Skoda Octavia 1.9 TDI

Si los razonamientos de compra fuesen únicamente objetivos, está claro que del Octavia de Skoda se venderían muchas más unidades. Estamos ante una berlina espaciosa, cómoda, de calidad, buenos motores y a un precio razonable. ¿Qué le falla? Pues objetivamente nada, pero subjetivamente podríamos decir que su diseño no entusiasma a nadie y que su imagen de marca no es de las más deseadas. Ahora bien, en cuanto a coche práctico y funcional es de lo mejor del mercado; y si alguien lo duda que le pregunte a los taxistas.
En Autocity hemos querido realizar este test con la versión que más encaja con la filosofía de producto de Skoda: el 1.9 TDI de 105 cv. Este modelo concreto tiene unas prestaciones más que suficientes (192 km/h y 11,8 segundos), unos consumos y emisiones muy bajos (4,9 l/100 km de media y 130 g/km de CO2), un cómodo habitáculo y un enorme maletero de 560 litros; y todo ello por un razonable precio de 21.160 euros.
La unidad probada únicamente llevaba como extras algunos detalles como las llantas de aleación de 16 pulgadas (550 euros) y el kit de cuero para volante, freno de mano y pomo del cambio (195 euros). Por lo demás, todo lo imprescindible en una berlina moderna (controles de tracción y estabilidad, climatizador, airbags laterales y de cabeza, control de crucero, ordenador, radio-cd de calidad y reposacabezas activos) venían de serie con el acabado Trend.
La segunda generación del Octavia fue lanzada en 2004, aunque a finales de 2008 experimentó un importante restyling. Ahora en 2009 le tocará enfrentarse directamente a modelos como el nuevo Seat Exeo o las berlinas clásicas de la categoría, por ejemplo los Peugeot 407 y Volkswagen Passat entre otros. No obstante, quien valore la marca y disponga de más presupuesto, todavía tiene una opción más recomendable: el lujoso Superb.
La imagen del Skoda Octavia es sólida y robusta; aunque quizá demasiado discreta. Este comentario tampoco es negativo, ni mucho menos, pues raro sería que alguien se refiriese al Octavia como un coche feo, ya que sus clásicos trazos ni entusiasman ni desagradan. Con este último restyling se acentúa la tendencia de montar unos grupos ópticos más grandes, o detalles prácticos como las intermitencias integradas en los retrovisores.

En el interior más de lo mismo. Un salpicadero de buena terminación y una distribución de los elementos muy lógica y racional. La información del cuadro de relojes es completa, con un display central para el ordenador de viaje que da una gran cantidad de información. Con el acabado Trend el volante de cuero es opcional (195 euros), un extra recomendable debido a la alta calidad y agradable tacto de la piel utilizada.
Por espacio, poco nuevo podemos decir de esta práctica berlina con un habitáculo tan bien aprovechado. Con sus 4,57 metros de longitud ha sido superado en largura por casi todos los automóviles de su segmento; y sin embargo en algunas cotas tanto de espacio interior como de maletero sigue siendo de los mejores. Un ejemplo más de que el Octavia ha sido concebido con una lógica y una inteligencia sobresaliente.
En cuanto a equipamiento, esta versión 1.9 TDI 105 cv viene asociada obligatoriamente al acabado Trend, que incluye todo lo imprescindible más algún que otro elemento de serie ya no tan habitual en un coche de su precio (por ejemplo el control de crucero o los reposacabezas activos). Además, como extras figuran los montados en nuestra unidad de pruebas (llantas de aleación de 16 pulgadas por 550 euros y kit cuero por 195 euros), el sensor de parking (340 euros el trasero y 650 euros el trasero y el delantero), o el eficaz cambio de marchas DSG (1.900 euros).
Aunque se hayan practicado numerosas evoluciones, principalmente destinadas a mejorar la cifra de consumo y emisiones, este motor 1.9 TDI, con 105 cv en el Skoda Octavia, lleva ya muchos años utilizándose en las diferentes marcas del Grupo Volkswagen. Con su par motor de 250 Nm a 1.900 rpm, sigue ofreciendo un rendimiento óptimo, incluso mejor que el de algunos otros modelos de la competencia más modernos y que le superan en la cifra oficial de potencia máxima.

Cuando comenzamos a analizar las sensaciones al volante de este Octavia, lo primero que debemos destacar es la cómoda y “multiregulable” posición de conducción. Incluso para las tallas elevadas será fácil encontrar la postura adecuada, ya que la banqueta permite una posición muy baja, algo de agradecer también para los que les gusta simular una postura deportiva. Al arrancar el 1.9 TDI muestra rápidamente un mayor grado de aspereza que, por ejemplo, el nuevo 2.0 TDI. No es ningún problema a velocidad de crucero y con las ventanillas subidas, pero en frío, en ciudad, y sobretodo con la ventanilla bajada, sí percibimos de forma muy clara su sonido diésel.
Las prestaciones lógicamente no son muy brillantes (11,8 segundos de 0 a 100 km/h; la velocidad máxima sí es más que suficiente: 192 km/h), pero en la práctica notamos una cierta agilidad que nos indica que para una conducción cívica este coche responde de forma más que correcta. Además, no solo la cifra oficial de consumo es muy baja (4,9 l/100 km de media), sino que en condiciones reales, a velocidad superior a 100 km/h y con cuatro personas a bordo, el ordenador del coche suele marcar poco más de 5 l/100 km. Y eso que su cambio de marchas manual sólo cuenta con cinco velocidades, que si bien son suficientes, una sexta marcha todavía le podría beneficiar algo más en los consumos.
Finalmente, en cuanto a comportamiento dinámico, todo son buenas palabras cuando de analizar las reacciones del Octavia se trata. Ni duro ni blando de suspensiones, con un tacto de dirección y de cambio de marchas muy agradable (el característico en los modelos del Grupo VW), esta berlina transmite seguridad a la vez que comodidad y buen tacto. En definitiva, un automóvil muy racional por todo lo que ofrece; incluido su precio.

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