Las diez averías más frecuentes

Según el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), el 34,1 por ciento de los vehículos averiados es producto de problemas eléctricos, mientras que el 28,2 por ciento son fallos producidos en el motor. Y es que la electrónica cada vez está más presente en el mundo del automóvil. La carga de instrumentos, artilugios y dispositivos que funcionan gracias a la electrónica hacen que las marcas muestren con orgullo sus nuevos modelos, sinónimos de vanguardia e innovación, pero al mismo tiempo asumen que la perfección no existe y que por lo tanto los fallos del sistema electrónico general fuercen a los clientes a llevar con más frecuencia sus coches a los talleres pertinentes.
Entre los fallos del sistema eléctrico del coche, una cuarta parte de estos se debe a problemas en la batería descargada o defectuosa, en la mayoría de las situaciones-. No hay que olvidarse de otros errores como el interruptor de luz de freno, bobina de encendido, sistema de control de emisiones de escape, ventilador, sonda lambda, mecanismo de la mariposa del acelerador o bujías de precalentamiento. Por lo tanto, se puede concluir que en el apartado electrónico, a pesar de los impresionantes avances de ingeniería en la industria del automóvil que han dado como resultado vehículos más robustos, seguros y fiables, algunos aspectos no están completamente logrados.
Conectores para iPod, mp3, tomas USB, sistemas de entretenimiento para los asientos traseros o ayudas al aparcamiento, son ejemplos de las grandes innovaciones tecnológicas instaladas en los vehículos actuales, por lo que las garantías también deben evolucionar. Las marcas coreanas, principalmente, son las que en estos momentos están ofreciendo más años de garantía para sus vehículos. De hecho, algunas de ellas, como Kia, ondea la bandera de los siete años de garantía como imagen de marca.
En segundo lugar se agrupan los problemas derivados de la mecánica, del motor, con un 28,2%. Los factores que lo determinan son múltiples, el tipo de combustible, su pureza, los filtros de aire y aceite, la calibración de bomba de inyección, la centralita, los sensores de oxígeno, los inyectores o el sistema de enfriamiento del motor, entre otros.
Los defectos en las ruedas, dirección, suspensiones y frenos un 11 por ciento-, completan las averías más frecuentes. La transmisión, principalmente la manual, supone el cuarto apartado. En este caso se puede deber al mantenimiento y calidad de su construcción. La lubricación y el calor son también partes importantes. Las historias sobre la longevidad de nuestros coches hacen diferentes referencias al aguante de su transmisión, ya que se sabe que puede funcionar sin lubricante y a altas temperaturas por largos periodos de tiempo. Hay que tener también en cuenta que la transmisión no es una isla, y los puentes que lo conectan al resto del coche son frecuentemente el origen de muchos fallos. La transmisión, pues, es tan delicada de tocar o arreglar que algunos mecánicos rehúyen de ella. Dicho de una manera simple, los factores principales que afectan a la transmisión suelen estar relacionados con el mantenimiento. A esto se le une algunas variables, como el uso que se le está dando, el tipo de conducción y los fluidos que se usan. Por supuesto, también depende del fabricante. Desde el punto de vista de un fallo de la transmisión, el fluido utilizado es un factor determinante.
Las diez averías mecánicas más frecuentes
1.- Sistema eléctrico general: 34,1%
2.- Motor: 28,2%
3.- Ruedas, dirección, suspensión y frenos: 11%
4.- Transmisión: 7,5%
5.- Sistema de inyección y carburante: 6,6%
6.- Otros sistemas: 4%
7.- Sistema de refrigeración: 4%
8.- Seguridad: 3,2%
9.- Encendido: 1,3%
10.- Sistema de escape: 0,2%

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