Toyota Prius

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EL PRECIO DEL PROGRESO

Nadie pone en duda el serio mal que está asestando el automóvil al Medio Ambiente (y al hombre mismo) con sus emisiones contaminantes. Estamos aún lejos de ver vehículos que funcionen sin petróleo, pero ya existen alternativas para el entretanto.
‘Nuestro progreso es imparable’, reza el eslogan de uno de nuestros anunciantes. Cabría añadir que, además, el progreso de la Industria del Automóvil, a parte de no tocar techo, es devastador en términos medioambientales.

Toyota decidió dar un paso adelante con respecto a todo el resto de constructores del mundo lanzando el Prius, el primer vehículo con motorización híbrida producido en gran serie y vendido al gran público. El valiente paso del constructor nipón ha vivido un enorme éxito en su país de origen (se han vendido más de 35.000 unidades del Prius) y ahora, finalmente, llega a Europa y España, por tanto.
Ernest Viñals

Motor

LAS TRIPAS DEL DRAGON

La arquitectura energética que mueve a este automóvil se divide en la parte térmica y la eléctrica, ambas conjuntadas por medio de un sistema de transmisión CVT (Continuously Variable Transmission, transmisión continuamente variable), acoplado a lo que Toyota denomina el PSD (Power Split Device, selector de fuerza), un dispositivo que permite que trabajen en una misma cadena cinemática motor térmico, motor eléctrico y generador de corriente.
La base de funcionamiento es la siguiente: Por defecto, el Prius se mueve mediante un compacto motor de gasolina de 53 CV, que manda su fuerza motriz a las ruedas, por un lado, y por otro al generador eléctrico del sistema. Este generador, que funciona con una corriente trifásica de 288V, puede mandar la energía recibida del térmico bien al motor eléctrico, bien a las baterías del sistema, bien a ambos lugares, siempre dependiendo de las solicitudes de potencia a que se someta el automóvil en ese momento.

En general, el motor eléctrico actúa complementariamente al térmico, proporcionando empuje suplementario. No se puede hablar de un funcionamiento puramente eléctrico más que en las maniobras de aparcamiento a baja velocidad, en algunos momentos del recorrido urbano y en descensos pronunciados.
Una de las grandes ideas del Prius es la regeneración de energía. El generador eléctrico puederecoger el movimiento de las ruedas en las desaceleraciones para convertirlo en energía eléctrica que se almacena en las baterías. Así, si bajamos un puerto de montaña, por ejemplo, es posible que el motor térmico esté totalmente apagado durante el trayecto mientras el generador recarga las baterías con la inercia que el vehículo lleva. Así ahorra el Prius. En este caso, además, podremos poner el cambio de marchas (más bien, se trata de un mero selector) en la posición B, en la que el CVT actúa en retención, conectando el motor térmico a las ruedas y aprovechando su par de freno.

Chasis

OTROS ENSERES TECNOLOGICOS

La base rodante del Prius es todo un portento, tecnológicamente hablando, pero Toyota decidió echar leña al fuego, así que el propio interior se imbuye de este nivel de sofisticación. Ya el propio diseño del salpicadero, con el selector de marchas integrado junto al volante, sin freno de mano central y con detalles cromados en todas las botoneras, quieren dar a entender que Prius es sinónimo de tecnología punta.
Una demostración más del poderío nipón es la pantalla táctil en el centro del salpicadero. Mediante este dispositivo, podemos controlar los ajustes del sistema de sonido, del navegador en caso de que esté disponible y del EMS (Energy Management System, sistema de gestión de la energía). Esta última función consta de dos modos: Por un lado, el llamado Energy Monitor, que permite saber mediante gráficos animados qué motor está actuando en cada momento, en qué sentido (carga o entrega de energía) y la carga de las baterías. Por otro, la función Consumption nos da un gráfico detallado de cómo va el consumo de combustible en los últimos 30 minutos, qué cantidad de energía se ha regenerado, el consumo instantáneo y la media global. De este modo, el conductor puede sentirse responsable del consumo que el vehículo lleva en cada momento.

En la línea de aportación tecnológica a granel, el Prius cuenta con un sistema de frenado de pánico que ayuda a la reacción del conductor en caso de una frenada violenta. Cuando el sistema detecta una deceleración brusca, suma fuerza de frenado a la que el conductor ejerce sobre el pedal, además de trabajar conjuntamente con el ABS para evitar que las ruedas se bloqueen. Este sistema sólo tiene un pero: su excesiva sensibilidad. Con sólo insinuar una leve presión sobre el pedal de freno, el Prius se detiene con aplomo y celeridad, quizás en exceso. Aunque también aporta un plus de tranquilidad confiar en una respuesta tan efectiva del sistema frenante.

Conducción

PERO…¿COMO VA?

Extraordinariamente bien, sin paliativos. El Prius deja con la boca a la altura del suelo a quien lo conduce. Ni vibraciones, ni ruidos, ni extraños tirones.., Nada. El Prius es suavidad en grado sumo. El motor eléctrico compensa los aciclismos propios del motor de combustión interna, de manera que al volante de este híbrido tendremos la sensación de conducir una alfombra. El motor térmico se para en los semáforos y durante las maniobras a baja velocidad, por lo que apetece verdaderamente disfrutar de tanto silencio: nos descubriremos apagando el equipo de sonido (muy bueno, por otro lado) y bajando las ventanillas para disfrutar de la sensación de movernos sin oírnos
Para que la fiesta de los sentidos sea completa, cuando al Prius se le exprime, no deja indiferente. El par constante desde las 0 vueltas del motor eléctrico (recordemos que por su construcción, un motor eléctrico no tiene inercias que contrarrestar ni pesos muertos, por lo que su rendimiento es altísimo) ayudan a dar un empujón fulminante a la hora de acelerar desde parado los 1.250 kg. del híbrido de Toyota. En cuanto a recuperaciones, no obstante, sus valores son algo más discretos. Su terreno natural es la ciudad y los trayectos interurbanos, no las grandes rutas, aunque su ajustadísimo consumo también permite afrontar largos viajes sin temer por el bolsillo.

Acabemos reflexionando sobre el alto precio de un vehículo que no deja de ser una berlina compacta, en cuanto a tamaño, pero que representa una apuesta de futuro, decidida y pionera, hacia un porvenir más respetuoso con el Medio Ambiente (y en realidad, con la propia economía). ¿Vale la pena pagar cuatro millones de pesetas por el Prius? Es el precio del progreso.

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