Spiker C8

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LOS SUEÑOS SE CUMPLEN

Spyker no es una marca nueva en esto de hacer automóviles, pero nunca ha pretendido hacerse un hueco en las listas de superventas. Tampoco será fácil que te cruces con un por la calle porque durante este año solo prevén fabricar 15 unidades de su único modelo en catálogo, el C8. Concretamente diez en versión Spyder y cinco en configuración coupé, denominada Laviolette.
Si ya no te es posible reservar uno para tu uso personal quizá el año que viene tengas más suerte, pues aumentarán la producción hasta 50 unidades como mínimo, 25 de cada versión mas probablemente algún que otro Double 12, tan espectacular que hace discretos a sus dos compañeros de gama.

Autocity, 19 de Octubre de 2001

C8 Spyder

C8 SPYDER

El C8 Spyder ha supuesto el renacimiento comercial de Spyker. Presentado en el Salón de Birmingham 2000, la intención de sus creadores era realizar un coche artesanal pensado para disfrutar en la carretera de las sensaciones de pilotaje de un auténtico coche de carreras. Tecnológicamente el C8 cumple perfectamente con las expectativas que sus potenciales clientes esperan de él: suspensión tipo ‘Push Rod’ completamente ajustable en amortiguación y altura, bastidor de aluminio extrusionado, paneles de carrocería del mismo metal ligero, amortiguadores Koni con calidades de Fórmula 1, discos de freno AP de 14 pulgadas con pinzas de seis pistones…

El motor encargado de que todas estas sofisticaciones entren en juego es el 4.2 V8 de origen Audi que para la ocasión rinde una potencia básica de 400 caballos pero que puede llegar hasta los 450 cv en configuración Stage II, la misma potencia que ofrece de serie el coupé Laviolette. No obstante la potencia ofrecida por el motor se puede limitar considerablemente a voluntad del conductor cuando las circunstancias lo requieran (una carretera helada, un amigo que te pide el coche…) gracias a un sistema desarrollado en colaboración con Motec que además ofrece la posibilidad de variar la entrega de potencia actuando sobre la electrónica para adecuarla a cada necesidad o preferencia. Incluso se ofrece como opción un sistema de recogida de datos al estilo de los empleados en los coches de competición.

La trasmisión de serie también es de origen Audi, manual de seis velocidades situada en posición transaxle, aunque opcionalmente se ofrece una caja secuencia con el mismo número de marchas. El diferencial autoblocante es opcional (por si alguien se siente cohibido…) así como un sistema de control de tracción desconectable y el ABS.

El lujo interior es considerable, recurriéndose a los paneles de aluminio para el salpicadero inspirado en diseños aeronáuticos e inmejorable presencia, lo mismo que los asientos tipo bacquet (opcionalmente realizados en aleación ligera), tapizados en cuero Connolly del color y textura elegidos por el cliente. El motor no se pone en marcha si el conductor no se abrocha el cinturón de seguridad, todo un detalle.

Entrar en el Spyker requiere una buena elasticidad, pues la construcción del bastidor obliga a levantar mucho los pies para superar el talón lateral bajo las puertas, que al menos intentan ayudar accionándose eléctricamente. El mayor inconveniente para acceder al interior no obstante puede ser su precio sin impuestos: 215.000 euros (35.772.990 pesetas).

C8 Laviolette

C8 LAVIOLETTE

Tras la expectación levantada por el C8 Spyder en el Salón de Birmingham 2000, el Salón Autorai de Ámsterdam en 2001 fue elegido para revelar el coupé derivado. Más atractivo si cabe que la versión descubierta, destaca por la elegancia de líneas y el empleo de cristal en el techo, donde se sitúa también otra entrada de aire para ventilar el motor que se añade a las cuatro tomas laterales heredadas del Spyder. De él toma también las suspensiones, el bastidor y el motor V8 de origen Audi, evolucionado para la ocasión para rendir 450 caballos, 50 más que en el Spyder de serie.

Este coupé biplaza toma nombre de Joseph Valentin Laviolette, responsable del desarrollo de los primeros modelos de la marca a principios de siglo, entre ellos del 60HP de 1903, dotado de motor seis cilindros y tracción total.

Como el resto de los Spyker, la seguridad contra el robo está presente mediante una tarjeta que activa el sistema eléctrico cuando se encuentra a menos de tres metros del coche, permitiendo arrancar sin llave de contacto.

El precio base de venta sin impuestos es de 240.000 euros (39.932.640 pesetas), y la cantidad de opciones tanto mecánicas como de equipamiento hacen que cada propietario pueda presumir de poseer un deportivo realmente único.

C8 Double 12

C8 DOUBLE 12

El Double12 es el último en llegar de la familia Spyker. Se puso de largo en el pasado Salón de Frankfurt, como la versión más cercana a la competición de la familia C8. Lo han concebido como un coche capaz de cumplir la misión de servir tanto para un uso legal en carretera como para defenderse honorablemente en carreras de resistencia. De esta especialidad proviene su denominación: rememora el récord de velocidad conseguido en este tipo de carrera por S. F. Edge a los mandos de un Spyker en 1922 en el mítico circuito de Brooklands.

Básicamente se trata de un Laviolette dotado de un buen número de piezas especiales típicas de los coches de competición. Por este motivo se prescinde del luminoso techo de cristal y la carrocería se engorda con elementos aerodinámicos, entre ellos una prolongación de 400 milímetros en la zaga y un gran alerón trasero para mejorar el apoyo a las velocidades que puede alcanzar: más de 330 kilómetros por hora. La carrocería delata el considerable aumento de vías en ambos ejes: 70 mm. en el delantero y 100 mm. en el trasero, mediante unos pasos de rueda postizos de aluminio remachados a las aletas principales.
El motor está realizado en colaboración con Mader, un especialista suizo con experiencia en este tipo de menesteres. Carter, bloques y culatas son de aluminio, y con ocho cilindros en V y cuatro litros de cilindrada la potencia asciende a 620 caballos que se pueden limitar de forma sencilla a 480 cv. La velocidad de giro del motor corresponde a la de un auténtico bólido de competición, con 9.000 revoluciones por minuto como régimen máximo. Semejante potencial no se podía quedar sin competir, y por esta razón los planes de Spyker son formar un equipo de dos coches para participar en las 24 horas de Le Mans en 2002. El precio es un dato desconocido por el momento, pero al fin y al cabo para casi todos nosotros tiene poca importancia…

Historia

HISTORIA

Todo empezó en 1898, cuando unos carroceros de Ámsterdam (Jacobus y Hendrik Jan Spijker) realizaron un trabajo sobre la base de un motor Benz. La calidad de acabado fue inmediatamente alabada por los entendidos de la época y este hecho supuso el paso de los caballos de carne y hueso a los de vapor, como sucediera con muchas otras empresas de todo el mundo por las mismas fechas.

En 1903 realizaron un coche de Gran Premio, el 60HP, en el que por primera vez en la historia se empleó un motor de seis cilindros y trasmisión permanente a las cuatro ruedas. En competición vencieron carreras regionales y de segundo nivel, especialmente en Gran Bretaña y las Antillas Holandesas. Pero en 1907 lograrían una ‘gesta’ deportiva digna de reseña: el segundo puesto en el Rally París-Pekín.

La producción continuó e incluso entre 1914 y 1918 se realizaron unos 200 motores para aviones y se ensamblaron 100 aparatos completos. Hacia 1919 los automóviles producidos por Spyker se caracterizaban por el lujo y la atención a los detalles personales que cada cliente expresaba al realizar su pedido, llegando a millonarios en todos los confines del mundo.

En aquella época se comenzó a incluir en los radiadores la inscripción latina ‘Nulla tenaci invia est via’, viniendo a decir que para los tenaces ninguna carretera es infranqueable… ¡Muy elocuente!.

En 1922 un Spyker C4 con motor Maybach batió el récord de velocidad de 24 horas en el circuito de Brooklands, con la nota curiosa de que en aquellos tiempos este circuito no se podía emplear de noche, por lo que se realizaban las 24 horas uniendo los resultados de dos tandas de 12 horas a la luz del sol, razón por la cual esta prueba se llamaba Double 12.

El último coche de esta primera época de Spyker salió de los talleres de la marca en 1925, tras el cese de operaciones de la empresa. Hoy, los nuevos Spyker han rescatado la leyenda de sus radiadores, demostrando que para los fabricantes valientes el camino es difícil, pero no imposible.

Ficha

FICHA

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