Dodge Challenger Project Car

Los show cars son sin duda la máxima expresión del tuning, donde cada preparador o fabricante expone lo mejor de si mismo y de sus colaboradores, en proyectos capaces de sorprender no solo a los entusiastas de los coches modificados, sino también a los aficionados al motor en general. El Dodge Challenger Project Car presentado por Eibach es una buena muestra de hasta donde pueden llegar las preparaciones de calidad.

Un poco de historia

Los clásicos muscle cars americanos solían ser, gracias a sus poderosos motores V8 de gran cilindrada, los reyes indiscutibles de las pruebas de aceleración del cuarto de milla, donde destrozaban a sus rivales con facilidad. Pero los tiempos cambiaron, y llegados del otro lado del océano aparecieron coches con menos potencia y cilindrada, pero más ágiles, que fueron poco a poco relegando a un segundo lugar a los enérgicos muscle cars, que algunos empezaron a considerar auténticos dinosaurios del pasado.

Pero el muscle car del siglo XXI no está dispuesto a dejarse ganar fácilmente, y el Dodge Challenger es no solo un digno heredero de aquellos coches de los 60 y los 70, sino el representante de una nueva generación de deportivos más rápidos, más manejables y más temibles, pues el nuevo Dodge SRT8 con sus 425cv está dispuesto a vender cara su derrota en el cuarto de milla.

Más músculo para el muscle car

Con sus formas casi voluptuosas, su pintura naranja con sus ya clásicas rayas negras, y su estética retro, el nuevo Challenger SRT8 se asemeja a una verdadera reedición del R/T de 1969. Cualquiera pensaría que estamos ante una preparación genuinamente americana, pero lo cierto es que esta belleza ha sido importada en exclusiva para Eibach y toda la preparación ha sido llevada a cabo en el viejo continente.

Eibach es el especialista en suspensiones, y como no podía ser de otra manera, el Dodge Challenger ha sido dotado de uno de los sistemas más avanzados de suspensión con que cuenta el preparador alemán en su catálogo, el Multi-Pro-R2, con el que se permite el ajuste remoto del rebote y la compresión. Gracias a este sistema podemos pasar fácilmente de una suspensión radical y deportiva, ideal para buscar los límites de este singular deportivo, a una configuración más confortable, indicada para hacer un largo viaje por autopista.

Son muchos los detalles que marcan el estilo de este show car, tanto en el exterior como en el interior, pero si hay algo que salta especialmente a la vista cuando observamos esta preparación, son las llantas OZ Botticelli de 22 pulgadas con el aro en el color de la carrocería. Calzadas con unos pegajosos Toyo Proxes T1R, en medida 265/30 R22, queda garantizado no solo un excelente agarre y reacciones deportivas, sino la capacidad de transmitir al asfalto el gigantesco par de 569Nm.

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