Astra VS 406 Coup

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0PEL ASTRA COUPE 2.2 vs PEUGEOT 406 COUPE 2.0
ALTA COSTURA

Por Carlos Lera, Autocity.
19 de Abril de 2001.
clera@autocity.com
Maduros en su concepción pero jóvenes de aspecto. Esta es la característica esencial de los coupés derivados de la clase media que hoy sometemos a prueba. Sin ser exactamente equivalentes (el Peugeot es más grande y el Opel tiene más motor), ocupan lugares similares dentro de sus respectivas gamas, y van orientados al mismo público.
Ambos son un ejemplo de madurez, de cabeza sobre los hombros: Son dinámicos sin ser abiertamente deportivos, aúnan una línea individualista con un interior cómodo para cuatro plazas y resultan muy atractivos sin llamar demasiado a atención. Pero entre ellos existen muchas diferencias que os vamos a desvelar.

Interior

INTERIOR: BIEN ACABADOS PERO ALGO SOSITOS

Si exteriormente se trata de coches muy dinámicos y más o menos diferenciados de sus hermanos que no poseen el título de Coupés, en el interior las cosas cambian, especialmente en las plazas delanteras. Ambos comparten salpicadero con las berlinas de las que proceden, lo que les resta puntos en cuanto a diseño pero no permite ninguna crítica por acabados y comodidad de uso. La postura de conducción, no obstante, plantea diferencias muy de agradecer respecto a una berlina, con la banqueta más baja y el volante más recto en ambos casos. Comparándolos nos resultó más agradable la posición del 406, más deportiva y al tiempo cómoda. En el Astra la cabeza queda demasiado cerca del pilar frontal del techo, lo que produce cierta sensación de agobio, y además el tronco está más erguido, casi como en una berlina y algo impropio de un auténtico Coupé. Los mandos son de tacto agradable en ambos casos, aunque algo mejores en este punto en el Astra, que además añade una pletina vertical de color metalizado en la consola que le confiere un toque deportivo y alegre del que carece el Peugeot.

El representante del savoir faire francés es más elegante, con una inserción color grafito en la línea frontal del salpicadero rematada con el nombre del carrocero Pininfarina. Más suave de formas interiores, personalmente creo que posee mayor atractivo que su rival. No nos gustaron no obstante los botones del climatizador (tamaño juego para niños de dos años) ni la situación del equipo de sonido, muy baja y separada de la pantalla de visualización.
El Astra es más rudo de aspecto. En esto se nota decisivamente su procedencia de una berlina compacta, aunque en cuanto a ajustes y funcionamiento no hay nada que objetar. Más alegre por la combinación bitono del acabado, recurre también a la firma del carrocero en la tapa del cenicero, en este caso Bertone, en cuyas instalaciones se realiza el montaje final de cada unidad. Todos los mandos están en el sitio correcto, pero el climatizador no es accesible ni siquiera como opción. La completa pantalla multifuncional que encabeza el centro de la consola sigue siendo tan útil como siempre, indicando funciones del ordenador de viaje, temperatura exterior y autoradio.

En cuanto al equipamiento ambos se pueden calificar de completos, y las lagunas que se encuentran son testimoniales. Equipados con cargador de CD, aparte de autoradios de buena calidad en ambos casos, los equipos de sonido poseen seis y ocho altavoces respectivamente (Opel y Peugeot). A la climatización solo se puede acceder en el caso del Peugeot, pues el Astra recurre a mandos giratorios tradicionales para proporcionar la temperatura y velocidad de aire deseadas.

Los asientos son de alta calidad en ambos casos, cómodos y de buena sujeción, aunque por una cosa y por otra si alguno debemos destacar es sin duda el 406, con más posibilidades de regulación y mejor sensación frente al volante. Los traseros enfrentan la versatilidad del Astra con la ergonomía del 406. Las plazas posteriores de este último están más mimadas, con sillones individuales de perfecta sujeción. No obstante, el Astra permite el abatimiento asimétrico de los respaldos para ampliar su ya de por sí sorprendente maletero, algo que no permite su rival francés.
Las opciones disponibles en ambos modelos cubren el tapizado de los asientos, que en el Astra pueden ser de Alcántara o cuero (opción incluida en la unidad probada) y en el 406 de cuero con calefactor incluido. Los precios son bastante parejos, pues Opel carga en la factura final 271.000 pesetas por una de sus dos opciones de tapizado mientras Peugeot pide 280.000 pesetas.
Por último, el programador de velocidad se incluye de serie en el Astra mientras que se especifica como extra en el 406, a cambio de 60.000 pesetas.

Exterior

EXTERIOR: PRET A PORTER

La realización estética de ambos coches la llevan a cabo dos consumados especialistas en diseño de automóviles: Bertone y Pininfarina, carroceros italianos de cuyos estudios han salido muchos de los coches míticos desde la segunda mitad del siglo XX. Ellos han sido los encargados de dotar a las versiones coupé de sus respectivas berlinas superventas de un toque especial y exclusivo. En ambos casos el trabajo se plasma en una excepcional limpieza de líneas que no riñe con el respeto a las líneas maestras de los modelos base. No obstante la dependencia de la configuración original es mucho más acusada en el Opel que en el Peugeot. En el modelo alemán el frontal permanece inalterado salvo parachoques y fondo de las ópticas respecto al resto de la gama Astra, y solo a partir del inclinado parabrisas toma una arquitectura claramente diferenciada. Las amplias puertas carecen de marco, como buen coupé que se precie, y la caída del pilar trasero es más suave que en sus hermanos de gama, recordando bastante al antiguo Calibra. Finalmente el maletero vuelve a la imagen de familia e incorpora los pilotos Astra con una banda cromada exclusiva sobre la matrícula.

El Peugeot se aleja un poco más de la estética de la berlina original, hasta el punto de que ninguna pieza exterior resulta intercambiable. A pesar de ello el aire de familia es evidente, pero con un punto de sofisticación y elegante deportividad francamente agradable. A pesar de que su singladura en el mercado comenzó hace ya tres temporadas sigue resultando agradable y tiene la particularidad de llamar la atención sin recurrir a soluciones que se salgan de las normas dela elegancia. Los detalles son muchos, desde la afilada y felina línea frontal (muy en la línea Peugeot) hasta la cuidada suavidad de caída en tres planos del pilar trasero, que une casi sin aristas el techo, la luneta y el maletero.

En Marcha

EN MARCHA: EL PEQUEÑO RESPONDON Y EL GRANDE REMOLON

Lo siento por la rima, pero es que se ajusta perfectamente a la realidad. El Astra monta un motor que destaca por el vigor en la respuesta a cualquier régimen. No en vano ‘abusa’ de 200 centímetros cúbicos más de cilindrada que se manifiestan en toda la banda de uso. Parece que no acelera como en realidad lo hace, pues la reacción siempre está dominada por la más absoluta suavidad. La progresión en la ganancia de potencia es constante y no sabría detectar puntos de inflexión hasta la zona más alta de la escala, donde se tranquiliza un poco antes del corte. Los 147 caballos son de los buenos, con una línea de par plana que se mantiene constante y anuncia 203 Newtons/metro.
La suavidad se complementa con la escasa rumorosidad procedente del motor, que parece no existir y cuando lo hace emite un sonido grave y poco molesto.

Lo que más molesta es el lento e impreciso manejo de la caja de cambios. Este problema afecta a casi todos los modelos Opel y es un punto negro que no han sabido o podido mejorar desde hace más de diez años, pues ya los antiguos Vectra adolecían de un funcionamiento del selector mucho menos evolucionado que sus rivales de antaño.

Las suspensiones son firmes pero no incómodas. Los amortiguadores poseen un buen equilibrio entre estabilidad y dulzura aunque las leyes de guiado de las suspensiones hacen sus reacciones algo secas, que no incómodas, beneficiando el contacto con la información procedente del tren rodante.

En el caso del Peugeot el motor no destaca tanto como en el Opel, aunque no es en absoluto un problema grave en comparación. Lo que sucede es que en vez de incorporar la versión 2.2 que ya monta la berlina sigue impulsado por el dos litros, algo menos capaz a la hora de proporcionar fuerza y más exigente con el régimen de giro idóneo. No están mal de todas formas sus 138cv y 190Nm, pero también influyen un poco los ciento y pico kilos que penaliza frente a su rival y otro poco la desventaja aerodinámica (0,28 contra 0,32 en el índice Cx), lo que paga en prestaciones: 8,8 segundos frente a 10,4 segundos en el 0 a 100 kilómetros por hora y 10 km/h de diferencia en la velocidad máxima (208 km/h del Peugeot frente a 218 del Opel). Por fortuna el manejo del cambio de marchas es una delicia de suavidad y precisión. No molesta en absoluto su uso y en comparación con el Opel recupera por este concepto lo que puede haber perdido por potencia y par.
Si nos centramos en el comportamiento dinámico el Peugeot resulta mucho más afinado. Suspensiones más suaves y mayor comodidad por arte de una batalla notablemente más amplia, apoyos más estables y menos tendencia a rebotar con brusquedad. Pero no es que el Opel se quede manco. Explota a la perfección la ventaja de su menor tamaño y peso para ganar en agilidad a su rival, porque a la hora de la verdad la estabilidad es perfecta a cualquier ritmo. El único inconveniente es que requiere mayor atención al volante, haciendo la experiencia de conducción menos relajada.

Conclusión

CONCLUSION: EL PRECIO MANDA

A la hora de la verdad ambos suponen buenas opciones dentro de sus diferencias de precio, y es que el Astra Coupé 2.2 sale por menos de un millón que el 406 Coupé 2.0. Además posee más motor y mejores prestaciones. Lo que motiva las diferencias económicas son tanto el tamaño del Peugeot como las mayores diferencias respecto a la berlina de la que procede. El coupé francés es un producto muy diferenciado, más exclusivo que el alemán y mejor resuelto tanto en comodidad como en comportamiento de bastidor.
El Astra impone la capacidad de su maletero, de 460 litros, la potencia de su motor y por supuesto su precio.Enfrente el 406 destaca por imagen, comportamiento y comodidad.

Si la decisión depende de la cartera parece bastante fácil, pero si no es así el dilema está servido.

Ficha Técnica

CARACTERISTICAS TECNICAS

Opel Astra Coupé 2.2   Peugeot 406 Coupé 2.0 4,26 mts Longitud 4,61 mts 1,70 mts Anchura 1,78 mts 1,39 mts Altura 1,35 mts 2,60 mts
Distancia entre ejes 2,70 mts 1.298 kgs Peso 1.415 kgs Delantero Posición motor Delantero 4 en línea Cilindros 4 en línea 2.198 c.c. Cilindrada 1.997 c.c. 147cv a 5.800 rpm Potencia 138cv a 6.000 rpm 203 Nm a 4.000 rpm Par Máximo 190 Nm a 4.100 rpm 218 km/h Velocidad máxima 208 km/h 8,8 seg Aceleración 0-100 10,4 seg Asistida Dirección Asistida Discos ventilados/discos Frenos Discos ventilados/discos Brazos tirados con muelles y barra estabilazadora Suspensión trasera Multibrazo independiente y barra estabilizadora McPherson con muelles y barra estabilizadora Suspensión delantera McPherson con muelles y barra estabilizadora Delantera Tracción Delantera 205/50 R 16 Neumáticos 205/60 R 15 Inyección electrónica multipunto Alimentación Inyección electrónica multipunto 8,4 l. Consumo mixto 8,3 l. 50 l. Capacidad depósito 55 l. 460 l. Capacidad maletero 390 l.  

Frente a frente

GALERIA FOTOGRAFICA – FRENTE A FRENTE

Exterior 406

GALERIA FOTOGRAFICA – EXTERIOR 406

Exterior Astra

GALERIA FOTOGRAFICA – EXTERIOR ASTRA

Interior 406

GALERIA FOTOGRAFICA – INTERIOR 406

Interior Astra

GALERIA FOTOGRAFICA – INTERIOR ASTRA

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