BMW 640d Cabrio

Elegimos una semana de la cambiante e inestable primavera para colocarnos al volante de un gran turismo con mayúsculas, y por si fuera poco, descapotable. Es la Serie 6 de BMW, con carrocería cabrio tradicional de techo de lona, y una mecánica diésel potente, elástica, finísima y eficiente que borda la excelencia en un producto único y de impecable facturación dentro del mercado de automóviles de lujo: el BMW 640d Cabrio.

a favor- Prestaciones y consumos- Confort de marcha – Diseño y acabadosen contra- Peso- Respaldos plazas traseras
Como bien sabéis, la Serie 6 de BMW va por su segunda generación y de ella se desligan tres variantes de carrocería distintas: Coupé, Gran Coupé y Cabrio. Ninguna tan exótica, bella, y adictiva como esta última, que también es la más costosa a igualdad mecánica. Si el modelo corto cerrado arranca en 99.200 euros o la berlina de cuatro puertas asciende a 101.900 €, esta motorización de acceso 640d en el Serie 6 Cabrio se dispara hasta los 108.500 €.Es casi 10.000 euros más caro que el Serie 6 Coupé equivalente
Su estampa elegante, clásica a la par que refinada, y sus proporciones y elementos de diseño tan BMW –morro largo y bajo, la clásica parrilla doble ensanchada, habitáculo retrasado, trasera robusta y ópticas posteriores en forma de ‘L’ invertida- son fundamentales a la hora de atraer a su público potencial, que apenas encuentra otras opciones similares fuera del fabricante de Baviera.


Respecto al Serie 6 Cabrio de primera generación (2004), el modelo lanzado en 2012 cuenta con una eslora 7,4 centímetros más larga, esto es, 4,89 metros, y esto significa que en el mercado español apenas se venden descapotables tan largos. Una lejana alternativa podría ser el Maserati GranCabrio (4,88 m.), mucho más caro y sin mecánicas diésel como la de este 640d Cabrio. Las otras marcas alemanas premium, Audi y Mercedes, no tienen modelos de este rango: ni por potencia, ni por precio, ni por dimensiones un A5 Cabrio o un Clase E Cabrio pueden considerarse competencia de este modelo tan especial que hoy probamos.
Tampoco el 911 Cabrio puede considerarse como una alternativa natural. Y no solo porque el mito del fabricante de Stuttgart no se ha lanzado a los brazos del gasoil, sino porque como un Jaguar F-Type, son modelos más caros y sus dos plazas traseras son testimoniales. Por el contrario, el Serie 6 Cabrio ofrece una posibilidad de espacio y cierto confort a dos pasajeros traseros. Son plazas estrechas, bajas y con un respaldo demasiado vertical, pero aptas para un uso más frecuente.Su equilibrio entre diseño y habitabilidad solo es posible gracias a sus 4,89 metros de longitud, uno de los descapotables más largos del mercado
Además, el BMW 640d Cabrio cuenta con detalles de cortesía, como los cinturones de los asientos delanteros integrados para no dificultar el acceso a las plazas traseras o un pequeño deflector trasero retráctil entre los dos reposacabezas posteriores. Por su parte, el maletero oscila entre los 300 y 350 litros en función de si viajamos capotados o descapotados. Un Maserati GranCabrio ofrece tan solo 173 litros de cofre.
Los equipamientos de serie que incluye el BMW 640d Cabrio están a la altura del pedigrí de la marca, y por supuesto del desembolso a realizar. El tapizado de los asientos en piel ‘Dakota’ es de serie, también la calefacción en los delanteros, o los faros bixenón, el navegador, la conexión manos libres por Bluetooth, la capota eléctrica, los sensores de parking, el Head-Up Display, el climatizador multizona… una dotación aceptable a la que se suma un interior bien ejecutado por la calidad de sus terminaciones y por la ergonomía del puesto de conducción.

En este tránsito para corroborar que estamos ante un descapotable con una genética más de gran turismo que de deportivo, también colabora el aislamiento que ofrece la capota textil en color negro del BMW 640d Cabrio. Su aislamiento es fantástico. En 19 segundos podemos disfrutar de una conducción a cielo abierto (24 s. volver a techarlo), pudiendo realizar la maniobra a velocidades de hasta 40 km/h, y a continuación salir a la autovía y disfrutar plácida y cómodamente de un ritmo vivo de 130-140 km/h con las ventanillas subidas y el deflector trasero que anula las plazas traseras colocado.

Nos colocamos en el puesto de conducción, no especialmente bajo para ser un BMW o supuestamente un deportivo -esa misma semana tuvimos un R8, y en éste se conduce mucho más bajo y encajonado- y ponemos en marcha la mecánica diésel de seis cilindros en línea y sobrealimentada de 313 cv de potencia que transmite los 630 Nm de par máximo (a 1.500 rpm) a las ruedas posteriores. El 640d se caracteriza por ofrecer respuesta muy alta en un amplio rango de revoluciones, algo no muy común en un motor turbodiésel, incluso de seis cilindros. Y además de ser un misil (250 km/h de velocidad punta y 5,5 segundos en acelerar hasta los 100 km/h) tiene un sonido muy difícil de identificar como el de un gasoil.La contundente fuerza del seis cilindros turboalimentado está presente en un amplio rango de revoluciones
Pero sí que es un diésel. Porque de otra manera no se podría explicar que un Serie 6 Cabrio consumiese tan poco. Homologa 5,7 litros y es relativamente sencillo no subir de 6,5 litros a velocidades sostenidas por carretera. Evidentemente, la tentación de estrujar su potencial siempre está ahí, y el dato real puede subir, pero nunca significativamente. Incluso el sistema ‘BMW Drive’, de serie en toda la gama, con el modo ‘ECO Pro’ activado reduce al 75% el rendimiento del motor. A la alta eficiencia de este 640d Cabrio hay que sumar la privilegiada autonomía –a los posibles compradores seguramente no les importe tanto que su coche consuma dos o tres litros más, pero sí pararse a repostar cada tres días– que gracias a un depósito de 70 litros puede ser superior a los 1.000 kilómetros.El bajo consumo junto a un depósito de 70 litros permite disfrutar de una autonomía privilegiada
Nuestro BMW 640d Cabrio corresponde a la versión de tracción trasera (el 640d xDrive con tracción a las cuatro ruedas cuesta 5.600 € más) y como toda la gama salvo los M6 cuenta de serie con cambio automático de convertidor de par de ocho relaciones y tecnología Start/Stop. En ningún momento se echa en falta la transmisión de doble embrague, porque esta caja fabricada por ZF es notablemente rápida y suave, y puesta a punto por los ingenieros de BMW nos permite, incluso con un motor diésel, disfrutar de unas aceleraciones y recuperaciones colosales y no echar de menos un motor V8 gasolina como por ejemplo el del 650i Cabrio que ya probamos en Autocity.

Como aquél, el 640d Cabrio mantiene una estabilidad suprema (2,86 m. de batalla y un ancho de vías de 1,60 m delante y 1.67 m. detrás) y un confort de marcha a prueba de bombas (de serie monta llantas de 19 pulgadas sobre neumáticos 245/40 delante y 275/35 detrás), aderezado por un esquema de suspensiones que cuenta con eje multibrazo posterior y la colaboración del chasis adaptativo ‘BMW Drive’ que modifica la respuesta de motor, caja de cambios, asistencia de la dirección y control de estabilidad. Sin embargo, con el modo más dinámico ‘Sport+’ la electrónica ya no es tan solidaria con nosotros, y la sensación de seguridad y control sobre nuestro Serie 6 Cabrio disminuye, haciéndose demasiado perceptible el exceso de peso (1.935 kg.) y centímetros si lo que queremos es disfrutar de unas curvas. ¿Torpe? Tampoco es eso, pero un coche más ligero y corto como el recientemente estrenado Serie 4 Cabrio garantiza mayor eficacia a la hora de realizar una conducción deportiva.

Peso y tamaño son los peores aliados dinámicos para un 640d Cabrio que ofrece un confort de marcha colosal

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