Porsche Cayenne Diésel

Resulta paradójico que una caravana de Porsche recorra las sierras madrileña y segoviana, primero, en un Porsche ‘alto’ y de cuatro puertas, y segundo, impulsados por motorizaciones diésel. Pero los tiempos han cambiado, y hasta los fabricantes deportivos deben reposicionarse –si no íntegramente como marca, sí en algunos de sus productos- y adaptarse a legislaciones restrictivas y tendencias de consumo. Comprometido con la eficiencia, Porsche ha logrado, qué increíble, que el Cayenne Diésel sea el modelo más vendido de toda su gama, por delante de cualquiera de sus otras carrocerías de enfoque más deportivo y lúdico (911, Boxster, Cayman) o de sus mecánicas más prestacionales (Carrera, GTS, Turbo, Turbo S).
Los clientes, tanto los nuevos (captación) como los de toda la vida (fidelización), entienden que esta motorización V6 3.0 litros de gasóleo de origen Volkswagen, también implantada en la berlina deportiva Panamera, es la más racional y compensada de la gama, obteniendo un equilibrio perfecto entre prestaciones y eficiencia: ahora, con el Porsche Cayenne Diésel se rebajan consumos y emisiones por debajo de los 10 l/100 km y los 200 g/km de CO2, lo que en España significa ahorrarse un ‘buen pico’ en la compra del coche ya que el impuesto de matriculaciones pasa del prohibitivo 14,75% a un más contenido 9,75%.
Si a esto le añadimos que el Cayenne, el primer vehículo de Porsche con cuatro puertas, es por dimensiones y espacio un todocamino grande pensado para toda la familia, la ecuación final –Cayenne + diésel- tiene fácil solución: ser el producto más vendido de la gama Porsche, a pesar del rechazo que produce entre los más puristas.
MEDIDAS PARA SER MÁS EFICIENTES
Evidentemente se trata de un motor sobrealimentado con turbo de geometría variable e inyección directa por “common-rail” que ha sido revisado para mejorar en todos los parámetros respecto al modelo de hace dos años, cuando Porsche también citó a la prensa especializada para idéntica prueba de consumo. Ahora, el Porsche Cayenne Diésel es cinco caballos más potente (de 240 a 245 cv), es más ligero (de 2.315 a 2.155 kg), la caja de transmisión automática Tiptronic es de ocho y no siete velocidades y se incluyen medidas de eficiencia dinámica como el Star&Stop y la ‘navegación a vela’ que desacopla el cambio del motor y evita el efecto freno.
Todos estos detalles mejoran las prestaciones del coche, la velocidad punta es de 220 km/h cuando antes era de 218 km/h y la aceleración de 0 a 100 km pasa de 8,3 a 7,7 segundos, y lo que hoy más nos importa, reducen notablemente consumos y emisiones de CO2: de 9,3 l/100 km se pasa a 7,2 l/100 km y de 244 g/km a 189 g/km.Gasta menos combustible y emite menos CO2: 2 l/100 km y 55 g/km, respectivamente
¿Por dónde transcurrió la prueba? Sobre un recorrido de casi 300 kilómetros, los periodistas circulan por la A-1 (carretera de Burgos), suben desde Lozoya-Rascafría a Navacerrada (por el puerto de Cotos), bajan hacia Segovia (por la vertiente segoviana de Navacerrada, popularmente conocida como las ‘Siete revueltas’), llegan a Segovia donde recorren un circuito urbano, se dirigen de nuevo a la A1 y ascienden por el puerto de Somosierra (vertiente segoviana) y terminan en Algete (Madrid) después de desviarse en la carretera que les lleva al municipio de El Berrueco (sierra norte de Madrid).
La pareja ganadora sería aquella que obtuviese el consumo medio más bajo, respetando una velocidad media entorno a los 75 km/h, cifra que desde Porsche Ibérica se consideraba “razonable y acorde a los límites de velocidad del trayecto”. Con esa referencia en la cabeza, los 75 km/h, era bastante complicado, sobre todo en algunos tramos de autovía, contenerse con el pie del acelerador. El Porsche Cayenne Diésel con tracción integral es un coche tremendamente seductor, con un par motor que ya en pleno puerto de montaña salía a relucir (550 Nm a 1.750 rpm) a poco que hundieses el pie en el acelerador.
¡A UNA DÉCIMA DE LA VICTORIA!
El asunto se complicó más de la cuenta para la pareja Autocity-Mascoche cuando en pleno descenso de Navacerrada se topó con un par de autobuses de autoescuela que obligó a un ‘stop-go’ en las curvas de herradura de las ‘Siete revueltas’, o ya en el último tramo, en El Berrueco, unas motos custom impidieron una ‘circulación a vela’ continuado, desaprovechando inercias y tirando más de freno de lo necesario. ¿Resultado? El grupo de periodistas obtuvo una increíble media de consumo de 6,6 l/100 km, 1,2 l/100 km menos que hace dos años en idéntico recorrido, los mismos que la pareja Autocity-Mascoche, que se quedó a 0,1 l/100 km (¡6,5 l/100 km!) de la pareja ganadora.

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