Alfa 147 Selespeed

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A POR LA POLE

Estampa incomparable, prestaciones exultantes, comportamiento intachable ingredientes todos que encontramos en la nueva creación de Alfa y que conforman la piedra filosofal de la marca italiana.

Pocos vehículos van tan directos al corazón como el nuevo Alfa Romeo 147. Siguiendo la brecha abierta por su hermano mayor, el 156, el nuevo compacto de la marca del biscione se posiciona ahora en el competido segmento de los automóviles compactos de alto rango, aportando como valor diferencial un estilo único (herencia del prestigioso diseñador italiano Walter deSilva, ahora fichado por el Grupo Volkswagen para Seat) y una descarga tecnológica notable, con soluciones nunca vistas hasta la fecha en vehículos de este segmento.
A primer golpe de vista, el 147 destaca por su estampa musculosa y rotunda sin paliativos. Las líneas definidamente agresivas de su frontal en V, en el que la preciosa calandra y las dos tomas de aire horizontales inferiores retoman la imagen de los deportivos de la marca de los años 50, se prolongan por una cintura muy alta y marcada, rematada en una parte trasera también en cuña en la que la luna de base truncada y los pilotos en los extremos toman el protagonismo. Todo el diseño exterior ha sido pensado para destilar poderío.
Ernest Viñals, 20 de marzo de 2002
NO SOLO IMAGEN

Pero el 147 es mucho más que un simple ejercicio de diseño. Por encima de todo es un automóvil muy efectivo que lleva los valores de deportividad de la marca al vehículo cotidiano. La versión Selespeed probada monta un innovador sistema de cambio automático secuencial con mandos en el volante, directamente heredado de la Scuderia Ferrari de Fórmula 1 (recordemos que la marca del cavallino rampante es también del Grupo Fiat). Esta caja de cambio está ligada exclusivamente al motor 2.0 Twin Spark de 150 CV y admisión variable que ya conocemos del 156; un propulsor, por otro lado, tremendamente pasional, capaz de subir rápidamente de vueltas y responder siempre mejor cuanto más cerca de la zona roja del tacómetro.
No contentos los de Alfa con ofrecer belleza y poder al por mayor, dotaron al 147 con un bastidor que hace quitarse el sombrero a cualquiera. La versión Selespeed va calzada con unas generosas gomas de 215 mm de perfil muy bajo en unas (bellísimas) llantas de 17 pulgadas, lo que garantiza un agarre fuera de lo común. Pero los neumáticos son sólo el remate a un excelente trabajo de diseño de los trenes de rodaje. El 147 resulta soberbio al afrontar carreteras de montaña (su territorio predilecto), a lo que colabora la dirección muy directa. Noble, rápido, preciso, con unos límites más allá de lo humano, el de Turín se comporta como un verdadero deportivo. Y todo ello sin menoscabo del confort de marcha en lo más mínimo.
Equipamiento y acabados están al más alto nivel, como se espera de un vehículo que aspira a ser la piedra en el zapato de los alemanes. Lejos quedan los tiempos en que Alfa remataba sus coches sólo a medias; nos sorprenderá la calidad de materiales y detalles del interior del nuevo 147. Esta escalada en el status se ha reflejado también en el precio de este vehículo, fijado en 23.500 E. Aunque se pagarán gustosos por conducir un automóvil deportivo que marca estilo. 4
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