Santa Fe Vs Freelander

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DOS FILOSOFIAS DIFERENTES

El Land Rover Freelander y el Hyundai Santa Fe son dos modos de ver el concepto todocamino. El británico se acerca más hacia el todoterreno y el segundo está más próximo a un turismo convencional. Son dos puntos de vista.
Land Rover, especializada en el desarrollo y la producción de vehículos todoterreno duros y eficaces, puso en marcha hace unos años un nuevo segmento de coches TT más ligeros con el modelo Freelander. Un todoterreno, pero más fácil de conducir, sin marchas reductoras y sin necesidad de conectar las 4 ruedas motrices, logrando un magnífico éxito comercial hasta alzarse como el todoterreno más vendido en Europa. Y lógicamente le han salido varios rivales en los últimos años, ahora, de la mano de Hyundai, le ha llegado un duro competidor: el nuevo Santa Fe.

MISMO PUNTO DE PARTIDA, DISTINTO RESULTADO

Ambos modelos se parecen en algunos aspectos pero son muy distintos en otros. Su punto de partida ha sido el mismo, hacer un coche fácil de conducir, que funcione bien por carretera, donde van a recorrer la gran mayoría de sus kilómetros, pero que pueda afrontar algunas excursiones fuera de carretera, básicamente por buenas pistas aunque sin renunciar a alguna zona algo más complicada.
También su sistema de transmisión es bastante similar. Se trata de una tracción total permanente, en la que un diferencial central viscoso se ocupa de repartir la potencia en función de las necesidades de cada momento. El reparto de potencia en condiciones ideales es de un 90% sobre el tren delantero en el Land Rover y del 60% en el modelo coreano. Por ello, el comportamiento es algo más neutro en este último que en el Freelander, el cual circulando por carretera se comporta casi como si se tratara de un coche de tracción delantera.

Off Road

EL FREELANDER, MEJOR FUERA DE LA CARRETERA

Pero lo que pierde el modelo británico por ese reparto teórico de la potencia, lo gana por su eficaz control electrónico de tracción, que hace que cuando una rueda comienza a patinar inmediatamente actúan los frenos para detenerla y aumentar el reparto de par a las otras. Esto hace que en terrenos poco deslizantes funcione mejor el Land Rover, un vehículo más pensado para la práctica de este tipo de conducción. En este sentido conviene recordar la presencia, en el modelo británico, del control de descenso.

Se trata de un sistema conocido como HDC, que se acciona mediante un botón situado en la parte inferior de la palanca de cambios. Con el botón presionado, se puede realizar un descenso por una pendiente muy pronunciada de la manera más segura. El vehículo desciende de forma muy lenta y el sistema se ocupa de ir frenando automáticamente cada rueda para conseguir una bajada ideal, sin peligrosos sobresaltos.
Por contra, el Hyundai no dispone de elementos sofisticados para conseguir mejorar sus posibilidades ‘off road’. Su planteamiento es el de un vehículo que sólo en casos muy aislados va a pisar el campo, y por ello sus posibilidades fuera de carretera son bastante más limitadas que las del Land Rover. Un buen ejemplo es su caja de cambios, que cuenta con una primera lo suficientemente larga como para que una subida un poco pronunciada nos deje sin poder superar este obstáculo. Primera larga, más de 1.700 kilos de peso y ausencia de reductoras dejan muy clara, por ello, su vocación rutera.

Por lo que se refiere a su utilización en buenas pistas forestales, los dos ofrecen un buen comportamiento, con un funcionamiento bastante neutro y sólo queda por comentar el hecho de que una subida o una bajada pronunciada pueden crear más problemas al modelo coreano que al de origen británico.

Carretera

EN CARRETERA, LA VENTAJA ES DEL SANTA FE

En carretera las cosas son un poco distintas. Si circulando fuera de carretera la ventaja es para el modelo de Land Rover, en zonas asfaltadas el Hyundai se muestra algo más eficaz, sin perder confort para los ocupantes. Conviene recordar que el modelo con el que la marca coreana inaugura un nuevo segmento en su oferta comercial está pensado según las tendencias de vehículos TT en Estados Unidos, donde el confort y la facilidad de manejo priman sobre otras cualidades.
En lo que sí son bastante similares ambos es en el apartado de sus motores, aunque también en este caso se nota la diferencia de filosofía entre ambos modelos. Los dos son de inyección directa de gasóleo y los dos proporcionan la misma potencia máxima, de 112 CV. Una potencia bastante razonable para mover con una cierta alegría a estos dos vehículos.

Pero pese a esta semejanza el modelo británico consigue una cierta ventaja, ya que el motor TD4 ofrece un funcionamiento mejor en la parte baja del cuentavueltas, cuando se circula con el motor bajo de régimen. Y esto es algo muy importante cuando se quiere circular fuera de carretera, momento en el que los bajos del motor son claves. En el caso del modelo de Hyundai el motor se muestra más parecido a un gasolina con un mejor funcionamiento en la parte más alta del cuentavueltas, lo que le hace más propicio para una utilización rutera donde las marchas se pueden estirarse más, mientras que el Freelander, por el contrario permite estirar más el motor a bajas revoluciones.

Incluso en el apartado de confort de marcha es mejor el motor TD4 que monta el Freelander, ya que se muestra menos ruidoso que el del Santa Fe desarrollado por la propia marca coreana en colaboración con la compaa norteamericana Detroit Diesel.
Y por lo que respecta a los consumos, los dos modelos se muestran muy similares, si bien las versiones probadas, con una diferencia de peso entre ambas de algo más de 100 kilos a favor del Land Rover, la balanza se decanta del lado del modelo británico con el propulsor TD4 de origen BMW.
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO

En su interior, los dos modelos ofrecen una buena terminación, con un aspecto muy distinto al de la mayor parte de los coches. Sobre todo el Freelander, que tiene todo el salpicadero terminado en un color beige claro y de un plástico de aspecto bastante robusto y que aguanta sin problemas el uso duro al que se destinan en ocasiones este tipo de vehículos.
El Hyundai, por su parte, ofrece también un amplio habitáculo en el que lo más destacable es el espacio de su maletero que además es muy accesible. Por lo que respecta al salpicadero, terminado en color gris oscuro, transmite igualmente la sensación de ser muy resistente al desgaste. Destacar la buena ergonomía que ofrece el coche coreano en el que el conductor tiene todo al alcance de la mano y de fácil acceso.

Rubustez británica, frente a aspecto de turismo coreano.- Estéticamente sin embargo los dos modelos son muy diferentes. El Land Rover con un aspecto más duro y de vehículo todoterreno, lo que realmente es, destaca por su exterior muy robusto que da la sensación de poder pasar por cualquier sitio, casi como sus hermanos TT de verdad, el Discovery o el Defender.

Por contra, el modelo coreano tiene un aire de vehículo más familiar y más próximo al de un turismo convencional que a un todoterreno verdadero. Por ello, y para definirlo de una forma que se entiende fácilmente, si el Freelander es menos todoterreno de lo que en realidad aparenta su exterior, el Hyundai es lo contrario. Es decir, ofrece más posibilidades todoterreneras de lo que realmente demuestra su aspecto.
Esta versión de tres puertas del Freelander tiene una opción añadida como es la posibilidad de hacerlo descapotable. Con una operación que dura menos de cinco minutos, se puede quitar la parte trasera del techo con lo que se consigue un vehículo aún más divertido con la parte trasera descapotada. También se puede quitar una pieza en la zona delantera, la que correspondería con el techo corredizo de otros vehículos.
Por ello, la gama del Freelander es mucho más amplia, ya que ofrece la posibilidad de tres o cinco puertas, un superior abanico de motorizaciones y, sobre todo, la posibilidad de un cambio de marchas automático secuencial de magnífico funcionamiento como es el Steptronic desarrollado por BMW y empleado en algunos modelos del fabricante alemán.
Esta última opción también la ofrece el modelo coreano, aunque sólo está disponible en la versión más potente de la gama, la que incorpora el motor V6. En cuanto a motorizaciones también el Hyundai ofrece tres motores, pero lo que no tiene es la posibilidad de elegir dos tipos de carrocería.
En habitabilidad, el Hyundai gana por goleada.- Incluso si la comparación se hiciera, como resultaría más lógico, con la versión 5 puertas del Freelander, la victoria sigue siendo para el modelo coreano que ofrece una habitabilidad interior muy buena. Sobre todo en lo que a la capacidad del maletero se refiere.
En cuanto a equipamiento, ambos ofrecen doble airbag frontal, equipo de radio, llantas de aleación y una terminación muy cuidada. Pero el Hyundai Santa Fe incluye además climatizador, mientras que el Freelander se conforma con el aire acondicionado. En el otro lado de la balanza el modelo de Land Rover cuenta con el sistema de control de descenso, muy importante para la práctica del todoterreno, mientras que el modelo de Hyundai carece de de este elemento.
CONCLUSION

Merece la pena un último comentario en torno a su precio. En este caso la ventaja es para el recién llegado al mercado, el Santa Fe. A igualdad de motorización, la diferencia es de casi medio millón de pesetas a favor del Hyundai, si hacemos la comparación con la versión de cinco puertas del Freelander, ahora denominada Excursión. Comparando con la de tres puertas la diferencia se reduce a sólo 200.000 pesetas.
Hyundai ha dado un paso adelante muy importante para su incorporación al mercado de los todoterreno. Para ello ha lanzado este primer modelo, el Santa Fe, y más recientemente el Terracan, que se ha incorporado plenamente al segmento de los todoterrenos duros, con marchas reductoras y unas posibilidades camperas muy superiores.

El Santa Fe es un coche muy interesante para quienes buscan un todoterreno de aspecto y que ofrezca sólo pequeñas posibilidades camperas. Por el contrario, quienes quieren un poco más de posibilidades fuera de carretera, aunque hay que pagar un poco más de dinero por ello, nuestra opción sería la del Freelander.

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