Eléctricos, una declaración de intenciones reservada para unos pocos

Un año más, escasos son los fabricantes del motor reunidos en Detroit que no muestren en sus espacios propuestas de vehículos con propulsión eléctrica, aunque la mayoría reconoce que sus potenciales clientes aún son escasos y los precios no son competitivos en el mercado general.

Con el litro de la gasolina relativamente barato en EE.UU., vehículos eléctricos de autonomía extendida como el Cadillac ELR, o eléctricos puros como el Nissan Leaf, el nuevo Chevrolet Spark EV o los modelos de Tesla, Toyota o Smart, aún pasan desapercibidos en las carreteras, excepto en contadas excepciones como California, que han promovido esta nueva propulsión.

Las ventajas de un motor eléctrico son muchas: cero emisiones, más potencia, menos ruido, mecanismo de transmisión más sencillo y limpio y, como no, un precio más bajo para abastecer de energía al vehículo.

En estados como California a estos beneficios se añaden descuentos para la compra, el hecho de poder circular por carriles reservados solo para vehículos de alta ocupación, aparcamientos gratuitos o zonas de carga eléctricas también libres de coste.

Hasta el momento, los que más éxito han tenido en esta gesta por un nuevo tipo de propulsión han sido los que han apostado por los eléctricos de autonomía extendida como el Chevrolet Volt, que pese a todo no ha alcanzado en 2012 su objetivo de ventas propuesto.

Sin embargo, el Volt, un turismo que gracias a un motor de gasolina que funciona como cargador de la batería de la propulsión eléctrica tiene una mayor autonomía, ha multiplicado por tres sus ventas de 2011 hasta los superar las 23.400 unidades.

El Cadillac ELR, que integra la motorización del Volt y estará a la venta a comienzos de 2014, es una prueba de que GM apuesta fuerte por el eléctrico de autonomía extendida, incluso en la gama más alta, donde el precio de la gasolina no es una preocupación.

El ELR es un cupé biplaza en el que el cambio del diseño de la carrocería hace sombra a una novedad mucho mayor: el intento de poner en el mercado un deportivo eléctrico.

Como indica Jeff Lamarch, uno de los responsables del proyecto del ELR, ‘la tecnología del Volt ya ha quedado probada -después de un primer año de problemas con las baterías- y es el momento de pasar a un segmento más deportivo’.

Precisamente ese el punto fuerte de un motor eléctrico, ya que, como recuerda Juan Camargo, uno de los responsables de marketing del proyecto, al prescindir de transmisiones y cajas de cambio puede aportar un par de fuerza mucho mayor e instantáneo y en el caso del ELR llegar hasta los 207 caballos de potencia.

El segmento medio también son destacables los ejemplos del Toyota Prius plug-in y el Ford C-Max Energi, que demuestra que la tendencia hacia el mayor protagonismo del eléctrico va lentamente ganando terreno.

Otros como, como la empresa californiana Tesla lo han apostado todo por los deportivos y alta gama puramente eléctrica, una opción que solo convence a unos pocos conductores con alto poder adquisitivo y que buscan el vehículo del futuro, algo que tropieza hoy por hoy con los tiempos de carga, que progresivamente se van reduciendo gracias a nuevas tecnologías.

No obstante, como indica a Efe Stephen Poulos, uno de los ingenieros jefe responsables del Chevrolet Spark EV ‘aún necesitamos precios más razonables para llegar al consumidor medio y conseguir realzar el punto fuerte del eléctrico puro para las distancias cortas, para ir al trabajo o a hacer la compra’.

‘La década pasada fue las de los híbridos, esta será la década de vehículos como el Volt que son muy flexibles y cuyo uso aumentará’, aseguró Poulos.

La eterna promesa de los vehículos eléctricos va tomando forma gracias a la reducción de costes y a las ayudas de gobiernos como el de California que han visto en estos coches el futuro de la automoción más limpia y eficiente.

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