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JUGANDO A LO SEGURO   :::    ALMERA SEDAN vs MEGANE CLASSIC

Por Jose Mari Iñarra Madrid, 23 ene (EFE).
En casi todos los casos las berlinas medias de éxito conllevan una adaptación a los tres volúmenes que, igualmente, han contado con una gran aceptación en el mercado español.
Una diferencia latente entre los dos modelos llevados a prueba, el Nissan Almera Sedan y el Reanault Classic, es precisamente el grado en que cada uno de ellos asume esta personalidad diferenciadora con su modelo de origen.

Y en este caso el Almera se lleva la palma: parece un modelo nuevo, mientras que al Megane Classic, más veterano aunque renovado facialmente tras cuatro años en el mercado, le cuesta más despegarse de su línea de referencia.
Los dos modelos destacan por su completo equipamiento, con lo último en seguridad -ABS y cuatro airbag- y ambos permiten una utilización familiar cómoda, práctica y agradable, con unos consumos muy aquilatados y precios similares. El navegador que el Almera ofrece por unas 350.000 pesetas y que completa su imagen de coche nuevo y la garantía de cuatro años o 100.000 KMS aumentan sus diferencias.

Diseño

DISEÑO

Tanto uno como otro conservan los personales frontales de sus hermanos -bastante parecidos, por cierto-, pero el Almera consigue un tercer volumen más armónicamente integrado, con una cintura alta, una suave curvatura hasta el maletero y un trasero moderno y robusto. Todo ello y una sensación de calidad general le hace parecer un coche mayor.
El Classic, con una hechuras menos modernas, tiene una imagen no tan brillante, pero, aunque no despierta grandes atenciones ni posee la personalidad de sus hermanos de dos volúmenes, tiene su público, a juzgar por las ventas.

La nueva dimensión de ambos- el Sedan Almera aumenta en 24 centímetros y el Classic supera a éste en 15 -se aprovecha mejor en el Renault especialmente en las plazas traseras, aunque el maletero del nipón, con tener menor capacidad -469 frente a los 510 litros del francés-, llega a ser igualmente práctico por su mejor configuración, aunque la apertura del portón se haga ciertamente incómoda.
En su interior, detalles como el portagafas, el portaparaguas, el gancho portabolsas y la veintena de huecos, pensados a la última, mejoran el uso cotidiano del japonés respecto al Classic donde se echan en falta estas pequeñas aportaciones muy de agradecer ya en todas las berlinas familiares.
En ambos modelos el habitáculo es amplio y confortable -conserva el Renault su tacto típico, algo blando- y cuentan con unos buenos y amplios asientos en todas las plazas, pero el acabado del Classic se asemeja más al del Clío que al comparativo de la prueba, que con un salpicadero bitono más actual y unas elegantes líneas hace gala de una mayor calidad y modernidad.
El salpicadero del Megane, con una estética nada destacable, cumple con una buena disposición de los mandos -el de la radio no gira incómodamente con el volante como en el Almera- excepto el correspondiente a los elevalunas traseros, que quedan detrás del freno de mano y son incómodos para todos, y el sistema de apertura de la guantera. El diseño de los relojes- clásicos y elegantes en el Almera- es también muy discutible en el francés y, pese a que son de correcta interpretación, no mejoran el ya de por sí poco atractivo conjunto.

Conducción

CONDUCCION

La postura de conducción es correcta en ambos debido a los múltiples reglajes posibles de asientos y volante, y los dos transmiten sensación de seguridad y de tranquilidad. El Almera, se mueve con aplomo y pese a tener unas suspensiones algo blandas, su carrocería no se inclina tanto como la del Megane. Este defecto del Renault no resta, sin embargo, seguridad ni confianza después de unos kilómetros y tras comprobar que tal balanceo es más sensitivo que problemático.
La dirección asistida según la velocidad que aporta el Almera, con un grado de dureza que es de agradecer y una buena calidad de guiado, no mejora la pureza de trayectoria que aporta el volante del Classic, con el que el conductor hace migas más pronto. El frenado, correcto en ambos casos, peca de excesivo mordiente en el Renault.

El motor del Classic tiene más brío, sube mejor de vueltas y tiene unas buenas prestaciones, con 195 km/hora de punta, mejores que las del japonés pese a su mayor cilindrada, pero es bastante ruidoso. El del Almera es muy silencioso al ralentí y en las primeras revoluciones -en las que admite un uso práctico y agradable- pero también algo rumoroso en alta y se revoluciona no con demasiada brillantes debido a su carácter tranquilo y algo perezoso.
La relación de marchas está mejor conseguida también en el Reanault, aunque la palanca, de recorrido largo y tacto algo duro, se mueve excesivamente al acelerar y desacelerar, lo que llega a ser molesto.
En el Almera, un desarrollo algo largo hace tener en cuenta la palanca más de lo necesario- pese a su manejo suave y preciso- si se viaja cargado y a regímenes moderados.
Los consumos son también más ajustados en el Classic, sobre todo en ciudad, y a ritmos suaves se pueden obtener buenas cifras.
Los precios, muy similares, no desnivelarán la balanza a la hora optar por la adquisición de uno de ellos.

Competidores

Características
Técnicas

CARACTERISTICAS TECNICAS

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