Ansiedad al volante

Suena un claxon, una ventanilla se baja, capullo, ve por tu carril, sudores frío, pulso acelerado, fatiga, ganas de dejar el coche en medio de la calle: ansiedad. La mitad de los conductores españoles (51%) evitan coger el coche siempre que pueden, concluye el estudio realizado por Attitudes, asociación que anualmente, con Audi como padrino, realiza diferentes consultas, muestras e investigaciones sobre distintos aspectos de la seguridad vial. Y es que un conductor atemorizado se ve amenazado por todo lo que sucede a su alrededor, habla Jordi Fernández Castro, director de investigación de Attitudes, que concreta que uno de cada cinco coches está conducido por una persona con mucha o bastante ansiedad. De la ansiedad a la amaxofobia pánico al coche-, el porcentaje de afectados se reduce a un 4%.
El rasgo común en todas estas personas es la falta de creencia en si mismos a la hora de poder salir airosos de una situación imprevista: miedo a no saber resolver el problema. Y es curioso como estos índices elevados de fobia abundan más entre los conductores noveles (primer año de carnet) y los que tuvieron que enfrentarse al examen práctico de la DGT en dos o más ocasiones, concretamente en un 27% de los conductores españoles. Siguiendo por esta línea, la antigüedad en el carnet es un grado, ya que un 26% de conductores ansiosos nos los encontramos entre aquellos con cinco o menos años de experiencia, mientras que los conductores con 30 años de carnet no se ven tan afectados. Con un año de carnet, los conductores ansiosos muestran patrones comunes: falta de ilusión por conducir, estrés, inseguridad, cogen poco el coche y casi siempre que lo hacen van acompañados. Se puede concluir, pues, que a medida que uno se exponga poco o nada ante un volante, el grado de ansiedad irá creciendo.
En cuanto a géneros, el 26% de los conductores ansiosos son mujeres y el 18% hombres, no es una diferencia muy abismal, como en un principio se puede pensar. Sin embargo, las mujeres ceden a su cónyuge con más facilidad el timón del coche que viceversa, ya que los hombres soportan mejor esos brotes de angustia o fobia. Por otro lado, el 41% de los conductores de la muestra aseguran que sólo cogerían el coche en situaciones extremas, y es curioso comprobar como en este apartado no hay distinciones por sexos pero sí por edades, ya que a partir de los 60 años esta cifra se dispara hasta el 55%. Hasta el punto que con esas edades ya algunos (19%) se convierten en ex conductores. ¿Motivos o excusas? No lo necesitan, prescripción médica o directamente porque le tienen pánico (13%). Por ocupación, el mayor porcentaje de personas que evitan conducir se da entre los jubilados (53%) y amas de casa (52%). Por lo tanto, otra conclusión del estudio, es que las personas activas se agarran al volante (33%) porque no tienen más remedido a pesar de sus miedos, mientras que entre los pasivos en paro, jubilados, centros rurales, centros urbanos con buena comunicación del transporte público- aumentan este índice hasta el 80%.
Del estudio se extrapolan cuatro situaciones en las que el conductor con elevada ansiedad se siente más en peligro: cuando entienden que el resto de conductores no conducen de manera adecuada (63%), en condiciones climatológicas adversas (42%), con mucho tráfico (39%) y en carreteras desconocidas (37%). ¿Consecuencias de coger el coche en este estado de nervios? 1) Más propenso a cometer errores; 2) La fatiga llega antes; 3) La sobreatención provoca una mayor tensión mal enfocada. ¿Síntomas? Inquietud, estado de alerta, sobresaltarse fácilmente, anticipación a coger el coche en estado de nervios y alivio tras aparcar. Y después de todos estos datos, la pregunta obligada: ¿Hay relación entre la ansiedad y los accidentes? La respuesta, poco concluyente: existe una sospecha, pero nada más, zanja Fernández.

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