Lexus RX 300 Luxury

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HERMANO AMERICANO

La marca de lujo de Toyota no es ajena al segmento de los todocamino, donde dispone del RX300. Un coche bonito, elegante, con personalidad, que va muy bien por carretera y ofrece posibilidades camperas.
Toyota es uno de los fabricantes más especializados en vehículos todo terreno. Y para su división de coches de lujo, Lexus, decidió hacer uno especial distinto a sus clásicos Land Cruiser. Un vehículo más vistoso y elegante que la mayoría de los TT convencionales, que ofreciera un mejor funcionamiento en carretera, un mayor confort de marcha, aunque con unas posibilidades camperas bastante justas, es decir un todo terreno al gusto americano. Así fue como nacieron el 450 y más tarde el RX300. Una idea que también compartieron, con algunos matices, Mercedes con su ML y BMW con el X5. Los tres coches pensados para un usuario poco campero aunque con muchas diferencias entre ellos.

A partir de ese origen, Lexus decidió desembarcar con el RX300 en Europa. Y para ello hizo los ajustes necesarios pero manteniendo la filosofía del producto original, hacerlo más interesante para el usuario del Viejo Continente. Y este Lexus RX300 retocado para Europa es el que hemos probado ahora. Pero su punto de partida es el mismo: un coche lujoso y muy confortable, con un motor potente y un cambio sencillo de manejar (un automático al más puro estilo).

Diseño

ESTETICA DISTINTA

Lo primero que llama la atención es su estética, muy distinta a la de los todo terreno al uso, caracterizada por un frontal bastante afilado, con una aerodinámica mejor que la de sus rivales más directos. Más elevado que un coche normal para permitir un buen uso campero, ofrece, como decíamos, una línea muy afilada sin que por ello los ocupantes tengan una sensación de agobio por una altura escasa. Su frontal es además muy limpio, con unos faros de grandes dimensiones y con cristal transparente. La parte trasera dispone de unos grandes grupos ópticos, lo que hace a esta zona mucho más ligera a la vista que la de sus rivales más directos, el Clase M y el BMW X5.
Ante todo confort. Su interior es muy completo y ofrece todo lo que puede tener una buena berlina. Como detalle curioso destacar la situación de la palanca de cambios en la zona de la consola central pero en la parte alta de la misma, lo que hace que todo el suelo quede despejado. Esta consola incorpora una pantalla multifunción en la que aparecen todos los datos del sistema de climatización, del equipo musical y del sistema de navegación por GPS.

El cuadro de instrumentos es muy sencillo, quizá en exceso, dado que el conductor habitual de un vehículo de este tipo no busca mucha información sobre temperatura del agua, del aceite, presión de aceite, etc, sino pocos datos pero fáciles de leer y testigos que le informen de qué va mal en cada momento. Y en ese sentido las expectativas se cumplen a la perfección. Lo mismo que el confort, del que se encargan un eficaz sistema de climatización, o su discreta rumorosidad, por no hablar de un equipo de musica de gran calidad.

Capacidad

EL HABITACULO ES BASTANTE AMPLIO

Más de lo que aparentan sus dimensiones exteriores y tiene huecos por todas partes para dejar cosas de las que se llevan en los bolsillos, latas de refresco y cualquier otro objeto. El discreto empleo de materiales metalizados y de piezas plásticas le confiere un aspecto muy distinto al de otros vehículos rivales suyos.
Los asientos delanteros, situados en una posición bastante elevada, permiten una magnífica visibilidad, son bastante envolventes y tienen todo tipo de regulación mediante servos accionados eléctricamente. Además ofrecen la posibilidad de abatir un reposabrazos central independiente para cada asiento, algo que agradecen y mucho algunos conductores en vehículos con cambio automático. Su habitabilidad posterior y la capacidad del maletero (que se puede tapar con una funda enrollable) son más que buenas en este modelo japonés de gran calidad.

El equipamiento es sin duda una de sus mejores bazas. De serie en su versión Luxury ofrece doble airbag frontal y lateral, cargador de CD, pantalla multifunción, sistema de navegación, techo solar, asientos calefactables o climatizador, mientras que entre los elementos de seguridad activa incorpora control de tracción y de estabilidad, ABS con los últimos adelantos de ayuda a la frenada de emergencia o repartidor electrónico de frenadade lo mejor que se puede ofrecer.
FACIL DE CONDUCIR

El motor es un V6 de gasolina de consumo ajustado para tratarse de un coche pensado para el mercado americano, que da una potencia de 201 CV más que suficientes para moverlo deprisa, tengamos en cuenta que no llega a los 1.800 kilos de peso. Y pese a que su velocidad máxima es de 180 km/h esta no es la velocidad máxima real sino que es un valor en el que los técnicos de la marca japonesa han decidido limitar su velocidad por razones de seguridad.

Quizá la clave de este coche, o lo que mejor le define es que resulta muy sencillo de conducir. Por supuesto, no tiene marchas reductoras, no tiene bloqueos de diferencial ni tiene ningún elemento que le haga complicado para una persona no acostumbrada a conducir todoterrenos. De hecho, el cambio de marchas es el clásico automático de siempre con las posiciones de siempre y con cuatro relaciones. Y éste es quizás el único aspecto criticable. Mientras que sus rivales,  Mercedes ML o BMW X5 tienen cambios manuales o automáticos pero de tipo secuencial y con la última tecnología en materia de cambios,  Lexus dispone de uno clásico de sólo cuatro marchas. Una limitación teniendo en cuenta que el precio de venta en su terminación básica es de 7,6 millones de pesetas frente a los 7,8 del BMW con el motor 3.0 de 231 CV ó los 7,9 del Mercedes ML 320.
Es sencillo de conducir, además, porque todo lo hacen los distintos sistemas electrónicos que incorpora. Desde el ABS de última generación con el sistema de distribución electrónico de frenada o el asistente de frenada en condiciones de emergencia, hasta el sistema de control de tracción, pasando por el control de estabilidad. El conductor lo único que debe hacer es pisar el acelerador o el freno y mover el volante y todo lo demás lo hace el coche sin dudar lo más mínimo mientras no se salga de la carretera.
El control de tracción permite eliminar el patinado de las ruedas al dosificar la potencia que proporciona el motor. En cuanto al control de estabilidad o VSC, es el más sofisticado de los sistemas de seguridad empleado en el Lexus pero también es el mejor. Circulando por una carretera con el suelo mojado el coche detecta la más mínima pérdida de la trayectoria y de forma automática actúa frenando las ruedas necesarias para que el vehículo vuelva a recuperar su posición ideal de marcha. Un sistema que aumenta la seguridad de marcha de forma notable. El sistema VSC tiene además otra cosa positiva y es que nos avisa con un par de pitidos de que está empezando a actuar pero que no son demasiado estridentes como para asustar a las personas que viajan con nosotros.
Todo esto tiene un aspecto positivo y otro negativo, según se mire. El positivo es que un usuario poco experimentado lo puede encontrar como su coche ideal, pero será demasiado aburrido para un conductor avezado, más experto en usar todas las posibilidades que ofrece un vehículo del segmento TT.
El empleo de todos estos sistemas electrónicos de control unido al esquema de construcción de este vehículo, con carrocería monocasco y suspensiones de ruedas independientes en ambos ejes hace que su comportamiento sea comparable al de cualquier turismo de la gama alta del mercado en su utilización por carretera. Además, los tarados de las suspensiones son lo suficientemente duros ( y este ha sido uno de los cambios más notables con respecto a la versión americana del modelo) como para que no se produzcan balanceos excesivos de carrocería que asusten al conductor y el coche va por carretera con un aplomo encomiable.
CONDUCCION OFF-ROAD

Alegre en las buenas pistas y no tanto al límite. Un motor potente y unas suspensiones independientes bastante eficaces hacen que se mueva a las mil maravillas por las buenas pistas forestales. En ese terreno se mueve con soltura y permite disfrutar de una conducción alegre hasta que llegamos a poner el coche en una situación apurada. Entonces, toda la electrónica nos impedirá seguir disfrutando en demasía al volante.
Si su comportamiento en buenas pistas es más que aceptable, no lo es tanto en zonas un poco más complicadas fundamentalmente porque sus ángulos todoterreneros no son demasiado parácticos no es un coche pensado para un uso excesivo fuera de la carretera o de buenas pistas y porque su cambio de marchas, sin reductoras y con relaciones algo largas, nos puede dejar tirados en la primera circunstancia adversa. Pero tampoco pensamos que un propietario de un Lexus RX300 quiera hacer mucha conducción todoterreno pura y dura.  Además, su sistema de tracción tampoco ayuda en exceso. Es más, con un diferencial central viscoso que reparte en condiciones normales el 50% de la potencia sobre cada eje, en el momento que se levante una rueda del suelo podremos quedarnos allí si no tenemos buena experiencia al volante de un TT y un poco de fortuna.

En resumen, el precio que hay que pagar por él es elevado, pero a cambio tendremos un TT distinto, selectivo y con personalidad, con ciertas posibilidades camperas pero que se comporta magníficamente en carretera y que ofrece todo lo que un coche normal (una gran berlina por ejemplo) para hacer más confortable y más seguro un viaje por asfalto. En el otro plato de la balanza están sus limitadas condiciones para una utilización por el campo y el cambio de marchas que incorpora, si lo comparamos, con los que llevan otros todo camino de lujo que actualmente están en el mercado.

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