos. Recordar aquellos viajes eternos ventanilla bajadas, toallas para protegernos del sol, sudores- en pleno verano o perdernos siguiendo un mapa no actualizado, son cosas del pasado. La tecnología, muchas veces probada en bólidos de competición, llegó a nuestras vidas, a los coches de calle.
Que en un todoterreno o en un familiar la hilera de asientos trasera se pueda abatir es algo que en la actualidad se da por hecho. En los años 60 Renault, en su Renault 4, fue pionero en el tema, aunque realmente fue Fiat el que poco después dispuso de asientos abatibles individuales, jugando con la posibilidad de transportar una tercera persona o cargar mayor equipaje. Siguiendo dentro del habitáculo, el decir ‘basta’ a las manivelas para subir y bajar ventanillas e implantar el elevalunas eléctrico fue otro síntoma de modernidad: Harley Earl, diseñador de General Motors, los instaló en un Buick por primera vez en 1938. Hasta los 50, no fueron de serie, tanto en Cadillac como en Buick. A Europa, cromados y de metal, llegarían de la mano de modelos de gama alta y siempre como extras.
Y del aire acondicionado, qué decir. Pues que mientras en Europa se miraba la calefacción en un vehículo como un hito para la humanidad, en Estados Unidos ya disfrutaban del aire refrigerado gracias a Studebaker, que lo introdujo en su modelo Commander. En Europa fue el Mercedes 300 SE el que lo incorporó de serie en 1961. La marca de la estrella de tres puntas introdujo por primera vez a un vehículo el espejo interior antirreflectante en la década de los 50. Para evitar que un coche con las luces mal reguladas te deslumbrase, lo que hizo Mercedes fue adaptar una pequeña palanca junto al espejo para modificar la posición de éste. Ahora, esta prestación es asunto de sensores.
Antiblockiersystem, más conocido como ABS, es un sistema electrónico de antibloqueo primero incorporado en los aviones, más tarde en los coches-, para evitar que los neumáticos pierdan adherencia con el suelo cuando se frena a fondo, en seco, ante una situación de peligro. La empresa británica Jensen desarrolló este dispositivo a finales de los 60. BMW y Audi, por ejemplo, incorporaron a sus modelos un ABS fabricado por Bosch. Sin ABS seguramente muchos alerones delanteros se hubiesen destrozado. Ese fragmento de plástico, con fines decorativos y aerodinánicos, lo incorporó por vez primera Datsun en su legendario 240Z-, más tarde sería el Golf GTI. Actualmente, el alerón se tiende a confundir con el faldón delantero. Antes de entrar en el terreno de la mecánica: el GPS, ese invento que ha cambiado la vida de muchos a la hora de conducir fue asunto de los japoneses de Honda, que en 1983 lo incorporaron a su Accord. Después desembarcaría en Toyota (1987), BMW (1994) y Mercedes (1995), siempre como un elemento extra, de lujo, casi pijerío.
En los años 30 los hombres más poderosos del planeta querían gozar de coches veloces y de prestaciones superlativas. La implantación en 1930 un año después de la Gran Crisis- por parte de Cadillac de un motor bestialmente grande V16, con una cilindrada que espantaba, de 7.4 litros , y una potencia de 165 CV, para alcanzar una velocidad máxima de 160 Km/h eran palabras mayores. En cuanto a la motorización híbrida, Ferdinand Porche fue el primero en abrir la lata, en 1902, al montar una batería, un generador y un motor eléctrico sobre un Daimler, que ofrecía la posibilidad de seguir rodando al agotarse el depósito de gasolina. Aquello era una bomba para la época que corría. Todo un invento. Dice la leyenda que sus hijos lo utilizaban como medio de transporte para ir al colegio.

Los ingenieros de Mercedes sospecharon durante varios años, década de los 60 y 70, que meter un turbocompresor de gas de escape se adaptaría mucho mejor al diésel que a la gasolina, como ya ocurría por entonces en los camiones. En 1978 la marca de Stuttgart construye el primer vehículo con motor diésel sobrealimentado, el Clase S. A Mercedes le hubiera gustado también ser pionero en alimentar sus cámaras de combustión de manera directa (vamos, la inyección directa de gasolina tan popular ahora, sobre todo en el grupo Volkswagen, con su motor FSI al frente). Pero no. Fue el fabricante Gutbrod el que se adelantó.
Por último, el control de velocidad, que se inventó en 1945 por el ingeniero y mecánico ciego Ralph Teetor. La idea, curiosa, nació de la frustración que sentía al ir en el vehículo con su abogado, quien frenaba y aceleraba continúamente según hablaba. Este sistema se implantó por primera vez en el Chrysler Imperial, en el año 58, con el que se calculaba la velocidad gracias a las rotaciones del palier y, después de colocar la palanca en D (automático), el coche mantenía un ritmo constante que fijase el conductor.

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