Chevrolet Captiva 2.2 DSL 4×4 184 CV, músculo y elegancia

Chevrolet llama nuevo al Captiva que presentó en los inicios del verano y la verdad es que, sin llegar a los cambios drásticos de una nueva generación, sí hay que ponderar que la remodelación operada refuerza la imagen de elegancia del modelo sin menoscabar el aspecto atlético.

En una primera mirada, el Captiva 2011 ha ganado mucho en presencia con los retoques operados en el capó, donde dominan unas líneas muy en relieve y una parrilla agrandada.

Las modificaciones entran de lleno en el juego de guiños cualitativos para dotar la remodelación del valor añadido de componentes más altos de gama. Así, los faros adoptan ahora una forma cilíndrica encerrada en marco de prisma, mientras que el juego de intermitentes se integra en los espejos retrovisores y la ventilación lateral de los pasos de rueda delanteros toma un trazo más anguloso que insinúa una imagen más deportiva.

La línea lateral sube la línea de cintura en progresión desde adelante hacia atrás, lo que realza la altura del coche y con ello acentúa la filosofía todocamino del Captiva. En los lados de la zona trasera se juega a la decoración de unos marcos transparentes muy estéticos y llamativos.

En la trasera poca, por no decir ninguna, originalidad. El portón musculoso y abombado, tan propio de tantos modelos, los pilotos encastrados en marco geométrico, defensas potentes y doble tubo de escape en lo más bajo, dibujan esta zona del coche, la más anodina.

La accesibilidad al interior es fácil desde cualquiera de las puertas por el protuberante marco y una altura de estribos que tampoco es excesiva.

Dentro del coche hay la suficiente superficie para aposentarse cinco viajeros, con alguna reserva respecto a la comodidad del tercer integrante de la segunda fila, pero en los delanteros hay profundidad sobrada para estirar bien las piernas, además de un reglaje bien dimensionado en altura y longitud. La textura de los asientos es un plus de comodidad. Las mismas percepciones favorables están en la adecuada separación de filas entre asientos.

Al Captiva le cabe la posibilidad de abrir una tercera fila de asientos, cuya comodidad queda bastante en entredicho, a no ser que sean ocupados por niños. El recurso limita sobremanera la capacidad de equipaje, pues anula la superficie libre del maletero, pero la retirada, muy sencilla, deja libre un suelo plano que facilita la ubicación de los objetos.

La superficie acristalada del Captiva faculta una buena panorámica delantera, trasera y lateral, al tiempo que en días luminosos permiten un ambiente alegre dominado por la luz. En una visión sobreelevada del tráfico influye la altura del vehículo.

El ambiente interior también recoge profundas modificaciones. Como punto de partida, y en una visión general, se ha hecho más alegre y con el punto necesario de concesiones a la originalidad.

Ha cambiado el formato del salpicadero, algo más envolvente, con una buena distribución de los elementos de control, intuitivos para la vista, pero con alguna dificultad de acceso manual, por esa costumbre creciente de recurrir a mucha botonadura dispersa que obliga a emplear un exceso de tiempo en su localización.

La sensación de terminación y calidad de acabados queda en buen lugar, pero sería mejor sin el abuso de plásticos que se percibe. Sin embargo, en equipamientos, puede presumir de una equipación más que generosa, aunque se trata de la versión más alta de gama a este respecto, la LTZ.

De ese equipamiento, citar un sistema de retención temporal (3 segundos) en pendiente, así como la cámara de visión trasera y un sistema de navegación (opcional) que se revela como de fácil manipulación en la búsqueda y configuración de destinos, al tiempo que se deja ver con suma facilidad por la nitidez y dimensiones de la pantalla. Se echa en falta, por contra, el avisador de cambio de velocidades para tratar de optimizar el consumo.

El motor de la unidad de prueba era el de más alto registro de potencia, 184 CV, en el ciclo diesel, con una cilindrada de 2.2 litros, la misma que aporta la otra opción a gasóleo de 163 CV, y que responde al esquema clásico de alimentación de inyección directa por conducto común con turbo de doble árbol de levas y geometría variable con intercooler.

Se trata de un nuevo propulsor, porque la gama 2011 del Captiva no ha rehuido los cambios bajo el capó y se apunta a cuatro nuevas opciones en este campo.

El motor probado parte de un cierto rumor diesel que, incluso en frío, ya ha sido superado en otros modelos de este mismo segmento. Le falta un punto de refinamiento. Sin embargo, en prestaciones se comporta conforme a lo que se espera de su alto registro de potencia. Rápido de reacciones, replica muy bien al movimiento del acelerador moviéndose a bajos regímenes y en el más alto desarrollo de la transmisión.

Si en las prestaciones y en los rendimientos motrices cumple sobradamente, la faceta del consumo no le acompaña, pues es un coche tragón, incluso en conducciones prudentes y trayectos mayoritarios por carretera. El fabricante homologa ya un consumo alto de partida de 6,6 litros, pero en la realidad no se conforma con menos de 9 litros. En su descargo, aludir a un peso excesivo, una aerodinámica no precisamente aliada, sin contar con unas condiciones de pleno pasaje en buena parte de la prueba con aire acondicionado a alto rendimiento.

La transmisión, manual de seis velocidades, se desglosa en los desarrollos más limitados de las relaciones cortas y mucho más largos de la quinta y la sexta. El rendimiento se penaliza con una palanca de recorridos excesivos que, con más frecuencia de la deseada, incurre en fallos de engranaje.

Para rodar se ayuda de un sistema clásico de suspensiones, tendentes hacia algo de dureza. Ello tiene el contrapunto de una pisada muy segura, como seguridad también transmite en la toma y salida de curvas que ejecuta sin movimientos bruscos y sin balanceos, pese a su altura.

Las condiciones off road, porque esta versión es 4×4, están enraizadas en una tracción integral que se conecta automáticamente por medio de un embrague electrónico cuando las condiciones de ruta lo aconsejan. En ese paso, la tracción se reparte a partes iguales entre los trenes delantero y trasero.

En precio no queda mal y refuerza la apuesta de Chevrolet como marca de acceso del Grupo General Motors, pese a la exclusividad del segmento en el que se encuadra este modelo. Al atractivo precio nominal acompaña un equipamiento de serie con argumentos para enganchar a la clientela.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

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Longitud 4,673 m

Anchura 1,849 m

Altura 1,727 m

Distancia entre ejes 2,707 m

Vía delantera 1,569 m

Vía trasera 1,576 m

Peso 1.928 kgs (5 asientos)

1.953 kgs (7 asientos)

Capacidad depósito 65 l.

Capacidad maletero 477/ 942 l.

Coef. aerodinámico 0,38

Posición motor Delantero, transversal

Alimentación Inyección directa diesel por

conducto común con turbo de

geometría variable e intercooler

Cilindros 4 en línea (16 válvulas)

Cilindrada 2.231 c.c.

Potencia máxima 184 CV a 3.800 r.p.m.

Par máximo 400 Nm a 2.000 r.p.m.

Velocidad máxima 200 km/h

Aceleración 0-100 9,6 seg.

Consumo medio 6,6 l./100 kms

Emisiones CO2 174 g/km

Impuesto de Matriculación 9,75 %

Dirección Hidráulica. Asistida

Diámetro de giro 11,9 m (entre bordillos)

12,3 m (entre aceras)

Frenos Discos ventilados 296 mm (DEL.)

Discos ventilados 303 mm (TRAS.)

Suspensión delantera Mc Pherson

Suspensión trasera Independiente Multi-Link de

cuatro brazos

Tracción Integral automático

Neumáticos 235/60 R 17

235/55 R 18

235/50 R 19

Transmisión Manual de seis velocidades

Equipamiento de serie ABS con EBD, control de

estabilidad ESP, airbag

frontales, laterales y de

cortina, sensores de luces y

limpiaparabrisas, cámara de

visión trasera

Precio 31.560 euros (LT)

34.545 euros (LTZ)

RESTO DE GAMA

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Versión Cilindrada Potencia PVP

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Gasolina:

Captiva 2.4 LS 4×2 2.384 c.c. 167 CV 25.160

Captiva 3.0 V6 LTZ Aut. 4×4 2.997 c.c. 258 CV 36.545

Diesel;

Captiva 2.2 DSL LT 4×2 2.231 c.c. 163 CV 29.160

Captiva 2.2 DSL Aut. 4×4 LTZ 2.231 c.c. 184 CV 36.545

COMPETENCIA DIRECTA

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Modelo Cilindrada Potencia PVP

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Citroen C-Crosser 2.2 HDI 2.179 c.c. 156 CV 36.390

Fiat Freemont 2.0 DS 1.956 c.c. 170 CV 29.200

Ford Kuga 2.0 TDCI 4WD 1.997 c.c. 163 CV 34.150

Hyundai ix35 2.0 CRDI 4×4 1.995 c.c. 184 CV 33.550

Jeep Compass 2.2 CRDI 4×4 2.143 c.c. 163 CV 29.700

Land Rover Freelander 2.2 Sd4 2.179 c.c. 190 CV 37.440

Mitsubishi Outlander 2.3 D-ID 2.268 c.c. 177 CV 35.710

Nissan X-Trail 2.0 dCi 1.995 c.c. 175 CV 39.150

Opel Antara 2.2 CDTi 4×4 2.231 c.c. 184 CV 35.400

Peugeot 4007 2.2 HDI 2.179 c.c. 156 CV 41.500

Renault Koleos 2.0 dCi 4×4 1.995 c.c. 175 CV 35.000

Toyota RAV 4 2.2 D-4D 4×4 2.231 c.c. 150 CV 33.400

Por Ángel Alonso.

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