BMW X3 3.0i

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LO UNICO MALO, EL PRECIO

Cuando el 5 de febrero el X3 se ponga a la venta en España, los automovilistas podremos acceder al más exclusivo y sofisticado todo camino del mercado. Lamentablemente muchos sólo podremos acceder a verlo en los concesionarios, porque para llevarlo a casa será necesario desembolsar una cantidad de dinero muy alta, a cambio de un equipamiento de serie nada espectacular.

  Eso sí, quien tenga la fortuna de poder permitirse pagar 45.600 euros por un coche cuya competencia más cercana se encuentra unos 15.000 euros por debajo tendrá el mejor, el más potente con gran diferencia y, posiblemente, el más seguro. BMW posiciona el X3 muy cerca del X5, que para engordar su precio y colocarse por encima de su hermano recién nacido viene ahora más equipado de serie y dotado del mismo sistema de tracción total variable xDrive (Ver descripción técnica del sistema).
Esta es precisamente la innovación más llamativa y diferencial del X3, un sistema capaz de variar en tan solo una décima de segundo el reparto de tracción entre ambos ejes hasta en un 100%. Las ruedas de un mismo eje también se valen de sendos diferenciales para repartir transversalmente el par en función de su adherencia, aunque en este caso la mecánica se complementa con el control electrónico de los frenos y el motor mediante el DSC.
La oferta inicial de motores estará compuesta por dos 3.0 litros, en gasolina o diesel, ambos con seis cilindros en línea, rendimientos máximos de 231 y 204 caballos y consumos mixtos de 11,4 y 8,4l/100km respectivamente. Se podrá elegir entre cambios manuales de seis velocidades o automáticos Steptronic de cinco en ambos. El precio final será el mismo en ambos.
Más adelante, entrada la primavera, se pondrá a la venta un motor de gasolina 2.5 litros de 193 caballos y para finales de año se espera el 2.0 diesel que tanto éxito está teniendo en la Serie 3. Con estos dos motores, más económicos pero igualmente excelentes en rendimiento, el X3 se debería situar al alcance de un público más amplio, que verá justificada la diferencia de precio respecto a la competencia por la tecnología y la imagen BMW.
Carlos Lera, Autocity
20 de enero de 2004.
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Primeras
impresiones

PRIMERAS IMPRESIONES

La posición de conducción es elevada, pero todos los controles quedan muy a mano. Sorprende en un primer momento el diámetro del volante, más pequeño de lo habitual en este tipo de vehículos pero apropiado para aprovechar la agilidad del coche. Los asientos de serie no son eléctricos ni de cuero (esta es una de las numerosas opciones con sobreprecio). En su lugar combinan tela con un material sintético que imita al cuero, llamado Sensatec. Más que parecer caro, que desde luego lo es en comparación con otros ‘SUV’ de su tamaño pero puede justificar la diferencia por tecnología y prestaciones, lo que no me convence es el equipamiento que ofrece a cambio de su precio.
El diseño del habitáculo es muy agradable y los plásticos empleados de excelente calidad. Se aprecia claramente menos amplitud que en un X5, aunque conductor y pasajero logran una posición cómoda. Eso sí, si no se recurre a las opciones decorativas de nuevo hay que conformarse con un aspecto demasiado parco. El climatizador sí es de serie, aunque no dispone de dos zonas térmicas regulables por separado. El equipo de sonido con radio y reproductor de compactos también se incluye en el precio básico. Los sensores de distancia para aparcamientos no son de serie (será por eso que los parachoques son negros…), lo mismo que los faros de xenón adaptables a las curvas.
Donde hay poco que objetar en cuanto a equipamiento es en el apartado de la seguridad. Además de todos los elementos de seguridad activa como el DSC, el ABS, el propio xDrive o el control de descensos para evitar una velocidad excesiva en pendientes pronunciadas campo a través (HDC), en el interior dispone de airbag frontales delanteros, de cabeza delante y detrás y laterales para conductor y acompañante, mientras que los lateras para las plazas traseras son opcionales.
En marcha llama la atención la excelente insonorización y aislamiento de los ruidos procedentes de la rodadura, el motor y la aerodinámica. Las suspensiones sujetan el coche perfectamente, son al mismo tiempo agradables y a pesar de que sus recorridos son lógicamente mayores que en un turismo no acusan inclinaciones laterales importantes. Se aprecia que el centro de gravedad es muy bajo. Los técnicos de BMW han logrado esto gracias a bajar la colocación del motor, cuyo cárter incluso está atravesado por el brazo de la trasmisión del eje delantero.
La unidad con la que pude realizar unos 100 kilómetros disponía del motor 3.0 de gasolina que una vez más me pareció uno de los mejores de su clase. Elástico y con gran capacidad de estirada a alto régimen, prácticamente no vibra (seis cilindros en línea), tiene un sonido estimulante y a pesar de los 1.835 kilos del conjunto acelera de 0 a 100 km/h. en tan solo 7,8 segundos.
El comportamiento es delicioso en carreteras de curvas. Incluso con los neumáticos ‘all season‘, que serán los que se sirvan de serie, el dinamismo es francamente excelente: divertido al tiempo que muy seguro y efectivo. El xDrive actúa con frecuencia si se lleva un ritmo vivo, manifestándose en el salpicadero mediante un testigo luminoso parpadeante en la esfera del cuentarrevoluciones. El chasis responde con agilidad a la dirección que en giros cerrados posee un radio muy bueno teniendo en cuenta el tamaño y la tracción total, tan solo 11,6 metros entre bordillos. Y todo esto con tan solo dos centímetros menos de distancia entre ejes que el X5.
La amplitud del maletero es excelente. Cubica 480 litros y tiene la boca de acceso enrasada con el piso del portaequipajes, relativamente bajo y completamente liso, salvo por dos rieles para montar un portabicicletas interior que se suministra como accesorio original. El portón trasero abre en vertical y carece de luneta practicable independientemente, lo que puede suponer un problema en lugares de altura limitada, como por ejemplo los aparcamientos subterráneos.

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