‘En Fiambalá puedes esperar de todo. Puede ser muy fácil o muy duro. El año pasado era muy fácil, hace dos años muy duro’, comentó Despres al término de la décima etapa, entre Córdoba y La Rioja, en la que finalizó en segundo lugar.
Fiambalá, situado en la provincia argentina de Catamarca, cerca de la frontera con Chile, es uno de los puntos fuertes del Dakar.
Sus dunas blancas, las tormentas de arena y las temperaturas extremas lo convierten en uno de los tramos más exigentes del rally.
En 2012, sin embargo, llovió en la zona y la etapa fue mucho más plácida de lo habitual.
Sobre la etapa de este martes, Despres destacó el calor en el último tramo, llegando a La Rioja, donde se han alcanzado los cuarenta grados centígrados. ‘He bebido unos siete litros de líquido’, comentó.
Dijo además que lo pasó bien con el trazado de pistas rápidas junto al español Joan Barreda (Husqvarna), ganador de la etapa.