Stilo 3p Vs. 5p

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DISTINTO PLANTEAMIENTO

Los nuevos Fiat Stilo 1.6 de 3 puertas y 1.9 JTD de 5 puertas no esconden ninguna sorpresa mecánica, pero su espacio interior les permite acceder a una nueva dimensión. Funcional y versátil, el JTD 5 puertas es casi un monovolumen compacto de planteamiento familiar, mientras que el anguloso 1.6 3 puertas va destinado a un público más joven.

La nueva generación de Fiat compactos ya no mantiene la distinción nominal entre 3 y 5 puertas, como sucedía con sus antecesores los Bravo y Brava, compartiendo el nombre común de Stilo las dos carrocerías instaladas sobre un mismo bastidor inédito bautizado como Fiat Frame. Sin embargo se trata de dos coches radicalmente distintos, con dimensiones diferentes y el capó delantero como único elemento común, que forman dos variantes destinadas a cubrir necesidades y objetivos muy diversos.

Estilos

UN NOMBRE, DOS ESTILOS

El Stilo 3p es más agresivo y anguloso, con cierto aire de coupé orientado a una clientela más joven y dinámica. El Stilo 5p aparece casi como un monovolumen compacto, jugando la carta de la habitabilidad bajo un enfoque claramente familiar, con unas dimensiones por encima de lo normal que le sitúan a la cabeza de su segmento, al nivel del Peugeot 307 y el Honda Civic. Su imagen exterior delata la voluntad de Fiat en mejorar la calidad de sus productos: la pintura está aplicada con sumo cuidado, los ajustes de puertas y capós son perfectos, así como las juntas, con una impresión de calidad que llega hasta el sonido del cierre de puertas.
Pero ambas carrocerías no sólo difieren en formas y concepto; su tamaño es también distinto. El Stilo 5p mide 4,25 m, 7 cm más que el 3p, y es bastante más alto (1,52 m, 5 cm más). Sin embargo, el 3p es más ancho (1,78 m, 2 cm más), compartiendo ambos las mismas vías (1,51 m delante 1,50 detrás) y batalla (2,60 m).

Pese a ello, sus cotas internas de habitáculo son casi idénticas, tanto en las plazas delanteras como traseras. La principal diferencia es que el 3p se queda algo corto en el espacio para piernas de las plazas traseras, mientras que el 5p se sitúa entre los mejores de su clase, permitiendo además desplazar hasta 12 cm el asiento posterior, y regular su respaldo en hasta 6 posiciones distintas (con secciones independientes 1/3-2/3) para adecuar mejor pasaje y carga. Además, el respaldo del acompañante delantero se abate hasta convertirse en mesa, soluciones todas propias de familiares o monovolúmenes. Lástima que sean opcionales.
Con el Stilo, Fiat ha buscado la sobriedad típica del coche alemán, sin perder de vista la calidad de materiales, que marcan una evidente evolución frente a su antecesor, aunque sin llegar al nivel logrado por otros fabricantes, como es el caso del Peugeot 307, cuyo interior resulta más aparente y vistoso. En el Stilo se ha buscado un aspecto más serio, aun a costa del característico y elegante diseño italiano. Respecto al maletero, el del 3p supera en 25 litros al del Bravo, modelo al que sustituye (de 280 a 305 litros), mientras que el del 5p varía de 335 a 410 litros, según se sitúe la banqueta posterior.
El salpicadero, el mismo para  ambos, está revestido su parte superior de plástico rugoso de buena calidad, similar al del Alfa 147, mientras que por abajo es de plástico liso, que se extiende hasta las puertas. El cuadro de instrumentos es sobrio y muy legible, con una consola central de diseño claro y agradable. En el habitáculo hay varias guanteras de todo tipo y tamaño, estando la principal dividida en dos zonas, con la superior conectada al equipo de climatización para poder mantener bebidas frescas, y la inferior reservada a la documentación. Cuenta con posavasos, así como bandejas bajo los asientos delanteros para la cartera, el móvil, CDs, documentos, etc.

Interiores

HABITABILIDAD HOLGADA

Al volante se aprecia la mayor altura del puesto de conducción del 5p frente al del 3p. En los dos se dispone de numerosos reglajes para encontrar la posición ideal, más fácil de hallar en el 3 que en el 5, ya que en este último los conductores grandes lo tienen fácil para adaptarse, pero los de baja estatura se ven obligados a adelantar mucho el asiento para pisar bien el pedal de embrague, quedando así demasiado cerca del volante, mientras que el 3p admite mejor cualquier tipo de talla. El espacio disponible en las plazas delanteras es muy generoso en los dos, mientras que el 5p cuida mejor a los pasajeros de las plazas posteriores. Los asientos no destacan por su relieve, pero su mullido facilita la sujeción del cuerpo en curva, con mucho soporte lumbar, aunque los respaldos son demasiado verticales y no recogen bien la espalda por arriba.

Tanto el 1.6 Dynamic 3p como el 1.9 JTD Active 5p traen un equipamiento de serie bastante completo, de evidente protagonismo electrónico con funciones personalizadas a voluntad, como el cierre de puertas y maletero, control de preferencias en sintonización de emisoras de radio, reglaje interior de faros, etc. Le siguen el ordenador de viaje con check-control, climatizador (sólo en Dynamic 3p), 6 airbags, ABS, control de tracción desconectable, faros antiniebla (integrados con los proyectores principales), dirección asistida Dualdrive, retrovisores exteriores de regulación eléctrica y calefactados, etc.
Como opciones generales quedan el ESP, los airbags posteriores laterales, techo practicable laminar, control de crucero, climatizador bizona, sistema de comunicación Connect y de navegación (con pantalla de 7 pulgadas), pintura metalizada, etc. Y como opciones exclusivas del Active 5p, el climatizador de aire acondicionado, asiento del pasajero abatible y banqueta posterior corredera.

Motores

MECANICAS RETOCADAS

La mecánica de estos dos Stilo, encargados de absorber el grueso de ventas de la gama, presentan varias mejoras, con una notable reducción de peso y fricciones internas, así como menos vibraciones, generalizándose el uso del acelerador electrónico.
El motor 1.6 16V de gasolina cambia de arquitectura, aunque repite rendimiento (103 CV a 5.750 rpm). Pero ahora es de cotas casi «cuadradas» en vez de «supercuadradas» (80,5 mm de diámetro de cilindros, frente a 86,4 antes, mientras la carrera sube de 67,4 a 78,4 mm, nada menos que 11 mm más), en busca de un par máximo más favorable, que no aumenta mucho (sólo una décima, de 14,7 a 14,8 mkg) y siempre a 4.000 rpm, pero constante a un régimen más amplio, con más del 80% del par disponible entre 2.000 y 5.000 rpm, lo que asegura una respuesta motriz más eficaz.

Es un motor de rendimiento satisfactorio por encima de 4.000 rpm y hasta las 6.000, ya que la mejora en su nivel de par constante queda neutralizada al utilizar unos desarrollos de cambio bastante largos, en busca de menos consumos y emisiones. Ello obliga a recurrir a menudo al cambio, especialmente en adelantamientos, para mantener su giro cerca de su régimen de par máximo.
El 1.9 JTD de 115 CV es todo lo contrario. Aparte de tener 314 cc más, dispone de inyección directa «common rail», con turbo de geometría variable e «intercooler», lo que permite a este turbodiesel empujar con fuerza desde 2.000 rpm, aguantando su potencia hasta casi 4.500 rpm, aunque con menos tirón y sin el acusado efecto turbo del Alfa 147, al perder 2 mkg y montar desarrollos más largos, en aras de una conducción más relajada y con menor tacto deportivo que en éste. Lástima que el aumento de potencia de este JTD de 115 CV haya supuesto un aumento de la rumorosidad frente al anterior JTD de 105 CV, al trabajar el «common rail» a más presión. No es que sea mucho mayor, pero sí constante a cualquier régimen.
Los desarrollos se han alargado respecto a los Bravo/Brava en el caso del 1.6 16V (de 32,5 a 34,7 km/h por 1.000 rpm), lo que implica alcanzar su velocidad máxima 400 rpm antes del régimen de máxima potencia, con la consiguiente pérdida de agilidad. Sin embargo, el Stilo 1.9 JTD los ve acortados en su caja Getrag de triple eje, de tacto algo más duro, aunque se han alargado respecto al Alfa 147 JTD, pasando de 44 a 46,4 km/h por 1.000 rpm, con lo que se ajusta perfectamente a su potencia y par, logrando la velocidad punta en este caso a 100 rpm por encima del régimen de potencia máxima, en beneficio de una mejor respuesta.

Comportamiento y prestaciones

COMPORTAMIENTO SEGURO

En comportamiento en carretera, poco difieren ambos, al montar los mismos tarados de suspensión y amortiguación; tan sólo los muelles varían, en función del distinto peso de la mecánica y de la mayor capacidad de carga del 5p JTD. Circulando rápido sí se aprecian algunas diferencias, sobre todo a la hora de trazar las curvas y frenar, donde los 70 kg extra sobre el eje delantero del JTD y su menor medida de calzado (195/65 R 15 en vez de los 205/55 R 16 del Stilo 1.6 16V 3p) dan lugar a una reacción más subviradora (tendencia a desplazar el morro hacia el exterior de la curva), mientras que el Stilo 3p de gasolina va más neutro y asentado. Pero los dos gozan de buena adherencia, con unas suspensiones más bien blandas, en busca del confort, que filtran bien las irregularidades sobre mal piso. A cambio, no acaban de transmitir toda la confianza al conductor en los virajes abordados con rapidez y fuertes apoyos, generando cierto cabeceo del tren delantero, que sin embargo no se traduce posteriormente en movimientos parásitos.
No obstante trazar curvas es fácil en ambos, aunque requiere cierto periodo de adaptación. Los coches mantienen la trayectoria correcta mientras que el tren trasero permanece imperturbable, pese a haberse simplificado respecto al Bravo/Brava, adoptando un sencillo pero eficaz eje torsional en lugar de la suspensión independiente de aquellos. Para los amantes de la conducción deportiva, el subviraje puede resultar algo excesivo (sobre todo en el JTD) pero no llega a hacerse incómodo ni convertir en perezosos estos coches en terreno virado. Mas bien al contrario, el conductor medio va más seguro, confiado en que el coche no le va a dar ninguna sorpresa desagradable. Tan sólo los usuarios más deportivos echarán de menos un poco más de agilidad en el tren trasero en las zonas de curvas, pero como están estos Stilo son eficaces y se aguantan bien. Merece destacarse el buen trabajo del ESP opcional (y muy recomendable) de cuya puesta a punto podrían tomar nota algunos de sus rivales, ya que su intervención no es demasiado intensa y nada molesta.

La dirección, con asistencia eléctrica variable la «Dualdrive» ya conocida en el Punto, presenta un buen tacto, sin pecar de blanda, y una notable rapidez (2,9 vueltas de volante entre topes), con un diámetro de giro teóricamente igual para los dos (10,5 m) aunque lo lógico es que el 3p lo tenga menor, al ser algo más corto. Sin embargo, esta dirección, a diferencia de la del Punto, filtra demasiado las sensaciones al conductor, que no acaba de tener claro cuando el tren delantero acaba de asentarse. Por lo demás, dispone como en el Punto del botón «City» para aumentar la asistencia en ciudad y en maniobra, desconectándose automáticamente (si no lo hemos hecho antes a mano) en cuanto se superan los 70 km/h.
Los frenos son eficaces en los dos, con cuatro discos en ambos, ventilados los delanteros. Pero su diámetro varía, bastante más dimensionados (287 mm) en el JTD que en el 1.6 16V (257 mm), dado su mayor peso y prestaciones, mientras que los traseros son iguales en ambos (251 mm). De buen tacto y elevada resistencia a la fatiga, y bien secundados por un ABS correctamente tarado y un servofreno de emergencia Brake Assist que detecta muy bien si se trata o no de un caso de este tipo, sin activarse a la primera de cambio, como sucede en otros modelos de la competencia.
En cuanto a prestaciones, el Stilo 1.6, con unos desarrollos más bien largos, un peso elevado y una superficie frontal importante, no puede arrojar resultados fulgurantes dada su potencia y cilindrada, aunque sí honestos. Pero se ve superado por los del Stilo 1.9 JTD, de motor más rotundo y desarrollos mejor ajustados para su par. E igualmente el JTD domina en consumo, que aunque no sea de los más parcos entre los diesel de su nivel, mejora con creces los de su hermano de gasolina, con una diferencia a su favor de 1,8 litros menos de media cada 100 km. A cambio, el Stilo 1.6 se muestra más suave y refinado en su funcionamiento general.
En suma, el nuevo Stilo supone un notable avance de Fiat en la categoría de los compactos, el segmento más concurrido del mercado, contando con buenas armas para situarse (en el medio, por precio, y por arriba en equipamiento) entre sus rivales, gracias a su equilibrio general. Pero desde luego, éstos no se lo van a poner fácil.

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