Honda S2000

Por fin he logrado cumplir uno de mis sueños (y el de muchos otros amantes de los deportivos): conducir o, mejor dicho, pilotar un casi indescriptible Honda S2000, uno de los deportivos japoneses por excelencia, con la configuración clásica de propulsión trasera, motor delantero longitudinal y presentado con carrocería roadster biplaza, que además en nuestra unidad se presentaba con un precioso color rojo intenso de tinte muy deportivo.

Cuando llegué al concesionario a recoger el S2000 un hormigueo me recorría el estómago, me estaba preparando para disfrutar plenamente de este ‘juguete’ japonés, del que ya sabía desde largo tiempo que es el coche con más potencia por litro de cilindrada, puesto que con sus 2.000 centímetros cúbicos atmosféricos, como reza su apellido, desarrolla la friolera de 241 cv de potencia, que si las cuentas no me fallan equivalen a 120,5 cv por litros de cubicaje, vamos ¡prodigioso! Como prodigioso es su precio de 41.000 euros, tan elitista como el propio coche quiere ser, aunque posicionándose frente a sus rivales como un pura sangre más accesible.

La competencia, según se tengan en cuenta unos factores u otros, como el tamaño, la potencia, la habitabilidad o el precio, es muy variada, aunque no tan sensacionalista por el tacto radical del motor atmosférico del S2000. También porque el segmento de los roadsters de altas prestaciones ha crecido como la espuma en los últimos años. Encuentra por ejemplo rivales algo más potentes, aunque bastante más caros, como el Nissan 350Z Roadster, el Mercedes SLK 280 o el BMW Z4 Roadster 3.0si, mientras que por debajo en potencia y precio se enfrenta al Chrysler Crossfire Roadster 3.2 Limited. Con la misma potencia sólo encuentra a un rival bastante más exclusivo, el Porsche Boxster 2.7. Pronto encontrará aún más rivales cuando marcas como Audi o Alfa Romeo presenten sus futuros TT Roadster 3.2 V6 y Spider 3.2 V6. Como se puede observar, no hay un solo rival directo con un motor de cuatro cilindros que entregue esa soberbia potencia y, cuanto menos, ¡atmosférico! Y si miramos los datos de prestaciones, en aceleración iguala a muchos deportivos de lujo de segmento y precio muy superior, habitualmente con motores V8 y cilindradas que rondan los 4.0 litros o más.

El cockpit del S2000

Pues sí, me dispuse a sus mandos y como no, antes de iniciar el viaje analizamos con curiosidad cada uno de los detalles y elementos de confort y seguridad que nos mostraba el habitáculo y con los que luego tendríamos que lidiar.

Repartí algunos pequeños trastos que llevaba encima por los nuevos y pequeños espacios de las puertas destinados a tal efecto. Observé que el espacio habitable en el puesto de conducción era bastante pequeño, como en un ‘cockpit’ de coche de carreras, sólo reduciéndose a los movimientos necesarios que implica la conducción y el manejo del sistema de audio y del aire acondicionado, hemos de decir que incluso con dificultad aun para personas talla pequeña. Los asientos de piel de tipo bacquet nos abrazan con fuerza para no soltarnos, mostrándose muy cómodos y seguros en conducción deportiva. Aún así, la habitabilidad interior está muy mejorada respecto a su predecesor, gracias a unos paneles de puertas rediseñados que permiten mayor espacio a la altura de las caderas y de los hombros. Sin embargo, el movimiento para regular los espejos retrovisores exteriores eléctricos o subir y bajar ventanillas mediante los mandos de la puerta es bastante complicado, obligándonos a retorcernos para poder actuar sobre ellos. El acceso al hueco con tapa deslizante ubicado sobre el túnel central, justo entre los dos únicos asientos del S2000, se convertía en otra ‘misión imposible’.
Pero incluso con todos estos inconvenientes, propios de la mayoría de los roadsters deportivos, mi cara mostraba una tremenda sonrisa reflejada en los cromados que recorrían el habitáculo por la consola central y el sistema de audio, me encontraba tan feliz como un niño y me dejaba sorprender por cada elemento metálico o de piel que formaba un conjunto tan espectacular, delicioso y con toda esa leyenda de deportividad a sus espaldas.

Otra de sus características fundamentales es el típico cuadro de instrumentos digital, que ahora ofrece una lectura más sencilla gracias a la aproximación de los indicadores, como el cuentakilómetros y el cuentarrevoluciones.

Se ha hecho un gran esfuerzo en el ámbito del bienestar de los pasajeros y, prueba de ello es la ubicación de unos nuevos altavoces opcionales de 30W tras los reposacabezas, que se complementan a la perfección con los altavoces y tweeters de las puertas, mejorando notablemente la calidad de sonido para ser un deportivo descapotable.

El maletero nos sorprendió con un espacio para llevar el equipaje más grande de lo esperado, alcanzando los 160 litros muy bien distribuidos, a juzgar por el ajustado espacio para los pasajeros, aunque el que se compra un coche de este estilo ya sabe lo que puede esperar.

Pero lo más espectacular de este pequeño roadster es su motor, que con tan sólo 2.0 litros consigue una escandalosa potencia de 241 cv a 8.300 rpm, fruto de la tecnología de competición aplicada a los motores de sus modelos de serie, como el futuro Civic Type R. Como cualquier motor de competición, el par motor no es su cifra más brillante, quedándose en unos 208 Nm a 7.500 rpm. El motor empuja como un molinillo desde bajas revoluciones, subiendo de vueltas sin descanso hasta las 8.000 rpm a plena carga y dejando notar su carácter más radical a partir de las 5.200 rpm, cuando entra en funcionamiento el sistema VTEC, detectable en el habitáculo por una transformación del sonido que se hace mucho más bronco. Este sistema es el conocido como ‘leva mágica’, que al sobrepasar un determinado régimen de vueltas mediante exigencias al acelerador, los árboles de levas introducen hidráulicamente una nueva leva con mayor cruce para accionar las válvulas de admisión y escape de gases durante más tiempo y optimizar así el rendimiento del motor.

Todas estas características técnicas y sus 1.260 kg de peso permiten que el S2000 se coloque por derecho propio entre los mejores deportivos, unos con motores de 6 cilindros en V, otros con mayores cilindradas y otros con motores sobrealimentados muy potentes. La velocidad máxima para este pequeño proyectil japonés es de 241 km/h y cumple los 100 km/h desde parado en sólo 6,2 segundos, unas cifras que ya quisieran para sí coches mucho más potentes. Sorprende gratamente los reducidos consumos que obtiene el S2000, necesitando sólo 10 litros a los 100 km en ciclo combinado de gasolina sin plomo de 98 octanos.
No nos equivocaremos al asociar, en sentido figurado, la marca Honda de automóviles con la de motocicletas de gran cilindrada, pues este Honda S2000 es lo más parecido a una moto que encontraremos en todo el mercado, tanto mecánicamente por su característico sonido a altas revoluciones y por el comportamiento puntiagudo de su motor, como por la instrumentación interior, con un cuadro de mandos muy pequeño para no distraer al piloto y con todos los mandos básicos siempre a un perfecto alcance.

Exquisita puesta a punto

Para controlar el nervio y el carácter de este tradicional deportivo con motor delantero y tracción trasera, los ingenieros de Honda han revisado multitud de componentes del chasis para conseguir las reacciones más nobles en conducción deportiva, la mejor estabilidad y un gran confort de marcha. ¡Y eso se nota en la conducción!

Para mejorar las capacidades dinámicas, un reto muy complicado conociendo a su antecesor, la atención se ha centrado en la optimización del sistema de suspensión, en el refuerzo del chasis para aumentar la rigidez general y en la mejora del tacto de la dirección eléctrica. Se han endurecido los muelles y amortiguadores delanteros, entre los que se ha colocado una nueva barra de torretas, mientras que se han suavizado ligeramente los traseros, reforzando sus articulaciones e incorporando una barra estabilizadora de diámetro más reducido, para obtener un chasis con una parte trasera más permisiva en conducción al límite, controlada perfectamente por un diferencial Torsen, y una parte delantera o direccional más fiel a las órdenes del piloto, acompañado por una dirección mucho más directa. En definitiva, un roadster exigente sin más controles electrónicos que el ABS, pero previsible, noble y muy divertido. De hecho, sus 241 rabiosos caballos siempre tienen algo que decir y, si se solicitan efusivamente sus servicios resultará muy fácil dibujar una preciosa cruzada sólo apta para manos expertas.

El tren de rodaje también se ha mejorado notablemente mediante el empleo de la fibra de carbono en la caja de cambios, reduciendo el peso del conjunto y mejorando facilitando los cambios de las 6 velocidades, lo que potencia enormemente la conducción deportiva. Las transmisiones también se han optimizado para reducir el ruido y las vibraciones de rodadura que se transmiten al habitáculo.
Algo fundamental, estética y dinámicamente, es la introducción de unas nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas mucho más agresivas que las anteriores de 16. También los nuevos neumáticos Bridgestone Potenza RE050 montados en esas llantas aumentan su anchura, mostrando unas medidas de 215/45 R17 en el tren delantero y de 245/50 R17 en el trasero, obteniendo mejores niveles de agarre tanto en condiciones de asfalto seco como mojado. En situaciones de baja adherencia, el nuevo ABS inteligente se muestra muy eficaz manteniendo la estabilidad y la dirección ante frenadas imprevistas.
La imagen exterior del S2000 se caracteriza por su forma de punta de flecha, con un morro alargado muy musculoso y un habitáculo retrasado. El prominente frontal llama nuestra atención con unos impresionantes faros rasgados muy deportivos con bombillas de xenon, que se adentran en las aletas y se integran milimétricamente con el paragolpes, dibujando unos contornos suaves y perfectos. Dos nervaduras sobre el capó radicalizan su aspecto presentando una silueta muy agresiva.

En la zaga resaltan los grupos ópticos de triple faro encapsulado y la tercera luz de freno sobre el maletero, que emplean la tecnología LED para todos sus indicadores, que mejoran la seguridad incrementando la intensidad y la rapidez de respuesta. El paragolpes revisado tiene un diseño más protagonista e incrementa la presencia de este coche visto desde atrás. Se aprecia más bajo y pegado al asfalto y está coronado por dos inmensas bocas ovaladas de escape separadas y cromadas.

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