Mercedes C 250 CoupeBlueEFFICIENCY, en estado puro

No lo ha entendido así Mercedes que acaba de hacer el ejercicio de disponer en su catálogo de un coupe en estado puro, derivado de sus berlinas de la clase C y para que no haya ningún tipo de dudas, lo apellida distingue con la acepción de coche que ha pretendido.

La marca de la estrella ha hecho desde siempre incursiones en este elegante y señorial segmento de coches deportivos. Baste recordar el SportCoupe o avanzar al CLC o recrearse la vista con el muy bonito CLS, aunque este último disimule esa filosofía con una carrocería de cuatro puertas.

El Clase C Coupe es el de ADN más puro, ya ha quedado dicho, y las formas se explotan con un frontal muy de la berlina estándar, aunque hay un toque de personalidad en la parrilla con las dos láminas que flanquean el gran logotipo y una toma de aire muy enrejada en la parte más inferior. La longitud del capó es otro de los escenarios a destacar.

La configuración tres volúmenes del coche establece el punto de partida en la visión lateral, conformado por una línea de cintura alta y en visible progresión desde el primer pilar. Otros aspectos atrayentes son un voladizo delantero muy corto y el trasero bastante más largo por la influencia que tiene el saliente del maletero, además de la rotunda caída del techo desde el pilar central para confluir en la tapa del maletero. La forma de cuña de los cristales traseros es un recurso bien traído

La zaga expone el maletero alargado, para facilitar un buen volumen de carga de 450 litros, que también tiene su apoyo en una generosa cota de longitud de 4,59 metros, solo 11 centímetros por debajo de lo que marca el E Coupe. A la configuración se añaden unas defensas poderosas y musculosas y unos pilotos sencillos de diseño que se introducen en punta en la zona lateral.

La zona interior atrae enseguida por los asientos delanteros de dibujo deportivo sin disimulos y la conformación de su comodidad y buen agarre. Por lo que respecta a los traseros, quedan también definidos en esa misma filosofía, pero, sobre todo, abundan en el concepto coupe con solo dos plazas para pasajeros, pues la zona media queda inhabilitada por la ubicación de una especia de consola separadora con un pequeño hueco portaobjetos.

Así como la distancia entre filas es más que suficiente para viajar con un alto estándar de comodidad, las incomodidades se traducen en la altura de la parte final con el techo, donde la colocación de adultos por encima de 1,80 castiga bastante el cuello.

El ambiente es muy acogedor y está en la línea Mercedes de transmisión inmediata de acabados y terminaciones de los componentes sencillamente sensacionales. Si hay que aludir a algún inconveniente, éste puede ser el de una guantera un tanto limitada en capacidad y sin el contrapunto de mayor profusión de huecos portaobjetos que puedan servir de alternativa.

La forma tubular y la decoración cromada de los relojes configuran también un ambiente muy de coupe por sus insinuaciones deportivas. Los dispositivos, abundantes, llevan algo de tiempo para su familiarización, pero cogido el tranquillo, la intuición se deja sentir.

La versión objeto de la prueba responde a la identidad C 250 con motor gasolina de 1.8 litros y una potencia de 204 CV, alimentado por sistema de inyección directa con turbocompresor e inyectores piezoeléctricos.

Las sensaciones transmitidas por este propulsor están en el orden pleno de las mecánicas del fabricante de Stuttgart, es decir un comportamiento sumamente refinado que encuentra su mejor referencia en un silencio de marcha siempre alabado.

En el plano de las aceleraciones es contundente, por la instantaneidad de las reacciones, y a la zaga no le van las recuperaciones, incluso en los desarrollos más largos y a regímenes de giro muy bajo, donde se percibe hasta un pequeño efecto patada, propio de esos turbos de soplado rápido. Esta versión tiene una respuesta fulminante incluso a partir de esas 1.500 revoluciones que en un motor de gasolina se puede considerar como un punto muerto.

Se acompaña de una caja de cambios automática 7G-Tronic Plus, que añade ese término Plus como componente de una nueva generación, más perfeccionada, para presentar mejores registros de consumo y aumentar el confort de marcha, cumplidos sobradamente, en ambos casos.

El manejo en la forma manual secuencial lleva un tiempo de costumbre, pues los cambios se operan moviendo la palanca hacia los lados en lugar de arriba o a abajo como en las transmisiones convencionales de este tipo. No obstante, cuenta con la siempre agradecida alternativa de las levas junto al volante.

En el modo automático, los cambios se ejecutan con rapidez, pero es algo brusco en las transiciones. El modo manual deja mucha discrecionalidad a los gustos del conductor y, por lo tanto, es más dubitativo a la hora de hacer los cambios.

El anticipo al hablar de la caja sobre su influencia en el consumo está en todo lo alto, pues esta versión se ha dejado muy poco más de una media de ocho litros cada cien kilómetros en el test, contando con que se trata de mover una masa que sobrepasa las dos toneladas de peso. Este efecto penalizador se ha contrarrestado con un coeficiente aerodinámico sobresaliente y con el equipamiento de serie del sistema ‘start and stop’, de parada y arranque automáticos, que resulta un poco brusco en su puesta en funcionamiento. El óptimo nivel de consumo asocia esta versión al concepto BlueEFFICIENCY, propio de la marca, para sus modelos más eficientes.

Llevar rodando un Mercedes es un acto gratificante para cualquiera que disfrute de su afición por el automóvil. Este coupe de la Clase C camina sobre raíles, con una sensación plena de ajuste al asfalto y de rodadura uniforme y muy lineal. La toma de curvas se ajusta con una corrección que roza la perfección y si en la salida, por un exceso de esfuerzo, rompe la linealidad del tren trasero, los desajustes se corrigen al instante. Cierto es que cuenta con sistema de control de tracción y antipatinamiento, pero éstos se dejan notar sólo si es absolutamente necesario, pues para los pequeños desacoplamientos se basta con un movimiento de volante.

Esta eficiencia dinámica se apoya en el tren de rodaje Agility Control que establece una selección muy bien medida de sistemas de amortiguación y en el que una conducción de tipo normal se solventa con impulsos reducidos de los amortiguadores, mientras que en la toma de curvas o en maniobras bruscas se activa su fuerza máxima.

La frenada es bastante limpia, sin por ello restar eficiencia y, pese a un tacto del pedal algo esponjoso que puede inducir a la prudencia en un primer momento. La dirección cumple con esa función esencial de colocar siempre el coche en el ángulo preciso.

El Mercedes C Coupe completa el gran trío en este segmento, junto la Serie 3 de BMW y el Audi A5, que es su entorno competitivo. Por precio está ahí. Es un modelo con la intención de captar nuevos clientes y fidelizarlos en la marca. No está desorientado el propósito de la marca que ya tuvo buenos resultados con el precedente del Sportcoupe.

Y para los más exigentes, la versión de prueba añadía un equipamiento específico de las versiones deportivas AMG, con el volante de tres radios y mandos añadidos, además de las alfombrillas exclusivas con las siglas de esta denominación.

Se añadían otros elementos como el sistema de ayuda al aparcamiento Parktronic, la preinstalación para móvil, tapicería de cuero, techo panorámico de cristal, faros bi xenón inteligentes, media interface, depósito con mayor capacidad. Todo ello llevaba el precio de la unidad probada hasta los 57.000 euros, 13.000 más que el nominal de la versión básica con este motor.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,590 m

Anchura 1,770 m

Altura 1,406 m

Distancia entre ejes 2,760 m

Vía delantera N.D.

Vía trasera N.D.

Peso 2.125 kgs

Capacidad depósito 59 l.

Capacidad maletero 450 l.

Coef. aerodinámico 0,26

Posición motor Delantero, transversal

Alimentación Inyección directa de gasolina

con regulación electrónica e

inyectores piezoeléctricos

Cilindros 4 en línea (16 válvulas)

Cilindrada 1.796 c.c.

Potencia máxima 204 CV a 5.500 r.p.m.

Par máximo 500 Nm a 2.300-4.300 r.p.m.

Velocidad máxima 240 km/h

Aceleración 0-100 7,2 seg.

Consumo medio 7 l./100 kms

Emisiones CO2 163 g/km

Impuesto de Matriculación 4,75 %

Dirección Cremallera. Hidráulica

Diámetro de giro 10,8 m

Frenos Discos ventilados (DEL.)

Discos ventilados (TRAS.)

Suspensión delantera Eje de brazos múltiples,

muelles helicoidales,

amortiguadores de gas a

presión de doble tubo

Suspensión trasera Eje multibrazo, muelles

helicoidales y amortiguadores

de gas con sistema de

amortiguación selectivo

Tracción Trasera

Neumáticos 225/45 R 17 W

Transmisión Automática de siete velocidades

Equipamiento de serie ABS con EBD, sistemas de control

de estabilidad y de tracción,

airbag frontales, laterales, de

cortina, de rodilla, tren de

rodaje Agility Control,

automatismos de luces y

limpiaparabrisas

Precio 44.000 euros

Precio de la unidad probada 57.000 euros

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Gasolina:

C Coupe 180 1.796 c.c. 156 CV 36.700

C Coupe 350 3.498 c.c. 306 CV 50.600

C Coupe 63 AMG 6.208 c.c. 457 CV 81.100

Diesel:

C Coupe 220 CDI 2.143 c.c. 170 CV 38.700

C Coupe 250 CDI 2.143 c.c. 204 CV 43.000

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Audi A5 2.0 TFSI 1.984 c.c. 211 CV 41.700

BMW Coupe 325i 2.996 c.c. 216 CV 44.100

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