Alfa Romeo 159 Sportwagon

Familiar deportivo

Hace escasos meses Alfa Romeo presentó su gama 159 Sportwagon, un familiar de atractivo diseño que ofrece diferentes motorizaciones diesel y gasolina desde 28.400 euros. El 159 Sportwagon 3.2 JTS Q4 Selective evidentemente no es la versión que más se va a vender, principalmente por su precio y consumo, pero dado el carácter de la marca italiana y el prestigio que en los últimos años ha ido recuperando, nos hemos subido al modelo tope de gama para comprobar su funcionamiento y analizar como se posiciona en el mercado. Y, francamente, el resultado es muy positivo en ambos aspectos.

Por tamaño y capacidad de maletero, varios de sus rivales de marcas generalistas le superan, pero los rivales directos del Alfa 159 Sportwagon no son éstos, sino los que ofrecen un plus de distinción. Además, no todos fabricantes tienen una motorización tan potente, por lo que nos deberemos fijar en las versiones tope de gama de marcas de alto empaque.
Con los 260 cv que genera su motor V6 JTS de 3,2 litros y la tracción integral Q4, el más potente de los Alfa familiares cuesta 40.200 euros. No es una cifra baja, ni mucho menos, pero sí entre 3.000 y 6.000 euros inferior a la de sus más directos rivales –Audi A4 Avant 3.2 FSI Quattro, BMW Touring 330xi, Jaguar X-Type Wagon 3.0 V6 y Saab 9-3 Sport Hatch Aero principalmente- de los cuales ninguno le supera en potencia y todos andan parejos en habitabilidad.

Muy equipado y atractivo

Aunque lo de los gustos es totalmente subjetivo, para atrevernos a denominarlo atractivo nos guiamos por las numerosas opiniones, todas ellas positivas, que recibimos sobre su imagen durante la semana que lo estuvimos probando. Ya no sólo por la belleza habitual en la marca italiana, sino por la estupenda realización de su parte trasera; de modo que resulta un familiar muy agraciado que “entra por los ojos”.

Mide 4,66 metros, por lo que, al contrario que su predecesor 156, a éste sí se le puede considerar bastante grande. Además es muy ancho, con sus 1,83 metros, lo que le aporta, además de buena habitabilidad, una estética muy agresiva gracias a sus anchos pasos de rueda. En altura es de los más bajos, con 1,42 metros, algo que si bien le beneficia en imagen deportiva también le perjudica en espacio.
La parte del maletero presenta un aspecto muy cuidado, con una cortina enrollable para ocultar la carga, con compartimentos escondidos, y con redes y anclajes para ayudar a organizar bien los bultos. Tiene una capacidad con las cinco plazas disponibles de 445 litros. No es mucho, pero abatiendo los asientos traseros queda bastante espacio para llevar objetos voluminosos; y, comparado con los rivales antes mencionados, se encuentra en cifras de espacio similares.
El equipamiento de esta versión 3.2 JTS Selective Q4 es muy amplio, y además de llevar lo lógico en los casos de un automóvil de estas características –como airbags frontales, laterales y de cortina, control de estabilidad y de tracción, ordenador, volante de cuero, climatizador de varias zonas, control de crucero, radio-cd, llantas de aleación de 17 pulgadas, etc- incorpora también de serie airbag para las rodillas del conductor, sensores de lluvia y luz, faros bixenon, asistencia al parking trasero y tapicería de piel entre otras cosas. Como opciones principales prácticamente sólo queda el navegador (2.100 euros), además de equipos de sonido de mayor calidad todavía o equipos de neumáticos de mayor medida.

Anda y suena de maravilla

Al volante del Alfa 159 Sportwagon es fácil encontrarse a gusto, pues tanto la posición de conducción como el asiento o la calidad y diseño de sus mandos son de buena factura. Arranca mediante botón, previa introducción del mando que hace las veces de llave; momento en el que comienza la sinfonía, pues suena de maravilla en toda la gama de revoluciones. Con su cambio manual de seis velocidades, de buen tacto y precisión, comenzamos la marcha y percibimos en todo momento que disponemos de una gran reserva de potencia. No sólo es que tengamos 260 cv a 6.200 rpm, sino que también disponemos de 322 Nm de par a 4.500 rpm, lo que se traduce en una gran fuerza a medio régimen.

Este familiar deportivo puede rodar a unas velocidades muy elevadas con total efectividad, y se disfruta de la conducción; pero hay un hecho que no podemos ocultar, y es su elevado peso y el reparto de la motricidad a las cuatro ruedas. Lo del elevado peso es algo común en todos los coches modernos, y si éste pesa 1.730 kilos, sus rivales andan muy parejos en la báscula. Y lo de la tracción integral está claro que es un estupendo beneficio, por lo que merece la pena claramente, pero también se pierde cierto “nervio” que algunos “alfistas” echarán de menos.
El crono no miente, y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos no está al alcance de cualquiera. Pero la forma de entregar la potencia de este Alfa es muy dulce y progresiva, y, entre el considerable peso y el reparto de la tracción entre las cuatro ruedas, todo se sucede con seguridad y sin sobresaltos. Esto, analizado desde el punto de vista práctico y racional, es una virtud evidente; pero para el que quedase cautivado con el comportamiento excitante de los anteriores 156 GTA (con 250 cv y tracción delantera), quizá vea al nuevo modelo demasiado ‘civilizado’. Ahora bien, por sonido que no se diga: ¡sigue siendo fantástico!
Por último, en cuanto a calidad de rodadura, frenada, amortiguación, etc; el 159 Sportwagon 3.2 JTS Q4 es una delicia. No es radical, pero el tarado de la suspensión está a la altura de las prestaciones, y sin resultar dura ni seca a penas balancea en las curvas. La dirección, directa y precisa, también contribuye que con este vehículo se pueda disfrutar al volante. Y, finalmente, la capacidad de frenada o la seguridad que transmite su paso por curva no admite ninguna pega.

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