Range Rover Evoque Si4 Coupé

Es de esos coches que te dejan “boquiabierto” la primera, la segunda… y la enésima vez que lo ves, lo tocas, viajas en él o lo disfrutas conduciendo: es el Range Rover Evoque, un todocamino abrumador desde todos los enfoques posibles, también desde el precio, donde el fabricante Land Rover le ha querido posicionar como un producto exclusivo, inaccesible para los bolsillos populares. Ningún otro SUV Premium, BMW X1 o Audi Q3 incluidos, puede compararse en cualidades técnicas, diseño y cuota de personalización al Evoque, un 4×4 de pasarela.

a favorComportamiento en carreteraPrestaciones motor gasolinaDotación tecnológicaInterior de lujoen contraVisibilidad traseraLimitaciones off roadConsumos
Calcado al prototipo LRX en el que está basado, este Evoque se puede configurar en carrocería de tres (Coupé) y cinco puertas, con motor gasolina de 240 cv o diésel de 150 o 190 cv, cambio manual o automático ambos de seis relaciones, tracción integral o delantera y todo un sinfín de ajustes decorativos en el diseño exterior (por ejemplo, el techo en un color distinto al del resto de carrocería) e interior (molduras de todos los colores, revestimientos en piel integrales o parciales en múltiples tonos), que transforman cada unidad del Evoque en un coche irrepetible.

Sus 4,36 metros de longitud colocan al Evoque como el más compacto entre sus rivales: 2 cm menos que el Q3, 9 cm que el X1 y 16 cm que el GLK de Mercedes, que es claramente el todocamino de lujo más grande del mercado a la espera del futuro SUV mediano que lance Porsche en 2013-2014.

Nuestra unidad de prueba es un Evoque Coupé (es decir el 3 puertas), que está a la vanguardia de diseño exterior –ya os hemos comentado en alguna otra ocasión todas las bondades que presenta un coche que ha pasado del salón a la cadena de montaje sin apenas retoques: con el acabado Dynamics añade llantas de 20”, molduras inferiores exclusivas, defensas delanteras y traseras más corpulentas y el techo flotante pintado de distinto color a la carrocería- y de cuidado por el pequeño detalle en el habitáculo. Son dos argumentos de peso para justificar una factura bastante mayor que sus adversarios, según versión y nivel de equipamiento.
¿Cuál es el precio exacto de nuestro Evoque? Pues aunque la gama arranca en 33.600 euros, nuestra unidad se dispara por encima de los 60.000 €, de los cuales aproximadamente 10.000 € son equipamientos opcionales. Entre la dotación de serie y los extras, este Evoque es el rey de la tecnología: control dinámico integral Terrain Response, control de descenso, control crucero, cinco cámaras perimetrales, parking automático, equipo de música con 17 altavoces, sistema de navegación avanzada proyectado en una espectacular pantalla de 8”, más otra auxiliar de TFT de 5” en los relojes de instrumentalización… después de todo esto hablar de, climatización programable, cuero integral, luz ambiental interior modificable, y conexiones de audio por bluetooth, USB o iPod, suena a un asunto menor.

A pesar de su aparente corpulencia, el Evoque presenta las dimensiones más limitadas de la categoría

En las versiones Coupé del Evoque, sus limitadas dimensiones (1,97 m de anchura y 1,60 m de altura) y un habitáculo configurado de serie para cuatro pasajeros con dos butacas independientes en las plazas traseras (opcionalmente, se puede añadir una tercera) le alejan de los altos niveles de habitabilidad de los que presumen sus hermanos mayores. ¿Razones? El acceso a las plazas traseras está penalizado por la altura del propio coche y porque con nuestro acabado “Dynamics” las butacas delanteras incorporan ajustes automáticos que no son, ni mucho menos, los más rápidos. Además, los dos ocupantes traseros sí que irán cómodos para estirar las piernas (es un coche profundo, bien aprovechado, como demuestran sus 550 litros de maletero de formas cuadradas), pero la pronunciada caída del techo hacia atrás le resta muchos centímetros de altura, sobre todo para ocupantes que superen el 1.80 de estatura.
Ya dentro del coche y antes de pasar a analizar aspectos mecánicos/prestacionales del mismo, es importante incidir en la pulcritud de los acabados y calidades de los materiales empleados, dando la sensación de que viajamos en una berlina de lujo, en un Jaguar. No nos cansaremos de insistir que este Evoque es un coche con ciertas capacidades para la conducción “off road”, pero por encima de esto es una unidad de goce personal, casi íntimo, por la suavidad con la que se conduce y la ausencia absoluta de ruidos externos (ni motor, ni ruedas, y son grandes, ni aerodinámicos).Es genial lo suave que marcha, la ausencia absoluta de ruidos externos y la pulcritud de sus acabados
Nuestro Evoque Coupé 4×4 Si4 está impulsado por un bloque motor gasolina de origen Ford 2.0 turboalimentado y cuatro cilindros en línea de 240 cv con transmisión automática de convertidor de par que se gestiona desde un selector circular emergente desde la consola central (P, R, N, D y Sport o S) y que en modo secuencial únicamente se puede manejar con las levas tras el volante. El conjunto motor-cambio es suave y rápido, aunque las transmisiones de doble embrague lo son más. El consumo mixto es bastante alto, y a poco que seamos generosos con el acelerador (y el motor se presta, es un coche relativamente rápido acelerando para su peso, 7,6 segundos de 0 a 100 km/h en una carrocería de 1,6 toneladas), se puede disparar hasta los 11 l/100 km.

Por carreteras de montaña, la pregunta nos asalta rápidamente: ¿estamos conduciendo un Land Rover? Su agilidad es asombrosa, la amortiguación de recorrido corto le dotan de un aplomo extraordinario, la dirección es rapidísima y apoya en curva muy bien, evitando cualquier movimiento de carrocería típico en otros Land Rover de mayor tamaño.¿Estamos conduciendo un Land Rover? Su agilidad es asombrosa y apenas se aprecian balanceos en la carrocería
Como coche pesado, más bien bajo y sin especificaciones técnicas propias de los 4×4 puros como la reductora, tiene ciertas limitaciones para la conducción “off road”, que en parte son corregidos por el sistema Terrain Response, reajustando parámetros de la respuesta del acelerador, suspensión, cambio o control de estabilidad. También ayuda a “la causa campestre” el control de descenso y el asistente de arranque en pendiente.

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