Chrysler PT Cruiser 1.6L

EFECTO PSICOLOGICO

Con el Chrysler PT Cruiser equipado con elmotor 1.6 y una potencia de 115 CV ha pasado una situación similar ala de esos comercios que en época de rebajas juegan al efectopsicológico de una tarifa con unidades de millar, la centena 900 yla decena 90 para transmitir la sensación de un precio barato.

Ahora el PT Cruiser, el todavía vigente coche del Año en España,dispone de la doble opción de motores de gasolina con 1.6 y 2.0litros (este último el de la presentación en el mercado español) y,en buena lógica, como cubicaje manda, el recién llegado es el accesoa un modelo exclusivo con los dos millones de pesetas como banderaen el precio, pero sin engañarse, a menos de seis mil de la barrerade los tres millones.

Angel Alonso, EFE

26 de diciembre de 2001

MOTOR

Donde no hay efecto psicológico alguno es en las sensaciones quetransmite este nuevo propulsor, probado ya en el Chrysler Neon y enel Mini Cooper, ya que esta mecánica es producto del acuerdo decolaboración entre Chrysler y BMW para la producción de motores decilindrada media.

La nueva mecánica se ha revelado como una opción interesante eneste modelo que todavía debate abiertamente su encuadramiento en unsegmento. Perezoso en demasía en la parte baja delcuentarrevoluciones empieza a coger ambiente a partir de las 2.500revoluciones y en una banda hasta las 4.000 transmite una vivacidadmoderada. Deja muy claro a las primeras de cambio que no es un cochepara correr, pero sí para disfrutar de una conducción muy placenterasi somos capaces de ponernos el chip de paseo.

PRESTACIONES Y CONSUMOS

Es lento en las recuperaciones y, a este respecto, sorprende queel fabricante no haya homologado el registro de la aceleración ensalida parada ni los lapsos de tiempo de recuperación en cuarta yquinta velocidad. Ello hace que el juego de palanca en elrelanzamiento sea obligatorio. En su descargo hay que apuntar que esmuy uniforme en el mantenimiento de velocidades punta siempre que semueva en la horquilla de sus regímenes más óptimos.

Acompaña en su tranquilidad de conducción una sonoridad moderada,aunque sube en exceso cuando se le requiere por encima de las 4.500vueltas y una ausencia casi total de vibraciones, si bien, y es otropero, las evidentes concesiones al diseño le hacen muy vulnerable alos ruidos aerodinámicos.

Chrysler ha sido desde siempre la marca estadounidense máscercana a los gustos y maneras del cliente europeo. El acento deesta característica en el PT Cruiser se ha puesto en el consumo, unfactor en el que también habrá impuesto criterios su socio en laproducción y montaje de esta mecánica.

El consumo de este PT Cruiser está perfectamente ajustado a loscánones del viejo continente. El fabricante homologa 7,7 litros demedia y durante a prueba el registro no superó los 8,5 litros cadacien kilómetros. Pocas veces se ha visto más igualdad entre teoría ypráctica en este apartado.

La dinámica de este coche está entre sus puntos fuertes. Larigidez y eficacia del chasis, junto a unas suspensiones con un másque aceptable grado de dureza y recorrido convierten al PT Cruiseren un todo con una más que buena fijación al firme y un notableaplomo en la toma y salida de curvas, pese a unos muy leves tironesdel tren trasero en esta última maniobra.

Por el contrario, en un coche que está en esa frontera tancercana a los tres millones de pesetas se echa en falta unequipamiento de serie con el sistema antibloqueo de frenos y losdiscos -en vez de los tambores- en las ruedas traseras, elementoscon los que una función primordial en seguridad como la frenadaganaría en eficacia.

DISEÑO

El PT Cruiser es un coche bonito, llamativo, exclusivo, todo loque se quiera, pero por mucho que lo proclame la marca, resultadifícil encuadrarlo como un monovolumen compacto. Y no solo porcuestión de formas (es un evidente tres volúmenes o tricuerpo). Esinnegable que la versatilidad y amplitud del espacio interior es unode los mejor logrados del mercado, pero su clientela no responde alarquetipo de un padre/madre de familia.

Se busca en este modelo una notoriedad muy alejada de lapracticidad que debe ofrecer el coche familiar. Su espejo estáclaramente en esos llamados ‘coches raros’ o desclasados que a casitodos nos gustaría tener.