Chevrolet celebra el centenario de su pajarita, un símbolo con dos orígenes

A la celebración centenaria se ha sumado la casa T. M. Lewin, fundada en 1898 en la histórica Jermyn Street de Londres, que tiene en su haber una rica historia en el diseño y la fabricación de corbatas y pajaritas.

El equipo de diseño de T. M. Lewin se ha sumado a este centenario con la elaboración de una exclusiva guía que ilustra como conjugar e incorporar una pajarita al vestuario y otra que enseña, paso a paso, el arte de anudarse una pajarita.

En Chevrolet, el emblema de la pajarita dorada ha ocupado el lugar de honor en el frontal de cada vehículo desde 1913, un origen sobre el que conviven dos versiones diferentes.

Una, protagonizada William C. Durant, cofundador de Chevrolet, que entonces buscaba una forma nueva de representar la marca cuando encontró el símbolo perfecto en la moda, la emblemática pajarita de Chevrolet, cuyo diseño copió del papel pintado de un hotel de París.

Otra versión atribuye el origen del diseño a una forma estilizada de la cruz de la bandera suiza, ya que el otro fundador de la empresa, Louis Chevrolet, nació en la ciudad helvética de La Chaux-de-Fonds el día de Navidad de 1878.

Hoy, Chevrolet mantiene estas dos versiones y dice que sea cual sea la historia auténtica, la pajarita dorada se ha convertido en una súper marca reconocida en todo el mundo, que ha aparecido miles de millones de veces durante 100 años en coches, anuncios y textos publicitarios.

El primer anuncio de Chevrolet con su nuevo emblema tuvo el lema ‘Busque este símbolo’ y desde entonces así lo han hecho los clientes de una marca que vende un coche un coche cada 6,5 segundos en algún lugar del mundo.

Desde Chevrolet y T. M. Lewin se asegura que la pajarita está viviendo un resurgimiento que está coincidiendo con la aparición de un estilo menos convencional, en el que el portador mezcla distintas estéticas por diversión y para conseguir un ‘look’ personal con pajaritas hechas de materiales con una textura marcada, como lana de vestir, arpillera e incluso tela vaquera.

Argumentan que la pajarita, cuyo origen se remonta al siglo XVII es siempre sinónimo de elegancia y da aire de prestigio, y vuelve a estar de moda usada por destacadas personalidades y ‘trendsetters’.

Las pajaritas son ahora lo más entre los universitarios ‘cool’ estadounidenses y los retros más llamativos de la movida londinense, que las combinan de forma contemporánea con ‘tweeds’ ajustados, cárdigans, jerséis con cuello de pico y zapatos oxford de líneas afiladas, según la casa T. M. Lewin.

Geoff Quinn, consejero delegado de T. M. Lewin, explica que anudarse correctamente una pajarita lleva su práctica y que una pajarita auténtica nunca debe ser completamente simétrica.

El nudo es lo que determina el tamaño de la pajarita, y nunca debe quedar demasiado perfecto, porque ese punto de desequilibrio marca su autenticidad.

En cuanto al color y al diseño del tejido, las pajaritas de día tienen que transmitir confianza, mientras que las pajaritas lisas en blanco o negro son una opción elegante para la noche’, dice Quinn.

Las guías de T. M. Lewin describen, para un estilo formal que el color negro vuelve a triunfar. Una pajarita estilizada queda bien conjuntada con un traje ajustado o de corte italiano, y un tejido de tarlatana puede dar un aire más contemporáneo.

En un estilo no tan formal, la manera más sencilla utilizar la pajarita es no llevando una chaqueta de traje ni un ‘blazer’ y sí un cárdigan, un pullover o incluso una chaqueta de cuero y unos vaqueros.

También proponen los diseñadores de la casa londinense un ‘look’ apagado combinando la pajarita con ropa del mismo color. Una camisa azul y dorada con una pajarita azul o dorada, por ejemplo.

Por Fernando A. Marqués

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