Ford apunta con el nuevo Lincoln al corazón de Lexus

El presidente y consejero delegado de Ford, Alan Mulally, sonó desafiante en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica (NAIAS), que se inició hoy en Detroit, cuando advirtió a su principal competidor, Lexus, la marca de lujo de Toyota, que es su objetivo.

‘Estamos colocando Ford/Lincoln directamente en el corazón del mercado de Lexus’, dijo Mulally mientras detrás de él los fotógrafos se despachaban a gusto con el nuevo prototipo de la marca, el Lincoln MKC.

Es con vehículos como el MKC con los que Lincoln quiere plantar batalla a Lexus y los demás fabricantes de automóviles de lujo.

Lincoln tiene programado lanzar cuatro nuevos vehículos en los próximos cuatro años.

En 2006, Ford empezó el proceso de desprenderse de sus marcas de lujo en un intento de acumular efectivo, reducir sus costos y concentrarse en el núcleo duro de su actividad.

En los siguientes años, Ford se desprendió de las británicas Aston Martin, Jaguar y Land Rover y de la sueca Volvo.

Con el dinero obtenido de la venta de estas marcas, Ford inició su reestructuración dos años antes que sus competidores estadounidenses y consiguió liquidez en un momento crítico hasta el punto que fue el único de los Tres Grandes de Detroit que no necesitó ayudas públicas durante la crisis de 2008-2009.

Aston Martin fue vendida a un grupo inversor del Oriente Medio, Jaguar y Land Rover al conglomerado indio Tata y Volvo a la china Geely.

Hoy, Alan Mulally, que llegó a Ford en 2006 de la mano de Bill Ford, el bisnieto del fundador de la empresa, para llevar a cabo una reestructuración similar a la que había capitaneado en el constructor aeronáutico Boeing en la década anterior, dijo que no se arrepiente de haberse desprendido de las marcas europeas.

‘No, para nada’, dijo Mulally cuando se le preguntó si se arrepentía de haber vendido las cuatro marcas que ahora están teniendo buenos resultados económicos.

‘Olvidamos la situación en que estábamos hace seis años. Entonces teníamos todas esas marcas, el mundo se estaba ralentizando y 85 % de nuestro negocio era Ford y Lincoln’, explicó Mulally.

‘La decisión que tomamos de deshacernos de Aston Martin, Jaguar, Land Rover y Volvo no fue porque eran malas marcas sino para concentrarnos intensamente en Ford y Lincoln y hacer esta transformación. Creo que hicimos lo adecuado’ añadió.

Según el dirigente de Ford, la multiplicidad de marcas impidió a la empresa a concentrarse. Pero ahora, tras eliminar los nombres europeos, con la desaparición de la tercer marca estadounidense del grupo, Mercury, y el éxito económico de la marca Ford, es el momento de revitalizar Lincoln.

‘Cuando teníamos a Jaguar, Volvo, Aston Martin y Land Rover, no invertíamos tanto en Lincoln. Ahora se puede ver el poder de Ford concentrándose en Lincoln. Y ahora también tenemos la oportunidad de devolver la vida a Lincoln que es muy importante y divertido para nosotros’, añadió Mulally.

General Motors, que durante la crisis del sector se vio obligado a eliminar cuatro de sus ocho marcas, se encuentra en un proceso similar con Cadillac, su emblema de la gama alta.

Como señaló Mulally, para los fabricantes estadounidenses es vital recuperar el terreno perdido porque aunque el volumen de vehículos de lujo vendidos siempre será inferior que los números que consiguen sus marcas más populares, el beneficio que obtienen por unidad vendida es muy superior.

Lincoln lo tiene cuesta arriba.

En 2012 la marca vendió 82.150 automóviles en Estados Unidos, un 4,1 % menos que el año anterior. Y en mes de diciembre, la caída de las ventas fue del 12,1 %.

La clave para competir con Lexus, Infiniti, Acura, BMW, Audi o Mercedes es que Cadillac o Lincoln renueven su gama de productos.

Mulally está convencido que los nuevos productos de Lincoln son tan buenos, sino mejores, que los de cualquiera de sus rivales.

‘Hace un par de semanas me pasé todo el fin de semana conduciendo un Lincoln MKZ’, dijo Mulally en referencia a la nueva berlina de la marca.

‘Cuando llegué de Boeing conducía un Lexus y me preguntaron porqué lo conducía. Les dije que porque era uno de los mejores coches del mundo. Puedo decir que el MKZ es de clase mundial’ añadió.

Mulally, que asegura que cada día conduce un vehículo distinto, ya sea de Ford o de la competencia, para probar y comparar, contestó tajante a la pregunta de si volvería a conducir uno de los modelos de lujo de Toyota.

‘No, no conduciría ahora un Lexus’ afirmó.EFE

Julio César Rivas.

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