Los descapotables de Audi

Con el rostro al viento

Con la capota de lona, la de toda la vida, como seña y santo. Así se han abierto al mundo los modelos descapotables de Audi. La marca de los cuatro aros presenta, orgullosa, ante los medios especializados su gama de cabrios, tanto de cuatro plazas, como son el esperadísimo Audi A3 Cabrio, Audi A5 Cabrio y el deportivo S5 Cabrio, como los biplaza, el espectacular R8 Spyder y el glamouroso TT Roadster. El carácter deportivo emanado por todas estas unidades se descubre desde un primer momento. También es cierto que la mayor parte de las marcas Premium resuelven estas unidades con la capota blanda, rasgo de alto standing, elitista. Por más seguro y cómodo que resulte una capota rígida, como por ejemplo ha defendido Mazda en los últimos tiempos con la inclusión del Mazda MX-5 Roadster Coupé, Audi argumenta tres principios básicos para mantener el ADN clásico: la capota de lona pesa menos, favoreciendo la relación prestaciones/consumo, disminuye el centro de gravedad y ocupa menos espacio en pro de una mayor capacidad del maletero (380 litros en el A5 Cabrio, 260 en el A3 Cabrio y 250 en el TT Roadster, más atrás quedan los 100 litros del Spyder).
Aunque, y no hace falta que ningún directivo se manifiesta a favor de sus productos, por encima de cualquier cualidad dinámica está el encanto, el diseño, una ventaja que no se puede medir, simplemente se siente y se aprecia. Dicen los más viejos del lugar que un descapotable auténtico sólo se concibe con techo de lona. Además, la optimización en la apertura y cierre de estas cubiertas está a la orden del día, incluyendo en todas las unidades aquí mostradas el accionamiento electrohidráulico. Así, el Audi A3 se puede cerrar completamente en nueve segundos, mientras que el robusto R8 Spyder tarda 18 segundos. Todos estos techos se pueden abrir y cerrar en movimiento, siempre y cuando no se supere la velocidad de 50 km/h (y 30 km/h en el A3), ampliando su radio de acción. Siguen siendo, eso sí, coches que no brillan por su comodidad a bordo, aunque los de cuatro plazas (A3 y A5) incorporan elementos específicos para no comprometer su funcionamiento global. Son coches más amables, otra historia es el R8 Spyder, que de serie equipa la tecnología Audi Magnetic Ride, por la cual los amortiguadores se acoplan a las condiciones de la calzada y al estilo de conducción con frenos carbocerámicos opcionales. Todo un salvaje sin domesticar.
En materia de seguridad, todos estas joyas incorporan arcos de protección antivuelco (ocultos en el A5 Cabrio y en el R8 Spyder, que se despliegan de forma automática en caso de accidente), así como una completa dotación de airbags (los laterales de cabeza y tórax integrados en los asientos delanteros, según palabras de los ingenieros) y el sistema Audi Backguard con reposacabezas integrados. Mención especial merece el Audi TT Roadster, que mejora hasta en un 120 por ciento la rigidez torsional estática de la carrocería del modelo de la generación anterior gracias a la tecnología Audi Space Frame (AFS) de fabricación ligera, en este caso utilizando una construcción híbrida en aluminio y acero.
Fue Audi la primera firma en montar un motor diésel en un modelo descapotable, fue en un Audi Cabriolet 1.9 TDI de 90 cv. 20 años después de aquello, el escaparate de motorizaciones diésel es abundante. Empezamos con el A3 Cabrio, que estrena el motor 1.6 TDI de 105 cv, todo un ejemplo de eficiencia, y el motor de dos litros con una potencia de 140 cv, asociado de serie al sistema de arranque y parada automática del motor, para un consumo mixto de 3,9 l/100 km. La variante superior del dos litros otorga una potencia de 170 cv, con un gasto de combustible de 5,7 l/100 km, registrando unas prestaciones realmente deportivas: 222 km/h de velocidad máxima, y 9,3 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. Este mismo motor convierte al Audi TT Roadster 2.0 TDI quattro en el único de su categoría con motor diesel, acelerando de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos para consumo mixto de sólo 5,3 litros cada 100 kilómetros.
Además del 2.0 de 170 cv, el deportivo A5 Cabrio recibe otras dos motorizaciones diésel, ambas V6, una de tres litros de cilindrada que genera una potencia máxima de 240 cv y 500 Nm de par, y la inferior, un 2.7 TDI de 190 cv y 400 Nm de par. El nuevo Audi R8 Spyder conserva intactas las características de la versión cerrada en cuanto a prestaciones y comportamiento deportivo. Con su motor V10 de 525 CV, alcanza una velocidad punta de 313 km/h, y sólo necesita 12,7 segundos para pasar de 0 a 200 km/h.

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