VW Touareg V10TDI

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Después de tener la fortuna de hacer unos cuantos cientos de kilómetros con el Touareg V10 TDI podemos afirmar que si el coche se sitúa como un SUV inmejorable para la competencia actual, el motor es un visitante de otro mundo; una maravilla del gasóleo capaz de un rendimiento espectacularmente a cualquier régimen, y esto tampoco tiene competencia entre los motores de gasolina.

Y es que los rivales de este motor no hay que buscarlos entre la concurrencia Diesel de última generación, en mayor o menor grado pensados con un fin utilitario, sino entre los mejores motores de gasolina presentes en la categoría. Diez cilindros y 4.921 centímetros cúbicos; dos turbos, porque hay uno para cada bancada, y un nada usual consumo oficial de 12’2 litros de gasóleo, que en la vida real rara vez bajan de 14’5 l/100 km, le hacen merecedor de figurar en el ‘club de las estrellas’.

Pero no solo hay motor bajo la elegante carrocería del Touareg. Además incorpora una suspensión activa moderna y sofisticada, un sistema de tracción integral con diferencial electrónico de excelente funcionamiento y una caja reductora como la de los auténticos TT pero más cómoda de usar, con la que es capaz de emular a estos en la mayor parte de las situaciones.
Carlos Lera, Autocity
20 de Agosto de 2003

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

A pesar del tremendo potencial que tiene dentro, el motor del Touareg se manifiesta como una fuente de potencia tranquila mientras no se le provoque intencionadamente. Cuenta con un cambio automático Tiptronic de seis velocidades que ante todo permite desplazarse con suavidad y sin temor a la potencia, y por eso no intimida sino que anima a disfrutar del altísimo rendimiento que se consigue de cada revolución del motor.
Eso sí, al parar en un semáforo con la directa engranada y manteniendo el coche parado a base de freno, como es habitual en un automático, el cambio produce un molesto ruido de arrastre y vibraciones. Al final me acabé acostumbrando a poner punto muerto, pero es la primera vez que observo que esta reacción llegue a ser tan molesta como para tomar esta medida.

Se puede circular a poco más de mil revoluciones por minuto sin tirones, deslizando el Touareg entre el tráfico como si de una alfombra mágica se tratase. Y es que no todo es cuestión de un motor poderosísimo o un cambio de refinado funcionamiento. También tiene que ver el gran volante, que acerca al conductor una dirección muy asistida y las suspensiones suaves, si así se desea.
El sistema de suspensión neumática es capaz de variar la rigidez de los amortiguadores según las condiciones del terreno en modo automático o si se prefiere puede regularse a voluntad del conductor logrando un abanico de posibilidades excelente con únicamente tres posiciones: Confort, Auto y Sport. La posición más blanda es realmente cómoda, la automática combina con muy buen criterio precisión y suavidad en función de las circunstancias y la deportiva convierte el enorme y pesado Touareg en un aparato bastante dinámico; aunque se echa en falta mayor información sobre el firme, porque el habitáculo queda demasiado aislado a causa de los tacos neumáticos que hacen las veces de los clásicos amortiguadores y muelles.
El comportamiento desde cualquier punto de vista es realmente sano y asequible, apoyado en un bastidor de excelente rigidez garantizada porque las exigencias del campo obligan a evitar puntos débiles. Los neumáticos Bridgestone Touranza, al igual que sucede con su primo-hermano el Cayenne, le otorgan un buen grip y mucho confort en asfalto, pero evidentemente en el campo obligan a tomar muchas precauciones. En terreno polvoriento y despejado porque las velocidades que se pueden alcanzar se enfrentan a la dificultad de sujetar los 2.720 kilos ante curvas pronunciadas o desniveles, y en zonas enfangadas porque, muy a pesar de los excelentes programas de asistencia electrónica la capacidad de tracción será muy baja, y en el momento que los pequeños surcos de goma queden cubiertos más bien nula. Eso sí, por trasmisiones y ángulos el Touareg es capaz de meterse en sitios increíbles para otros competidores, jugando evidentemente con la ventaja de la suspensión activa que ‘sube y baja’ respondiendo a los deseos del conductor. El control de estabilidad lógicamente interfiere en el campo pero con las reductoras conectadas modifica su funcionamiento para permitir avanzar por zonas resbaladizas.
La comodidad que se puede disfrutar en carretera se traslada al campo, y gracias a la suspensión neumática es extremadamente agradable, tragándose muchos baches como si no existieran de manera más eficaz que cualquier vehículo dotado de suspensión convencional. Las posibilidades de tracción de serie son ya más que suficientes para una inmensa mayoría, con bloqueo del diferencial central electrónico (EDS) y transferencia de par entre ejes mediante los sensores y el mecanismo de funcionamiento del ESP, como es habitual en los SUV más sofisticados. Además opcionalmente puede incorporarse un sistema de bloqueo para el diferencial trasero, con el que teóricamente en cuanto a tracción el Touareg se encontrará equiparado a un TT de pura raza.
Por último quiero destacar el trabajo de los frenos, muy suaves pero con gran potencia si se les pide el ‘do de pecho’. No acusaron un grado importante de fatiga a pesar de las casi tres toneladas de peso del conjunto en orden de marcha.

Interior y equipamiento

INTERIOR Y EQUIPAMIENTO

El equipamiento de serie del Touareg V10 TDI resulta excepcional. No en vano por 78.820 euros es de esperar un máximo nivel de atención a los ocupantes, pero además los acabados son de auténtico lujo. Las comparaciones son odiosas, pero al lado del Porsche Cayenne S la combinación de materiales y el diseño de los diferentes elementos es más agradable en el Volkswagen.
Los asientos de cuero y calefactados, las inserciones de madera de raíz de nogal, los cercos cromados de los diferentes relojes de la instrumentación o sencillamente la calidad del material del salpicadero son exquisitos. Todas las regulaciones son eléctricas y para acceder al interior posee un sistema de acceso sin llave de funcionamiento más fiable que en otros coches en los que hemos probado sistemas semejantes.

Y por supuesto, qué contar del climatizador con dos zonas de programación diferenciada, que en plena ola de calor cumplió perfectamente y que como opción puede incluso distinguir cuatro partes independientes para ofrecer controles individuales también en los asientos traseros; o de los faros bi-xenón, que emplean esta excelente tecnología no solo para cortas si no también para las luces de carretera… Pocas lagunas en el equipamiento, pero es que sería difícil excusar un nivel inferior en un SUV que, por muy dotado que sea, lleva una W en la parrilla frontal (cromada, a diferencia de otras versiones menos poderosas).
Entre las pocas cosas que se pueden echar en falta están un cargador de CD de serie, el Servotronic y el control de distancia de aparcamiento, importante en un coche tan grande y de visibilidad trasera muy justa a causa de la altura. Por supuesto, estos elementos se encuentran disponibles en la lista de extras.
La dotación de seguridad ofrece amplias bolsas para proteger en caso de choque, con airbags frontales y laterales delanteros y de cortina tanto delante como detrás. Y para evitar que el desastre llegue a producirse confía en la asistencia electrónica del ABS, el control de estabilidad ESP y ASR, para no tener patinazos.
En definitiva el interior del Touareg es un perfecto ejemplo de calidad y diseño, aunque el horrendo aplique que se encuentra a la derecha del volante para sujetar un teléfono móvil es más propio de un taxi que de un cochazo que cuesta más de 78.000 euros, pero bueno, cuando lo ponen será que saben lo que le gusta al público objetivo… yo debo ser subjetivo, porque me quedo muchos miles de euros por debajo.

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