Deportivos Pegaso

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MEMORIA DE UN ESPEJISMO

En los años de posguerra una España destrozada ofrecía al mundo la imagen de un país rural y atrasado tanto a nivel económico como industrial y cultural. Sin embargo, el ingeniero barcelonés Wifredo Ricart apostó por fabricar unos magníficos automóviles deportivos con un diseño, una tecnología y una calidad industrial impensables para su época. Hoy estos modelos, de los cuales sólo se fabricaron 86 unidades, se encuentran entre los objetos más codiciados por los coleccionistas, que llegan a pagar por ellos precio astronómicos.
Desde el pasado día 21 de marzo y hasta el próximo 4 de junio, se podrán contemplar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) once modelos fabricados por Ricart y que hoy se conservan como valiosas piezas de museo. En el espacio central se hallarán los once Pegasos acompañados por una descripción técnica exhaustiva, rodeados de unas imágenes paradigmáticas que ilustrarán la realidad social, política y cultural española de la época. En otras salas se dedicarán espacios tanto a la figura de Wifredo Ricart como a la labor social de ENASA.

Historia

HISTORIA

En Barcelona, durante al segunda mitad de los años cuarenta, sobre los restos de la famosa Hispano Suiza, se sentaron las bases de ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones, S.A.), conocida más tarde como Pegaso, con Wilfredo Ricart en calidad de Consejero Delegado y Responsable de Proyectos. Naturalmente, las prioridades de la empresa se centraban en la producción de vehículos de transporte público y pesado, pero Ricart tenía unas prioridades muy concretas. Para el ingeniero era evidente que el país necesitaba una nueva generación de técnicos, operarios e ingenieros capaces de producir automóviles de tecnología y calidad industrial equiparables a las de otros países europeos. Con los Pegaso Z-102 y Z-103 el ingeniero barcelonés Wifredo Ricart, su artífice, intentaba dar al país una modernidad y unos adelantos técnicos de un siglo XX que parecía pasar de largo para la península ibérica.
Además, este programa ofrecía otra ventaja: dar visibilidad internacional, mediante la venta a las élites mundiales y la competición automovilística, a una España embargada política y económicamente, así como destruir la percepción imperante en el extranjero de una España atrasada y rural.

En 1957 se puso fin a este proyecto considerado descabellado, sin duda incomprensible para los políticos de la época. Hasta tal punto llegó el desinterés general, que se hizo chatarra de recambios, moldes y carrocerías. Incluso se perdieron buena parte de los archivos, con la consiguiente dispersión de los dibujos técnicos de fabricación. Una verdadera catástrofe. La historia de estos Pegasos constituye así el espectro de una modernidad que apenas se dejó sentir.

Los protagonistas

LOS PROTAGONISTAS

Los Pegaso Z-102 expuestos, salvo el Spider Touring Gran Competizione y el Spider Pedralbes, tienen características mecánicas comunes. El motor dispuesto en posición delantera de 8 cilindros en V es de 2.814 centímetros cúbicos y desarrolla entre 160 y 172 caballos (dependiendo del tipo de carburador). La caja de cambios es manual de cinco velocidades, las ruedas de 16 pulgadas y la suspensión independiente por barras de torsión y amortiguadores (delante) y de puente tipo De Dion, barras de torsión y amortiguadores hidráulicos (detrás).

Berlineta Barcerlona (1952)
En 1951 ENASA sorprendió al mundo del automóvil presentando en el Salón de París un lujoso coche deportivo y la prensa especializada de la época lo consideró ‘el coche más rápido del mundo’. El vehículo expuesto es la sexta unidad de esa primera serie y fue restaurado a finales de los años 70.

Berlineta Touring Bipósito (1953)
Este modelo representa el Pegaso por antonomasia. Corresponde a la primera serie Touring, seguramente la mejor. Participó en el concurso de elegancia de San Remo en 1954 y tuvo una vida deportiva muy activa conducido por el conde de Caralt, su primer propietario. Hoy está en Barcelona con un aspecto impecable.

Spider Gran Competizione (1953)
Concebido para la competición, su mecánica alcanza 185 CV y llega a los 260 km/h gracias a un contenido peso de 980 kilos. Este coche participó en Le Mans, donde sufrió un grave accidente, y posteriormente cruzó el Atlántico para caer en manos de un experto restaurador.

Cabriolet Saoutchik II (1953)
Este modelo, uno de los pocos Pegaso Z-102 conservado en estado original, fue diseñado por el famoso carrocero parisino Jacques Saouchik, siendo uno de los dos únicos cabriolets que se le encargaron.

Thrill(1953)
Este automóvil, diseñado con criterios aerodinámicos y de seguridad innovadores, constituye un infrecuente ejercicio de estilo. Debido al diseño de su carrocería, el Pegaso Thrill era capaz de alcanzar los 230 km/h. Tras varios años en EUA ha sido recientemente adquirido por una colección particular en Cataluña.

Los protagonistas II

LOS PROTAGONISTAS II

Spider Rabasada (1953)
La vida original de este coche fue efímera. Debutó en la carrera más tradicional de Cataluña: el ascenso a la Rabassada, donde consiguió el triunfo. Poco después fue transformado para carreras locales pero sufrió un fuerte accidente quedando para chatarra. El coche expuesto es una fiel reconstrucción realizada a partir de elementos originales y de reproducciones fieles y fue realizada en Cataluña (1997) a partir de la primera barquilla Pegaso Z-102 de competición.

Cabriolet Saoutchick 2º serie (1954)
Después de una fría acogida dispensada a su primeras propuestas, Saoutchik reacciona presentando una carrocería totalmente nueva, con la adopción de viseras para los faros y con las puertas de cierre por la parte trasera. Esta versión especial fue la única descubierta entre las ocho unidades construidas a mano.

Panaramerica (1954)
El artesano milanés hizo cinco carrocerías parecidas, tres abiertas para participar en Le Mans (ver Spider Gran Competizione) y dos cerradas para carreras largas en carretera como la durísima Panamericana de México. El Pegaso finalmente participó en la última Panamericana de 1954 en su versión abierta e hizo un papel excelente hasta sufrir un espectacular accidente. El coche expuesto es el único superviviente de las dos unidades que tenían que hacer la Panamericana de 1953. Rescatado in extremis del desguace, actualmente se encuentra en periodo de restauración.

Spider Pedralbes (1954)
En 1954 ENASA realizó dos spiders de competición iguales para participar en el primer G.P. Peña Rhin Sport, prueba preliminar del G.P. de España de Fórmula 1, que después de un paréntesis de cuatro años se celebró en el circuito urbano de Pedralbes. Durante el I G.P. Sport de 1954, el Spider Pedralbes pilotado por Celso Fernández, fue cronometrado a 306 km/h antes de abandonar la carrera por una avería menor. El motor de 3.200 cc con dos compresores volumétricos en serie rinde nada menos que 310 CV a 5.500 rpm.

Pegaso BT Z-103 (1956)
La fabricación de Z-102 terminó en 1956. Asimismo, en abril de ese año, se presentó en el Salón de Turín la última evolución de la berlineta Touring prevista para aportar un nuevo motor de gran cilindrada derivado del anterior y orientado a un uso más polivalente, pensado probablemente para el mercado norteamericano. El vehículo expuesto se encuentra en Estados Unidos y es probablemente el Pegaso mejor conservado, ganador de numerosos trofeos en concursos de elegancia como el prestigioso Luis Vuiton de Nueva York.

Spider Serra (1956)
En 1954 el propietario de una berlineta Z-102 Barcelona encargó a Serra un Spider para sustituir la carrocería original, destruida en un accidente. El artesano barcelonés hizo una carrocería de líneas limpias muy atractiva y posteriormente construyó dos Spider de diseño parecido. A la vista de estas propuestas, Ricart le encargó un Spider especial para exponerlo en el Salón de París de 1956. Este es el coche expuesto.

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