Peugeot 5008

A fondo

-Superficie acristalada y gran visibilidad
-Formidable modularidad
-Mecánica suave y prestacional-Cambio automático
-Mandos satélites del volante
-Plástico y ajustes en consola centralEl acuerdo tácito existente, puro equilibrio comercial y de imagen, entre Citroën y Peugeot para que la primera fuese la marca encargada de reflotar el segmento de los monovolúmenes se rompió hace año y medio con la intención de que la firma del león recuperase su posición de privilegio como buque insignia del grupo PSA. Hasta 2009, la oferta familiar de Peugeot se reducía al 308 SW. Ese mismo año, el fabricante francés concibió un híbrido que se acercaba a la categoría de monovolúmenes medios, el 3008, pero con aspiraciones de SUV. No fue hasta otoño de ese año, cuando, por fin, Peugeot lanzó al mercado este 5008, que comparte plataforma con el Citroën C4 Grand Picasso y que encierra los valores clásicos de la categoría: espacio y modularidad, añadiendo una notable preocupación por los detalles pequeños, lo que le aporta estilo y una personalidad propia y muy definida.

a favorSuperficie acristalada y gran visibilidadFormidable modularidadMecánica suave y prestacionalen contraCambio automáticoMandos satélites del volantePlástico y ajustes en consola central
Nuestra versión es la tope de gama, el 5008 Sport Pack 2.0 HDI 163 con cambio automático de seis velocidades que añade (por 635 euros más) la tercera fila de asientos, configurando un 2+3+2 con múltiples posibilidades de ordenamiento interior para el pasaje y la carga. Los rivales más directos son el Renault Grand Scenic, Opel Zafira, Seat Altea XL, Volkswagen Touran, Toyota Verso, Mazda 5 o Ford Grand C-Max. Su precio base es de 32.750 euros.
El 5008 mide de largo 4,53 metros (4,36 m mide el 3008), su anchura es de 1.83 m, su altura 1.62 m y su distancia entre ejes de 2.72 m. Son unas dimensiones bastante equilibradas que le colocan en la zona templada-alta de la categoría, ya que el Verso, el Zafira o el Mazda 5 son más cortos, pero el Grand Scenic (4,56 m) y su hermano el C4 Grand Picasso (4,59 m) más largos, mientras que a nivel de anchura y altura únicamente el modelo de la casa del rombo está por encima, aunque muy sensiblemente. Estos datos se traducen en un interior de lo más solvente, ofreciendo un espacio de carga de 679 litros con cinco asientos, ampliables hasta los 1.754 litros si recogemos la segunda fila de asientos. No son los casi 2.000 litros del Touran, pero no está nada mal si lo que buscamos es un coche familiar para cinco ocupantes y un provechoso maletero para el equipaje.
Su imagen exterior es uno de sus puntos fuertes. Es cierto que pocos clientes se decantan por un monovolumen u otro, según su estética, pero siempre ayuda una imagen vanguardista, de morro afilado, grandes ventanales laterales, combinadas con un techo panorámico de cristal con accionamiento por botón, y un portón trasero moderno y muy original gracias a un cristal más alargado de lo normal que recoge en su parte central el logo de la marca, dejando en los extremos unos curiosos faros con forma de garra que invaden sutilmente una línea de cintura con los bordes cromados. Las llantas de cinco radios dobles de 17 pulgadas, sobre unos neumáticos de 215/35 ZR17, culminan la escultura.

El interior del 5008 se ha cuidado al detalle, la preocupación por los materiales, ajustes y terminaciones es palpable desde que nos subimos a él por primera vez. Los plásticos acolchados utilizados en el salpicadero o paneles de puertas más el pack cuero (1.696 ) para los asientos delanteros, que incluyen calefacción, dotan al habitáculo de un aspecto extraordinario. Además, el salpicadero integra a la perfección la visera de los modernos relojes de instrumentalización, que, al igual que el volante de aro grueso y con la parte inferior achatada, recuerdan más a un compacto deportivo que a un vehículo familiar. La consola central es de diseño vertical e inclinado, con una botonería bastante aceptable, sin espacio para la confusión, pero con un plástico de peor tacto, quedando en la parte inferior el pomo del cambio automático y más abajo el freno de mano de accionamiento electromecánico. La posición de conducción es cómoda, está elevada pero en relación a la calzada tampoco notamos mucha diferencia con un turismo convencional, y en cuanto a los asientos en sí te recogen muy bien pero no son esos enormes y confortables butacones del Touran. Los mandos satélites del volante son algo confusos. Además, cuenta con dos apoyabrazos independientes.Por dentro, el 5008 está cuidado al detalle, con elementos de elevada sofisticación y pensados para la comodidad a bordo
Aunque la guantera no es muy grande para este tipo de coches, en el habitáculo te encuentras huecos por todos los lados, además de portavasos y un gran cajón entre los dos asientos delanteros con toma auxiliar de audio. Con la configuración de serie de cinco pasajeros, los asientos de la segunda fila cuentan con regulación de respaldo y se puede desplazar longitudinalmente 13 cm, siendo muy fácil encontrar una postura confortable, incluso si viajan tres adultos, ya que son butacas independientes. Tras los asientos delanteros, hay dos bandejas tipo avión. Y lo mejor de toda esta flexibilidad interior es el sistema de plegado vertical de los asientos laterales de la segunda fila, tipo banqueta de cine, y desplazándose con movimientos sencillos y rápidos para acceder con más comodidad a la tercera fila de asientos. Los dos asientos traseros son más apropiados para niños o adultos no muy altos, de lo contrario, en viajes largos, se sufre.

Los asientos laterales de la fila central se recogen tipo butaca de cine

Con la versión Sport Pack, la dotación de serie es bastante abundante: ESP, 6 airbags, control de crucero, climatizador bizona, techo panorámico de cristal, sensor de aparcamiento, llantas de aleación ligera de 17′ y sistema de navegación WIP-NAV sobre una pantalla escamoteable en la parte central del salpicadero, conexión por bluetooth Los dispositivos de ayuda a la conducción más importante se activan en la parte superior del salpicadero, destacando la tecnología Head-up Display, que a partir de una lámina de metacrilato proyecta en el parabrisas informaciones como la velocidad, el programador de velocidad o el sistema de previsión de colisión Distance Alert; o un dispositivo que, a partir de los sensores laterales, mide el espacio para el aparcamiento en línea, activándose con un botón en el salpicadero, poniendo el intermitente y circulando a menos de 30 km/h.
‘Un par máximo de 340 Nm a las 2.000 rpm nos ofrece un gran empuje en casi todas las situaciones’El motor de nuestra unidad es el diésel 2.0 HDI de 163 cv, asociado al cambio automático de seis velocidades de convertidor de par, con un conjunto de suspensiones, en el eje delantero pseudo McPherson, heredado del 308, y en el eje trasero, barra de torsión, que dan como resultado global un coche de comportamiento ágil, estable y confortable. El par máximo es de 340 Nm a las 2.000 rpm, provocando que en la mayoría de las situaciones nos encontremos con una respuesta muy vivaz, con un gran empuje para un coche que pesa casi 1.600 kg. Su aceleración de 0-100 km/h es más que destacable para un monovolumen medio, de 10,5 segundos con una velocidad punta de 190 km/h. En definitiva un motor muy poderoso entre las 1.500 y 4.000 vueltas, con un consumo mixto real de 7,8 l/100 km (sus emisiones de CO se fijan en 177 g/km).Un par máximo de 340 Nm a las 2.000 rpm nos ofrece un gran empuje en casi todas las situaciones
El cambio automático de seis recorridos de convertidor de par, de manejo manual con toques longitudinales en la propia palanca si lo colocamos en modo secuencial, tiene ciertas limitaciones de funcionamiento: no es demasiado rápido ni suave, por lo que esos 163 cv pierden efectividad real. Si aceleramos a fondo, percibimos que necesitamos una mayor potencia, necesitando bajar de marchas. De todas formas, asumiendo el enfoque familiar y práctico de este 5008, se puede concluir que muestra un comportamiento superior en vías rápidas, con un tarado perfectamente equilibrado, quizá un escalón por debajo del Seat Altea XL y el Ford Grand C-Max, por poner dos ejemplos que recientemente hemos probado. La dirección tiene un tacto muy bueno, con la asistencia justa, posibilitando que en ciudad su radio de giro sea asemeje al de un coche de menores dimensiones.

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