Los coches menos rentables

En microeconomía, se entiende por economía de escala las ventajas en términos de costos que una empresa obtiene gracias a la expansión. Pues bien, ciñéndonos a estos términos más de un fabricante del sector del automóvil ha desarrollado modelos de coches que contradicen de principio a fin esta máxima de primero de Económicas. Si la relación entre los costes de producción y los ingresos comerciales ofrece un saldo negativo, se puede hablar de pérdidas para la marca en cuestión.

La compañía Bernstein Research ha realizado un estudio sobre la rentabilidad de los automóviles europeos de la última década. Concretamente, dos son los listados que han salido a la luz y recoge la revista Autocar. La primera, las pérdidas absolutas que generaron durante el tiempo en que estuvieron disponibles en el mercado y las segundas, las pérdidas de dinero en relación a cada unidad vendida. Si nos hacemos caso de este último ranking, el Bugatti Veyron (2005-2013) es el más penalizado con 4.640.500 euros/unidad, un caso extremo y asumido por su matriz, VW, al presumir de ser el coche de producción en serie más rápido del planeta, un título tan rimbombante como para que la rentabilidad y los números pasen a un segundo plano. Sin salirnos del Grupo VAG (VW-Audi), el segundo coche menos rentable del mercado sería la berlina de representación Volkswagen Phaeton (2001-?): el primo del Audi A8 supone una pérdida de 28.220 €/ud, confirmando que a la marca VW le cuesta mucho comercializar vehículos de semejante lujo y exclusividad. Cierra el podio, otra berlina, esta vez francesa, Renault Vel Satis (2001-2009), con 18.800 €/ud de pérdidas que han valido a la firma del rombo para alejarse del mercado premium.Los dos primeros clasificados, dos modelos del Grupo VW, aunque por muy distintos motivos

No todos los coches del ranking pasan por ser modelos de alto standing, más allá de la aparición en sexto lugar del Jaguar X-Type (2001-2009) con 4.700 €/ud de pérdida en la Jaguar pre-TATA. Los Peugeot 1007, Smart Fortwo o Fiat Stilo, vehículos de marcas generalistas con un marcado enfoque urbano, o en el caso del modelo italiano un compacto que estuvo ochos años comercializándose con escaso éxito ante el empuje de los rivales alemanes, franceses y hasta japoneses. La tercera generación del Renault Laguna (2006-2012), antes del último restyling realizado, es otro de los modelos que con 3.560 €/ud de pérdida se cuela en este infausto ránking para las marcas. Por último, dos modelos de acceso y familiares de marcas alemanas de lujo, como los minivolúmenes Audi A2 (2000-2005) y el anterior Mercedes Clase A (1997-2004), con 7.560 €/ud y 1.450 €/ud de extravíos, respectivamente, han pasado con más pena que gloria; el primero duró cinco años en el catálogo de la marca de los cuatro aros y el segundo únicamente comparte el nombre, Clase A, con el sublime compacto de cinco puertas que actualmente comercializa Mercedes.

Top 10 coches menos rentables (relación €/unidad vendida):

1.- Bugatti Veyron (2005-2013) – 4.640.500 euros/ud

2.- Volkswagen Phaeton (2001-) – 28.220 euros/ud

3.- Renault Vel Satis (2001-2009) – 18.800 euros/ud

4.- Peugeot 1007 (2004-2009) – 9.560 euros/ud

5.- Audi A2 (2000-2005) – 7.560 euros/ud
6.- Jaguar X-Type (2001-2009) – 4.700 euros/ud

7.- Smart Fortwo (1997-2006) – 4.500 euros/ud

8.- Renault Laguna (2006-2012) – 3.560 euros/ud 
9.- Fiat Stilo (2001-2009) – 2.740 euros/ud

10.- Mercedes-Benz Clase A (1997-2004) – 1.450 euros/ud

Top 10 coches menos rentables (pérdidas absolutas):

1.- Smart Fortwo: 3.360 millones de euros
2.- Fiat Stilo: 2.110 millones de euros
3.- Volkswagen Phaeton: 2.000 millones de euros
4.- Peugeot 1007: 1.896 millones de euros
5.- Mercedes-Benz Clase A: 1.710 millones de euros
6.- Bugatti Veyron: 1.700 millones de euros
7.- Jaguar X-Type: 1.700 millones de euros
8.- Renault Laguna: 1.550 millones de euros
9.- Audi A2: 1.430 millones de euros
10.- Renault Vel Satis: 1.190 millones de euros

Del informe, en cualquier caso, quedan fuera modelos fabricados por marcas no europeas, como por ejemplo, los gigantes estadounidenses Chrysler o General Motors, éste útlimo reconociendo recimentemente que el Chevrolet Volt, un eléctrico de autonomía extendida, ha supuesto un montante final de 40.000 euros de pérdidas por cada unidad comercializada. Tampoco los japoneses o coreanos aparecen en el listado con otros casos muy sonados que pueden ser tildados de sangrantes dentro de la industria motriz.