Volkswagen Golf GTD 2013

La última entrega de la saga Golf 7 nos remite a las siglas GTD, o lo que es lo mismo, al compacto deportivo “hidratado” por gasóleo con más tradición en el mercado. Desde 1982, el Golf GTD es el Volkswagen que mejor conjuga prestaciones y eficiencia.El Golf GTD es el Volkswagen que mejor conjuga prestaciones y eficiencia
Nos trasladamos a Múnich para comprobar hasta dónde ha evolucionado el Golf GTD, y si realmente estamos ante una alternativa sólida al Golf GTI. En el primer contacto visual, desde luego que cumple con las expectativas. Siglas de identificación aparte (en portón, parrilla y aletas delanteras), hay que fijarse muy detenidamente para distinguir uno del otro. El GTD, por ejemplo, monta de serie unas llantas distintas (aunque del mismo tamaño 225/45 R17), la doble salida de escape está situada a la izquierda del difusor (y no un escape a cada lado) y los ribetes rojos sobre la parrilla de nido de abeja del GTI desaparecen en el GTD.

Por lo demás, ya sea con la carrocería de tres o de cinco puertas (ésta 620 euros más cara), las pinturas de guerra del Golf GTD son las mismas que las de un GTI: nuevas defensas delanteras con llamativas branquias donde van alojados los antiniebla, la citada parrilla, pilotos con carcasa oscurecida e iluminación bixenón autodireccionables con diodos de LED, o unos paragolpes traseros también ensanchados que en conjunto emanan deportividad a raudales.
Nos ceden las llaves, y nos adentramos en un habitáculo que insinúa velocidad en todas las nuevas especificaciones incorporadas en este Golf GTD. Volante, asientos, pedales en aluminio, umbrales de las puertas y pomo del cambio son exclusivos de la versión. La tapicería de cuadros escocesa en los asientos, como en el primer Golf GTI de los 70, se mantiene y se añaden costuras azules, así como Alcantara en terminaciones de puerta y salpicadero, o un tapizado de techo oscurecido que, como en el Golf GTI, nos envuelve en el centro neurálgico de operaciones: el puesto de conducción.Sigue presente la tapicería de cuadros escocesa en los asientos, como en el primer Golf GTI de los 70, y se añaden costuras azules
Como toda la séptima generación del Golf (y otros modelos del Grupo VAG como Seat León, Audi A3 o Skoda Octavia), el GTD está basado en la plataforma modular MQB, más ligera y aplomada gracias, entre otras circunstancias, a los 5,3 cm extras de distancia entre ejes  (2,63 metros en total) y a una figura realmente compacta (4,27 m) que rueda más baja y más dura al incorporar de serie un chasis específico deportivo que rebaja su altura libre al suelo en 1,5 cm, con un eje delantero de tipo McPheron con un guiado altamente preciso, un eje posterior multibrazo que se encarga de imprimirle una alta estabilidad y una nueva dirección eléctrica de desmultiplicación variable.Basado en la plataforma modular MQB, el Golf GTD 2013 incorpora un chasis deportivo que rebaja la altura libre al suelo en 1,5 cm
El resto de reglajes técnicos de la versión consisten en agarrarse a la electrónica para emular el comportamiento más dinámico de los deportivos de pura raza. Siendo más concretos, el Golf GTD incluye de serie la función electrónica XDS+, que, en colaboración el ESP y mediante la utilización de los frenos, simula la acción de un diferencial autoblocante. Además, opcionalmente, el nuevo Volkswagen Golf GTD adapta la segunda generación de la suspensión adaptativa DCC que regula en tres niveles, “Comfort”, “Normal” o “Sport”, la dureza de la amortiguación en cada una de las cuatro ruedas de manera independiente.

EL CORAZÓN TDI
El corazón que late bajo el capó del Golf GTD 2013 es el bloque turbodiésel de 2.0 litros de cilindrada y 184 cv de potencia. Mecánica compartida en el Grupo VAG (León FR 2.0 TDI 184 cv o Skoda Octavia RS TDI, por citar dos ejemplos) y que en relación al motor del mismo cubicaje que en el Golf 7 ofrece 150 cv de potencia ha sido revisado, con la inclusión de nuevas válvulas de distribución variable, una recirculación de gases de escape de doble circuito, el intercooler integrado en el tubo de admisión, un nuevo turbocompresor, y el sistema de inyección por common rail trabajando a 2.000 bares de presión y no a 1.800.
Con estos retoques y la apuesta por el sistema Star/Stop de serie, prestaciones y consumos mejoran respecto al GTD saliente, tanto con caja manual de seis relaciones como con el cambio automático DSG de seis velocidades y doble embrague (que vale 32.830 euros). Ambas transmisiones aceleran de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos (el GTI de 220 cv lo hace en 6,5), pero con el GTD manual podemos ir más rápidos (230 por 228 km/h) y gastar tres décimas menos de combustible (4,2 por 4,5 litros a los 100 kilómetros) que con el DSG. Respecto al anterior Golf GTD se rebaja en casi un litro (0,9 l/100 km) el consumo mixto oficial y en relación al Golf GTI bebe 1,8 l/100 km menos, ajustando a 109 g/km las emisiones de CO2 que le permiten cumplir con un año de antelación con la normativa europea de gases anticontaminantes EURO6.

Prestaciones y consumos mejoran respecto al GTD saliente

Opcionalmente, el Golf GTD no puede incluir el paquete “Perfomance” que al GTI, entre otras cosas, le incrementa la potencia en 10 cv más (230 cv). Sin embargo, Volkswagen oferta opcionalmente el exclusivo kit “Sport and Sound” que abronca el sonido del escape y añade frenos más potentes con pinzas de color rojo, llantas de 18 pulgadas y un sistema que modifica la respuesta de diferentes parámetros dinámicos, incluida la propia suspensión de dureza variable, que, con este equipamiento ajusta el tarado de la amortiguación un punto más firme.
Arrancamos el Golf GTD en color “Rojo Tornado” y comprobamos que estamos ante un compacto de alta calidad de construcción, genialmente aislado, y con un motor diésel suave, muy suave. La segunda virtud, el excelente guidado de la nueva dirección eléctrica, más precisa e informativa. El tercer argumento dinámico positivo lo encontramos en la rigidez del chasis y la firmeza de la amortiguación, que, unido a la rebaja del peso, dotan al GTD de un tacto general mucho más ágil que antes. La desmultiplicación de la propia dirección (menos pesada a menos velocidad) y una suspensión que absorbe muy bien el asfalto irregular, también le hacen apto para un uso diario.La suavidad del motor TDI, la dirección informativa y precisa, y una suspensión muy bien puesta a punto, dotan al GTD de una mayor polivalencia de uso que al GTI
Más por prestaciones que por sensaciones sigue quedando algo retrasado respecto al GTI. Como buen diésel de cuatro cilindros en línea turboalimentado (184 cv desde 3.500 rpm y 380 Nm entre 1.750 y 3.250 rpm) ofrece un régimen motor bajo-medio muy aprovechable, aunque la entrega de esa potencia es más progresiva, casi lineal, que contundente y brusca. A partir de las 4.000 rpm pierde cierta gracia y eso le aleja un poco más de las sensaciones de un gasolina turbo como el GTI, del que no hay que olvidar que tiene 36 cv más (46 cv GTI “Performance”) dentro de sus entrañas, y eso, antes o después, se tiene que notar.Son 36 cv menos y una entrega de esta potencia más lineal lo que todavía alejan al Golf GTD del Golf GTI
¿Veredicto? Si le quitas las siglas de la carrocería, el Golf GTD 2013 puedes enseñárselo a un amigo y vendérselo como el Golf GTI; si le montas contigo a ritmos medios-altos por autovía, la suavidad del motor y el aplomo del chasis, te permitirán continuar con la pequeña mentirijilla; ah, si tu amigo es de los que quieren que le demuestren las destrezas de tu ‘Golf GTI mentiroso’, puede que entonces sí note por las sensaciones y por lo lineal y constante que entrega su potencia (y que arriba del cuenta le faltan agallas), que todo ha sido una mentira y que el Golf GTD es un coche de primer nivel pero no un Golf GTI, aunque ya cuesten lo mismo.

RIVALES DIÉSEL DE TAMAÑO Y POTENCIAS SIMILARES

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