Jeep Grand Cherokee V6 diésel Laredo

En la nueva era de los urbanos y eficientes SUV, todavía perduran colosales mitos vivientes entre los 4×4 de pura cepa. Uno de ellos es el Jeep Grand Cherokee, un todoterreno de los de verdad: excelente rodador para cualquier tipo de superficie, un tipo que no se amedrenta ante nada, y que ahora se establece en Europa de la mano del grupo Fiat. Es decir, un 4×4 europeizado con altos niveles de calidad y confort interior que recibe un nuevo motor diésel V6 de 190 cv, que destaca por un refinamiento mucho mayor que su antecesor.

a favor- Comportamiento “Off Road”- Interior modernizado- Calidad de marcha- Control de descensosen contra- Cambio automático- Peso- Dirección poco informativa
A pesar de esta profunda renovación, el nuevo Jeep Grand Cherokee evoca a sus raíces en lo robusto de su figura: son 4,82 metros de longitud y 2,4 toneladas de peso. Los nuevos retoques estéticos, sobre todo los pilotos traseros trapezoidales, denotan en él un cierto aburguesamiento que continúa en el habitáculo, e incluso en algunos aspectos de su comportamiento “off road”. De cualquier forma, en marcha, apreciamos que estamos ante el ‘Cherokee de toda la vida’: un 4×4 muy grande y muy pesado que estructuralmente comparte la misma plataforma que el anterior Mercedes ML.Basado en la plataforma del anterior Mercedes ML, el nuevo Grand Cherokee añade a su diseño robusto de siempre elementos más modernos, típicos en SUV europeos
Con la clásica parrilla vertical cromada y los grupos ópticos delanteros modernizados, el Jeep Grand Cherokee se deshace de ese aspecto cuadradote del anterior modelo, para ahora asemejarse más a los diseños aerodinámicos y musculosos de algunos de sus rivales, como por ejemplo, Land Rover Discovery, BMW X5, Audi Q7 y en menor medida, Toyota Land Cruiser o Nissan Pathfinder.
Es un 4×4 especial, legendario para los grandes amantes y mitómanos del sector del automóvil, pero que pierde fuelle –traducir fuelle por cuota de mercado- por el auge de los grandes SUV de lujo lanzados en la última década por las marcas premium europeas.
Un Jeep siempre será un Jeep, pero que los italianos de Fiat estén al frente de buena parte del desarrollo del nuevo Grand Cherokee, ha beneficiado notablemente la vida a bordo del modelo. En su interior, la calidad general percibida es mucho más alta que antes. Los plásticos duros son mayoritarios, sí, pero son de buena apariencia, algo que se agradece si la intención es convertir al Grand Cherokee en un modelo más dual: asfalto de lunes a viernes, trialeras los sábados y domingos.

Pues bien, los ajustes entre piezas del salpicadero y consola se han optimizado. Se incluyen elementos novedosos como la conexión externa por USB. El panel central de información reduce el número de botones, beneficiándose de una pantalla a color táctil con sistema de navegación, destinando la zona inferior para el climatizador. La instrumentalización se lee con bastante claridad –alguna confusión con el ordenador de viaje, seguramente por los vicios adquiridos por conducir mucho coche europeo-. El forrado de guanteras con material de goma es muy de agradecer en un modelo conceptualmente ideado para el campo. Y toda la botonería relacionada con los controles de “conducción off-road” se ha reagrupado entorno a un mando giratorio sobre el túnel de transmisión. Por dentro, el ambiente es de mucha calidad, la botonería está más ordenada y crece en espacio
¿Y de espacio interior? Pues anda sobrado. El nuevo Jeep Grand Cherokee es un coche amplísimo para cinco personas. Las puertas de acceso son grandes y con un ángulo de apertura muy generoso (evidentemente, su altura libre hasta el suelo puede ser un hándicap si la persona que quiere entrar no está en su plenitud física). En las plazas delanteras, nos encontramos con unos buenos butacones multireglaje que se adaptan al tamaño de cualquier persona. Con el acabado “Overland” se añade cuero, calefacción, ventilación y ajuste electrico con dos memorias, garantizando un ambiente de auténtico de lujo. En las plazas traseras tres ocupantes viajarán ampliamente, aunque el del centro se encontrará con una plazas más dura. Por su parte, el maletero presume de unas formas muy provechosas, 780 litros de capacidad, una rueda de repuesto de tamaño normal (normal para un bicho como el Grand Cherokee es: 265/50 R18) y un sistema de apertura y cierre eléctricos que se detiene si detecta algún obstáculo (la luneta trasera de abre de manera independiente).
CÓMO SE ORGANIZA LA GAMA GRAND CHEROKEE
El motor diésel CRDI 3.0 litros V6 es el mejor de los ejemplos de que el nuevo Grand Cherokee se ha racionalizado. En ciclo diésel hay dos escalas de potencia: de 190 cv (nuestra unidad con el acabado “Laredo” tiene un PVP de 49.220 € y con la oferta de Autocity de 43.919 € es el Jeep Grand Cherokee más barato) y de 241 cv; además de un V6 de Etanol de 286 cv, y dos V8 de 5.7 y 6.8 litros y de 352 y 468 cv (este último es el brutal SRT8), respectivamente.
El equipamiento del “Laredo” incluye control de estabilidad, control de presión de los neumáticos, climatizador de dos zonas, asientos eléctricos, radio-cd y llantas de 18′. Esta versión de acceso a la gama también se beneficia de todos los controles de tracción que puede incluir el Grand Cherokee, como: los tres diferenciales autoblocantes electrónicos, el control electrónico de descenso, y la reductora (que se activa por botón y no con la tradicional palanca). Con un sistema de tracción 4×4 permanente, el colofón a nuestro Jeep Grand Cherokee Laredo lo pone el sistema “Select-Terrain”, que no es más que un control dinámico con cinco programas seleccionables -Automático, Arena y Barro, Deportivo, Piedras y Nieve- que trabaja sobre dirección, cambio, suspensión, motor y frenos. En las versiones más costosas se incluye de serie una suspensión neumática que varía la distancia libre al suelo (lo que puede resultar muy beneficioso para determinados terrenos).

CÓMO SE COMPORTA
Al ser un coche grande y largo, cuesta un tiempo adaptarse a sus dimensiones si vamos a moverlo por ciudad. En carretera abierta, sin mucha curva, es un coche tremendamente confortable que absorbe cualquier tipo de irregularidad. No es un coche rápido –sus 440 Nm no son suficientes para mover semejante peso- ni tampoco ágil, porque en los apoyos laterales sufre: las inercias son demasiados perceptibles (aunque compañeros que han probado las anteriores versiones del mítico modelo hablan de “una mejoría muy importante’). Además, la dirección, tremendamente asistida, es tan rápida como poco informativa.El cambio automático lastra prestaciones y consumos en carretera, y eso que presume de 440 Nm de par motor
Si el cambio automático de cinco relaciones lastra sensiblemente consumos y prestaciones en carretera, fuera de asfalto la combinación motor CRDI-transmisión convierte al nuevo Grand Cherokee en un 4×4 colosal: tracciona de lujo (los neumáticos mixtos que equipan ayudan y mucho) y se beneficia del amplio recorrido de sus amortiguadores y de unos ángulos y altura libre holgados para superar cualquier irregularidad. Cierra el círculo el ya citado control electrónico de descenso que, en combinación con el “Select-Terrain” y el intrusivo ESP, permite que el Jeep Gran Cherokee suba a la cresta de cualquier montaña.

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