Comparativa de SUV

Codiciados por su polivalencia

Cuesta imaginarse un mundo sin Internet, una playa sin arena o un oficina sin ordenadores. Pues con la tendencia actual en las ventas de coches, también costará imaginarse una carretera, calle o ciudad sin mayoría de SUV (Sport Utility Vehicle), esos aparatos que no son ni compactos ni todoterrenos ni todo lo contrario. Coches para todo. Su polivalencia les avala, confortables en marcha por vías rápidas y pulcros para adentrase en caminos sin asfaltar. Esa altura libre hasta el suelo que crece y les hace ser correctos en todos los terrenos, les acredita en la actualidad como unos superventas. Y esta partida, tanto las marcas generalistas como las Premium, no se la quieren perder. En esta comparativa entran en liza: Nissan Qashqai, Ford Kuga, Toyota Rav4, Volkswagen Tiguan y BMW X1. Con motores diésel entre 1.8 y 2.2 litros, una potencia entre 140 y 150 cv y tracción a un único eje, ninguna de estas unidades superan los cinco millones de las antiguas pesetas (29.900 euros el X1), siendo el Rav4 2.2 D-4D el que fija el precio más económico: 25.400 euros.
A primera vista, el Kuga es el que nos gana por completo. Su cuerpo esbelto, con los hombros elevados, una cintura alta que deja poco espacio para las ventanillas y una línea de capo en forma de cuña con los faros rasgados, es de lo más brillante que se ha desarrollado en esta categoría en los últimos tiempos. Mucho más agraciado que el codiciado Qashqai, el más compacto de todos, tanto a nivel de diseño como de comportamiento. Su menor altura y tarado de suspensiones le hacen una unidad tremendamente rápida sobre asfalto, pero más torpe en la conducción off-road. El Toyota Rav4, el último en renovarse, se acerca en estructura a su hermano mayor, el Land Cruiser, ganando en presencia y robustez, gracias al efecto envolvente de su nuevo paragolpes. Nada malo se puede decir del Tiguan, que fue el último que ofertó la tracción simple (en su caso al tren delantero) como alternativa a la permanente a las cuatro ruedas, con unas aristas resueltas con finura y una zaga bastante asentada que le colocan en esta comparativa como la opción más efectiva pero menos emocional. El X1 es caro, sí, pero es un SUV de tremenda calidad, que mejora por mucho al cuadrado X3 y que destaca por el gran dinamismo de sus líneas, con un frontal 100% BMW y un cuerpo repleto de armónicas nervaduras, en pro de un señorío incuestionable.
Igualando al máximo los equipamientos, el Nissan Qashqai es el que ofrece un precio más bajo por un equipamiento bastante completo. Sin embargo, el SUV japonés peca de incluir pocos extras que añadir, siendo necesario subir de acabado para obtener mayores ventajas. Es el Tiguan, en cambio, el que nos recibe con un habitáculo perfectamente acabado, con materiales que, tanto por tacto como a la vista, resultan de mayor calidad, incluso por encima del BMW, que nos sorprendió desagradablemente por algún detalle mal ajustado nada típico en una marca Premium: el enorme espacio existente entre el tapizado del techo y el marco del parabrisas o que la zona inferior del volante esté cubierta por una masa esponjosa. Del Ford Kuga destacamos una gran limpieza de líneas en todo el frente del salpicadero, con una moderna consola central inclinada y terminada en plástico de color plateado que logra una exquisita ergonomía en las plazas delanteras.
Ninguno de los competidores supera los cuatro metros y medio de longitud, siendo el X1 el más largo, con 4.454 mm de largo, mientras que el Qashqai es el más recortado, con 4.330 mm, quedando penalizado su maletero, de 400 litros de capacidad. Claramente es el SUV alemán el que transmite una apariencia más deportiva y agresiva, como así acredita su escasa altura, 1.545 mm. Si lo que se busca es un agradecido espacio interior, el Toyota Rav4 aporta unas cotas ligeramente superiores a las del resto, con una anchura estupenda en las plazas traseras además de un buen maletero (470 litros, únicamente superado por el BMW, con 480 litros). El VW, que es cuatro centímetros menos ancho que el Rav4, aporta una gran accesibilidad a su habitáculo (muy importante en coches con una altura considerable al suelo), algo que tiene que sacrificar el Kuga porque sus asientos son los que están más elevados. El Ford, con la anchura mayor (1.842 mm), es el único de los cinco que permite abrir de manera independiente la luneta trasera. En el Qashqai, cuyos asientos traseros han cambiado su forma y ahora se presentan con una apariencia de mayor calidad, recogiendo mucho mejor el cuerpo, destacamos los 1.513 litros de capacidad interior, si abatimos los asientos traseros.
Con controles de tracción y estabilidad de serie, todas las unidades de esta comparativa aprueban de largo en comportamiento dinámico, aunque con ciertos matices según el modelo. El Ford Kuga (140 cv), de dirección fastuosa y tren trasero ágil, es el que aporta una mayor dosis de deportividad en sus movimientos. Sin embargo, si hablamos de efectividad y rotundidad, el BMW X1 (143 cv) se lleva la palma, con una respuesta uniforme y lineal que se traduce en una fuerza colosal en vías rápidas (200 km/h de velocidad máxima). Tiguan (140 cv) y Rav4 (150 cv) coinciden en ciertas aptitudes sobre asfalto, con una conducción más segura y sencilla que emocional y agresiva, como acreditan sus 10,2 segundos para activarse desde parado hasta los 100 km/h. Al igual que el X1, el Nissan Qashqai se acerca más a un compacto que a un todoterreno, con unas suspensiones de recorridos más largos y unos apoyos más sólidos a la hora de entrelazar curvas. En esta ocasión todos los aquí presentes equipan un cambio manual de seis velocidades, siendo el del Tiguan el más certero y preciso. En la conducción off-road el Qashqai es el más torpe, ya que su altura libre al suelo sólo le capacita para rodar por pistas en buen estado. Más o menos igual ocurre con el X1, aunque sus controles le confieren más exactitud a la hora de superar caminos. En el otro extremo de la balanza, el Tiguan y el Rav4 (el único que lleva rueda de repuesto de verdad), rápidos, eficaces y precisos en los terrenos más complicados. Con un Ford Kuga que no es el que mejor tracciona en estos terrenos irregulares, podemos concluir que son el VW y el Toyota los más todoterrenos de la prueba.

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